viernes, 17 de marzo de 2017

MAJUL DICE QUE MACRI NO PUEDE CAMINAR Y MASTICAR CHICLE


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El gobierno de Mauricio Macri tiene por lo menos tres variables políticas descontroladas. (¿Solamente tres? Estuvieron apretando las clavijas, parece) Una especie de Triángulo de las Bermudas del ejercicio del poder. (Una especie de paraíso fiscal off shore del poder, digamos. Si no es Bermudas era Panamá o Bahamas, por ahí andaba) Uno es lo que el peronismo denomina "la calle" y los dirigentes de Pro definen como "espacio público". (Guarda que en el espacio público entran las plazas también) Otro es el indispensable vínculo real con las corporaciones o "círculo rojo". Y el tercero es el organigrama de la administración nacional, un galimatías que nadie parece terminar de entender. (Es que lo hizo “el mejor equipo de los últimos 50 años”, el vulgo todavía no llegó a ese nivel para entenderlo)
A Macri y una buena parte de Cambiemos disputar "la calle" nunca pareció importarles demasiado. (Exacto, lo de ello son los negocios, que se pueden hacer por Internet, digamos. Además para disputar calles está Clarín, que las cierra con un muro cuando se le canta, y listo. Y Larreta no les dice nada, porque no disputa la calle) Ni parecen preocuparlos las manifestaciones constantes de sindicalistas y referentes sociales. (Ah, debe ser por eso que pusieron el protocolo anti-piquetes) No lo sienten como un espacio a conquistar. (Exacto, más bien por el lado de la ley de tierras) El descollante éxito de Twitter pero en especial de Facebook durante la última campaña electoral les hizo creer, falsamente, que la presencia de gente real protestando al aire libre (¿vos viste alguna vez una protesta bajo techo, Majul?) no era determinante para gobernar. (¿Vos decís que no se generan revoluciones de la alegría desde la redes sociales, Luis, le comentaste a Marquitos Peña esto?) La última movilización de la CGT y el caos de ayer (Ojo, si nos ponemos a ver en la de la CGT un poco de caos hubo, sobre todo al final) quizá los hayan hecho revisar esas creencias.
Tampoco el oficialismo parece terminar de dominar el "uso del espacio público". (Ajá, por eso acaban de largar apenas tres negociados inmobiliarios monumentales en pocos días en Puerto Madero, el Paseo del Bajo y la isla Demarchi) Fue muy bueno lo que hizo el gobierno de la ciudad con los manteros de Once. (¿Desratizar?) También es cierto que la Policía de la Ciudad está empezando a hacer cumplir las directivas de dejar por lo menos un carril libre para las manifestaciones de hasta 20 personas. (¿Los plenarios del GEN se están haciendo en la calle?) El problema lo siguen teniendo con los cortes de calles más masivos. (Claro, ya con 21 tipos se les complica) Todavía no fueron capaces de poner en marcha el protocolo antipiquetes. (Es que no les importa el control de la calle, lo dijiste en el párrafo anterior) Y esa "inacción" genera cada vez más mal humor. (De Macri, al cual no le importa la calle) La explicación de por qué no los desalojan o les impiden instalarse es atendible. Tienen miedo de que un policía inexperto lastime o mate a algún manifestante. (Generalmente ese efecto se produce por acción de los policías expertos. Expertos en reprimir) Y de que las consecuencias de esa acción terminen en una escalada política con final incierto. (Claro, como la represión en el Borda. Ah, no, pará...) Por ahora, prefieren la indignación de sus propios votantes antes que un desenlace como el que terminó con la vida de Kosteki y Santillán. (Pero en ese caso Clarín les da una mano poniendo en tapa “La crisis causó dos nuevas muertes”, y listo)
El vínculo del Presidente con los factores de poder es pésimo, por no decir inexistente. (Sí, salvo con los medios, los bancos, la UIA, la AEA, la Mesa de Enlace y la embajada, se lleva como el culo con todos, lo ven como un izquierdista peligroso) Macri se lleva mal o no tiene contacto directo con jueces, fiscales, hombres de negocios y otros "operadores no tradicionales" que suelen influir en las cuestiones de poder real. (Claro, para eso tiene operadores, Majul, cosa de desligarse si algo sale mal) El nexo de su amigo Daniel Angelici con lo más granado (Bonadío seria lo más pistolero) de Comodoro Py fue dinamitado por la "lengua karateca" de Elisa Carrió. (Se re nota como lo dinamitó: todos los fallos salen en contra del gobierno. Ah, no, pará...) Muchos hombres de negocios que vivieron de la teta del Estado ahora consideran a Mauricio un traidor. (Empezando por Calcaterra, Caputo y papá Franco. Ah, no, pará otra vez...) Su relación con muchos de "los Gordos" de la CGT y el resto del sindicalismo es ahora nula o muy tirante. (Como la camisa de Pignanelli, el del SMATA, digamos. Apenas le alcanza para poner a un tipo de UPCN en el PAMI, y que sigan firmando acuerdos de flexibilidad laboral como el de Vaca Muerta) El trato con la cúpula de la Iglesia Católica argentina no pasa de lo formal. (Es verdad, los invitó a los timbreos y no fueron, y después a ir de putas, y tampoco) El propio Macri, Carrió e incluso el jefe de Gabinete, Marcos Peña, podrían incluso vanagloriarse de la relación distante y fría que mantienen con los hombres y mujeres "que cortan el bacalao". (¿Con los puesteros del Mercado Central? Debe ser por la baranda a pescado, que mantienen distancia) Pero también se puede pensar que este aislamiento podría transformar al Gobierno en una administración demasiado débil el día en que las papas quemen. (¿Otra vez ruido de hélices, Luis? contános más)
Sobre el estrambótico organigrama del gabinete abundó el periodista Marcelo Longobardi. Se lo explicó de manera gráfica, la semana pasada, a Joaquín Morales Solá. (Le hizo un dibujito para que lo entienda, digamos) Economía está dividido en siete ministerios. (¿Entra Educación en la cuenta? Porque así se explicaría que se lo dieron a Bullrich) Hay dos vicejefes de Gabinete que coordinan esas y otras áreas. (Bueno, “coordinan” lo que se dice “coordinan”, no sería taaan así) Entonces ningún ministro parece tener la responsabilidad final. (Esa es la idea, Luis) Sólo algunos de ellos, como el de Interior, Rogelio Frigerio, tienen vuelo propio. (A juzgar por lo que se sabe de Fly Bondi, Quintana también: un montón de vuelos propios, tiene) Pero esto sucede debido a una decisión personal del Presidente. Es más: la administración funciona a golpe de deseo del jefe del Estado. (Debe ser por eso que anda como el culo, entonces)
El problema es que Macri no es Superman (Depende: se la pasa volando, no le entran las balas y tiene una personalidad secreta en Panamá, otra en Bahamas y así) y por lo tanto le resulta difícil seguir todos los temas. (Sumado a que muchas luces no tiene, pobre) Desde la relación con cada provincia hasta los problemas como el narcotráfico, la inseguridad y la inteligencia. (Es verdad: lo que más trabajo le dio seguir siempre a Macri fue la inteligencia) El área de inteligencia, a propósito, es un buen ejemplo para explicar por qué el Poder Ejecutivo todavía no termina de hacer pie en el ejercicio del poder real. (A veeer) Macri le pidió a su amigo (Testaferro) Gustavo Arribas que asumiera en la AFI por dos motivos. El primero: la enorme confianza hacia él. (“Es como si fuera yo”, dijo. De hecho, es así) El segundo: que no está contaminado por los vicios del mundo de los espías. (Apenas está contaminado por los vicios de los empresarios del fútbol, que no sabemos si no son peores, habría que verlo) Pero el mundo de los espías sigue funcionando. A pesar de Arribas y de Macri. (Pregúntale a Marijuan, si no, que te arrima los audios para “La Cornisa”) E incluso lo hace contra Arribas y contra Macri. (¿Los están espiando, decís vos, Luis? que feo, porque hasta acá se sabía que el que espiaba era Macri) Carrió diría que si fuera por ella, disolvería la AFI. (Porque detesta la competencia) Pero Cristina Fernández, aquí y ahora, lidera una red de espionaje paralela, más proactiva que la oficial. (Pero claro, campeón: mirá si ibas a terminar una columna sin meterla) La buena noticia para el país es que los agentes de Cristina tocan el timbre hasta para espiar. (Pero cómo ¿los de los timbreos no eran los del PRO?) La mala: son tan irresponsables que si siguen agitando el cronograma de marchas y protestas van a terminar de incendiar el país. (O sea que no sirven ni para espiar, pero pueden incendiar el país, y las marchas y protestas que vimos estos días son todas de espías de Cristina disfrazados de maestros, feministas, trabajadores y usuarios de luz y gas. Perfecto, quedamos así)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

2 comentarios:

  1. "El vínculo del Presidente con los factores de poder es pésimo, por no decir inexistente."

    ¡Majulo, capocómico mundial!

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  2. Así que Cristina tiene una red de espionaje con poder real?
    Majul, con el cóctel de merca que debés tener encima y que te lleva a decir tantas boludeces, en cualquier momento te caga a pedos Edu Feinmann.

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