El bochornoso fallo de la Corte Suprema de Justicia
concediendo el beneficio del “2 x 1”
a un condenado por delitos de lesa humanidad (construido con el voto decisivo
de los dos jueces designados en el actual gobierno), pone otra vez en el tapete
la estrategia de un sector del peronismo de “aportar a la gobernabilidad” de la
gestión de Mauricio Macri; y que con sus votos posibilitó la nueva integración del tribunal .
Ese sector (que podría situarse
en el Senado, y encarnarse en las figuras de Pichetto y Abal Medina) osciló
entre la idea de una “oposición racional y responsable que no se opone a todo
porque sí como loquitos” (Abal Medina dixit), hasta el extremo de sugerir al
oficialismo un pacto de acuerdos amplios, en una suerte de cogobierno entre la
Casa Rosada y parte del Congreso.
Pichetto ha sido justamente el
máximo defensor de esa teoría, que presupone a su vez un consenso básico sobre
puntos centrales del programa político y económico del oficialismo: dar por
concluido el ciclo del kirchnerismo como una anomalía que debe ser dejada atrás
para retornar al “peronismo racional”, “volver al mundo” (acuerdo con los
fondos buitres, blanqueo de capitales, apertura a las inversiones, ciclo de
endeudamiento), “normalizar” la economía (tarifazos, levantamiento del cepo).
Por eso no es casual que todas
las iniciativas de Macri que apuntaban en ese sentido tuvieran el
acompañamiento de éste sector en el Congreso.
A cambio de esa donación
voluntaria de gobernabilidad, no pidieron mucho hasta acá: acaso ofrecerse como
gestores de alguna gestión que los gobernadores peronistas no pudieran resolver
por sí solos en la Rosada, y la “emergencia social” votada a fines del año
pasado, que aun hoy sigue en los papeles, sin traducirse en nada concreto.
En ese trance coincidieron con
algunos que reclamaban “autocrítica” al kirchnerismo por haber perdido las
elecciones (como la conducción nacional del Movimiento Evita), intentando todos
mostrar que podían construir el post kirchnerismo, prescindiendo de Cristina y
del núcleo duro de sus apoyos políticos.
A juzgar por los resultados, no
lo estarían consiguiendo: el fallo que abre la puerta de la jaula a los
genocidas (contra el cual algunos de ellos ahora reaccionan escandalizados) fue
posible gracias a los dos jueces que Macri intentó colar por la ventana del
decreto dentro de la Corte, pero que luego fueron ampliamente ratificados al
discutirse sus pliegos en el Senado; pese a las objeciones públicas de los
organismos de derechos humanos a ambos candidatos precisamente -entre otras
cuestiones- por sus posturas en las temáticas de derechos humanos.
Parafraseando a otro senador de
acá (que también votó los dos pliegos, el de Rosatti y el de Rosenkrantz) ni
Pichetto ni Abal Medina ni -ya que estamos, agreguémoslo- Perotti ni ninguno de
los que levantaron la mano pueden alegar que a ellos no les avisaron.
Porque además no es el de los
nuevos ministros de la Corte el único caso en el que levantaron la mano para
aprobarle pliegos a Macri, sin contar las veces en que lo hicieron para
aprobar leyes nefastas; como el acuerdo con los fondos buitres, el blanqueo de
capitales o la “asociación público-privada”; que posibilitaron -respectivamente- el inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento, el saqueo progresivo del Fondo de Garantía de la ANSES y la generación de nichos de negocios para los amigos del poder, del país y del extranjero; en desmedro de la producción y el trabajo nacionales.
Lo propio hicieron con el pliego
de Federico Sturzenegger para la presidencia del Banco Central, o los de
Gustavo Arribas y Silvia Madjalani para la AFI; de modo que son políticamente corresponsables
de las desastrosas gestiones del gobierno de “Cambiemos”, en ambos casos; irrresponsable endeudamiento cuasi fiscal con el festival de LEBAC's, política de asfixia financiera a la producción con tasas inverosímiles, bicicleta para los capitales golondrinas y montaje de una estructura descontrolada de espionaje a opositores, incluida.
Tan comprometidos están algunos
(como Pichetto) con la idea del “cogobierno” que tienen fondeados los pliegos
del resto del directorio de Central, para negociar lugares allí para ese sector
de la oposición; una idea que -si prosperara- solo los haría más copartícipes
aun del desastre que están generando Macri y su gobierno.
Esperemos que los traidores como Pichetto, Abal Medina y el resto, no vuelvan a ir nunca más en las listas del FPV. Ahora que se presenten en las del Pro. Seguramente perderán su lugar y sus privilegios porque Cambiemos jamás le deja ni un resquicio de poder a los que no son de su palo original. Asi que, estos traidores tienen sus días políticos llenos de prebendas y privilegios, muy pero muy contados.......
ResponderEliminarCoincido con el Anónimo anterior.- La unión con ciertos sectores y actores es necesaria y útil para empezar a echar a la runfla delincuencial Cambiemos.- Pero... ¡sin traidores! Yo, pequeño votante, revisaré con lupa las listas del peronismo kirchnerista para votar A CONCIENCIA.- Cualquiera de estos nombres de diputados y senadores lameculos de los cerdos neoliberales, hará que corte y tire inmediatamente la boleta.- Espero que CFK, ya sea que se presente o no pero que sé estará detrás de todo lo que se decida, no piense en aceptar a estos H de P.-
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