Elegimos poner una foto de la marcha de la CGT de hoy con la gente movilizada, en lugar del palco con los dirigentes, para quedarnos con lo mejor que dejó la jornada: la enorme multitud de trabajadores y trabajadoras, estudiantes, científicos y hasta empresarios agredidos por las políticas de Macri, que ganaron la calle para expresar su descontento.
Por supuesto que los discursos de los tres chiflados y el final del acto son los que terminaron dando la nota del día, pero en todo caso expresan el canto de cisne de una dirigencia sindical desprestigiada y a la que el rol que le toca jugar le queda claramente grande; y debería dar de inmediato un paso al costado antes de destruir gravemente la organización, y lo que expresa la CGT como herramienta de las luchas sociales en lahistoria de nuestro pueblo.
Un triunvirato de la CGT que se la pasó en los días previos al acto levantando "cordones sanitaros" para tener controlado y diciendo que "no necesitaban que nadie los apoye", para terminar dejando en claro que lo que en realidad necesitan, es que lo conduzcan. Claro que en lo estrictamente sindical esa es una decisión que deberán tomar los trabajadores, y sus organizaciones. A menos que prefieran que los sigan conduciendo desde afuera -directa o indirectamente- Massa, Macri y el "Momo" Venegas.
Los docentes con su extraordinaria marcha de ayer le habían dejado a la conducción de la CGT la pelota picando con el arco vacío, y la tiraron a la tribuna, provocando el estallido final de los exasperados por su tibieza que a esta altura es (lo sepan o no) abierta complicidad con el gobierno. Un gobierno que haría muy bien en tomar nota de la enorme movilización, porque la ganancia corta de hoy de un paro sin fecha cierta, es la pérdida concreta de mañana ante cada lucha y reclamo, que serán más contundentes aun en la medida en que ya no respondan a una dirección unificada que los canalice.
Ni siquiera la alienación de la realidad que viene demostrando Macri en los últimos tiempos debería hacerle perder de vista el hecho de que si los dirigentes de la CGT se fueron abucheados e insultados de su propio acto, sus políticas de gobierno fueron repudiadas de un modo mucho más amplio aun. Precisamente la crisis terminal de representatividad de la conducción cegetista tiene que ver con su incapacidad de percibir el pulso de la calle (crecientemente opositor, en punto de cocción del hartazgo), que demandaba definiciones y acciones más concretas.
Claro que eso no quita nada del daño que esta dirigencia de la CGT le hizo y le hace al conjunto de los sectores de oposición política y social al gobierno de Macri: ya mismo los medios del régimen están reproduciendo las imágenes de los incidentes, que no hubieran ocurrido sin la exasperante hibridez de los discursos (sobre todo el de Daer) y la total falta de definiciones concretas: si el gobierno fuera astuto en lugar de groseramente clasista como es, tomaría de la lengua al triunvirato por sus propios discursos, reglamentaría la "emergencia social" (lo que no cambiaría nada de fondo), y podría salir a decir que removió los obstáculos, ganándose el derecho a reclamar el levantamiento del paro "indefinido".
Mientras tanto, los comunicadores oficialistas flashean mini Ezeizas o la repetición sin chumbos del tiroteo de San Vicente, para invisibilizar la manifestación popular y de paso desacreditar a la oposición en su conjunto, abonando a la estrategia del gobierno de plantear la disyuntiva en términos de "nosotros, o vuelve el populismo". No entremos tampoco nosotros en la minucia de "determinar fehacientemente" quienes iniciaron los incidentes, porque está clarisimo quienes fueron: los triunviros cegetistas, con sus discursos.
Muchos trabajadores que venían de algún modo "acompañando" los movimientos y la estrategia de la CGT, por praxis sindical y por encuadrarse en las prácticas de sus organizaciones de base que tributan a la central, se deben haber sentido sin duda alguna defraudados por una dirigencia muy por debajo de las expectativas que concitó con la marcha, y lejísimos de la altura exigible por las circunstancias que vive el país.
No solo dudaron en la fecha concreta (el fallido colosal de Daer detonó el estallido del descontento), sino que ni siquiera se animaron a decir con todas las letras que el paro "latente" culminaba -como debe ser, en la Argentina y siguiendo nuestra tradición de luchas- con un acto en la Plaza de Mayo, de cara a la Casa Rosada, al poder político, al lugar desde donde se toman las decisiones que están destruyendo empleos, salarios, producción y trabajo argentinos. Ni para eso les dio.
Esta conducción de la CGT -lo hemos dicho reiteradas veces acá- se armó para aportar la pata sindical al proyecto de Massa, sobre la base de un supuesto que no se dio: la implosión final del kirchnerismo, y el reacomodamiento del peronismo en torno al Kennedy de Nordelta.
Fallada esa hipótesis (a la que apostaron no pocos "post kirchneristas") carecen de "plan B"; y el "Plan A" (Massa) tiene estos límites: negarse reiterada y sistemáticamente a escalar los niveles de confrontación con el gobierno (poniéndole por ejemplo fecha a un paro general, marchando a Plaza de Mayo) es hacer "oposición responsable", desde el sindicalismo. Y ya sabemos como interpreta el macrismo esos gestos: como lo que son, muestras de debilidad que le permiten avanzar.
La conducción de la CGT llegó al acto de hoy empujada desde abajo por las organizaciones entre cuyos afiliados están pegando fuerte las suspensiones y los despidos, y pretendió imponer su ritmo y sus reglas de juego a una protesta que en el fondo no sentían, o que iba en una dirección que ellos rechazaban. El resultado fue que se fueron del palco (cuando pudieron) insultados, y hundidos en el desprestigio final.
Y en el plano estrictamente político, todo autoriza a suponer que la ausencia prolongada de Massa del país en estos momentos fue pensada, para poner distancia con una situación que no controla, y de la que no puede obtener réditos.
Del mismo modo que el penoso final del acto puso las cosas blanco sobre negro para aquéllos que se la pasan buscándole el pelo en el huevo a cada dicho o movida de Cristina y cuestionan su liderazgo entre la gente, sin acertar a entender que del mismo modo en el que lo construyó desde el gobierno (alertando con clarividencia que esto iba a pasar, que íbamos a llegar a este punto), lo viene revalidando desde que gobierna Macri, desde la oposición.
Los tres principales aliados de Macri, superando a Pichetto, Bossio y Navarro.
ResponderEliminarEl tema es cuanto más aguantan. Ya van 15 meses de querer enfriar una hoguera.
Soberbio análisis.- No le agregaría nada; salvo un deseo mío propio: ¡cómo me gustaría un acto, en un espacio abierto como por ej. en La Matanza con el kirchnerismo y aliados como oradores y una sorpresa... Y que, al final, aparezca CFK para el discurso de cierre! Más de uno/a se mearía en los calzones en varios lugares de la Argentina.- Sueño con esto, aún con los chanchos Bonadío, Larrata, cogotito Magneto haciendo lobby.-
ResponderEliminarNo se preocupa tanto por los tiramierdas cro.....
ResponderEliminarEl mensaje fue fuerte y claro PARA TODOS, que la malabareen como quieran en su mundo paralelo y distópico, los que votan con los pies dejaron bien en claro todo...
Saludos
"Poné la fecha la puta que te parió" es una de esas frases que pasarán a la historia y todes absolutamente todes, saben de que se trata...
ResponderEliminarEste acto marca un antes y un después. Hay que cortar y dar de nuevo porque quedaron barridas las alternativas post kirchneristas de los Grupos Esmeraldas, los Randazzos esponsoreados por Clarin y otras variantes variopintas. Por abajo se está gestando algo que no pueden vislumbrar la encuestas con piso y techo o con imagen positiva y negativa. Que eso se lo dejen a Durán Barba.
ResponderEliminarHugo: como será que ya no llevaron a Scioli para inaugurar Expoagro... ¡que poco agradecidos estos muchachos de Magnettolandia, uno ya creía que era puesto vitalicio! O por ahi es para convencer giles que Mancuso es el héroe K que no transa. Amnésicos hay de sobra.
ResponderEliminarSe viene tiempos interesantes.