(*)
De todas las prácticas de
la política argentina, el cierre de listas de candidatos es una de las que
acumula más actitudes miserables y perversas. (¿En serio Luis, peor que el
fraude electoral o el recorte de pensiones a discapacitados?) Desde la
estratagema de Cristina Fernández, (“Estratagema”, claro, porque el plazo es
para que la presentara el primer día) quien esperó hasta último momento
para anunciar su candidatura, (Como Massa, que esperó a que ella la
anunciara) hasta la retahíla de ruegos y amenazas para obtener las mejores
posiciones en todas las agrupaciones y en todos los distritos. (Tremendo
Luis, que fea es la política. Por suerte vos hacés periodismo de chimentos) Por
eso, entre otras cosas, el presidente Mauricio Macri decidió permanecer al
margen de los detalles. (Claro, él siempre se mantiene al margen de las
cosas ríspidas, como cuando lo hacía espiar por otro al cuñado, o figuraba en
empresas truchas de Panamá pero en realidad no iba nunca para allá)
Apenas se le adjudican dos
decisiones inamovibles: (Claro, del resto siempre se puede arrepentir y
“volver todo a fojas cero”) la inclusión de Fernando Iglesias en el tercer
lugar de la lista de diputados nacionales por la ciudad de Buenos Aires (Un
50 % de mocos sobre dos decisiones, no es una buena estadística) y la
negativa al pedido de Facundo Manes de encabezar la lista de candidatos a
diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. (Cuando le explicaron
que el tipo era especialista en el cerebro humano preguntó quien lo había dejado
entrar al PRO, y lo bochó) De Iglesias piensa que es uno de los mejores
"gladiadores" de los medios contra el populismo. (Lo importante es
que reconozca que es “de los medios”. De paso es uno de los pelotudos más
enormes de la Argentina, pero considerando que te usa a vos como vocero, la
decisión no sorprende) De Manes, que tiene demasiado ego para integrarse a
una organización donde se trabajaría en equipo, (¿Por qué el potencial Luis,
ya no están tan seguro de que sean “el mejor equipo de los últimos 50 años”?) como
la de Cambiemos.
El Presidente, por
supuesto, cree que las próximas elecciones son cruciales. (Un estadista está
hasta en los pequeños detalles, Luis, deberías saberlo) Presupone que
Cambiemos va a ganar en todo el país y también en la provincia de Buenos Aires.
(También presuponía que lo más fácil de su gobierno iba a ser bajar la
inflación, que lloverían las inversiones y que la economía crecería en el
segundo semestre. Las famosas presupositorios: se las tuvo que colar a todas
por el ojete) Calcula que no será un triunfo aplastante. "Si ganamos
por dos, tres o cuatro puntos también va a estar muy bien", se atajó, (De
la revolución de la alegría a la revolución del optimismo) en una reunión
reducida, en Olivos, durante la semana que pasó. (Te invitaron al círculo
íntimo, Luis, llegaste) Supone que con la victoria matará a varios pájaros
de un solo tiro. Primero, a Cristina Fernández, (Porque cante todo si de
metáforas homicidas se trata, el blanco prioritario es Cristina, Porque no a la
violencia de género simbólica y coso) porque ahora la candidata será ella y
no "el proyecto". (Claro, como en el 2005, 2007 y 2011, cuando
Macri corrió) Segundo, a Sergio Massa, porque aspira a que obtenga menos de
20 puntos, (Decíle que ya lo estaría logrando) lo que, según el
oficialismo, reduciría sus chances de presentarse como un fuerte candidato a
presidente en 2019. (Una digresión Luis: ¿cuándo arrancamos con algo
relacionado al título de la nota?)
Y tercero, porque en el
resto del país, la mayoría de los candidatos a diputados nacionales y algunos
candidatos a senadores nacionales fueron elegidos por los gobernadores y sus
aliados, y no por la ex presidente y sus incondicionales de La Cámpora. (O sea, son más fáciles de
apretar/comprar elija lo que más le guste) "Ahora sí vamos a
lograr los acuerdos que necesitamos en el Congreso para avanzar en las reformas
que proponemos", piensa. (Claro, porque en éste año y medio Pichetto,
Massa y Bossio no hicieron más que ponerle palos en la rueda, y no le votaron nada) Macri, con los resultados en la mano,
espera lograr lo que no pudo hasta ahora. (Cagarnos más a fondo, digamos) En
su agenda de prioridades figura: la baja del déficit fiscal, (Ajuste de las
jubilaciones, pensiones, AUH, tarifazos, raje de empleados públicos. Digamos
todo) la modernización de los convenios colectivos de trabajo, (Para que
todos sean como el de Mc Donald´s: flexibilización, negreo, recorte de
derechos, su ruta) una profunda reforma tributaria para bajar los impuestos
(A los más ricos, como lo vino haciendo desde que asumió) sin afectar
las cuentas del Estado, (Habrá descubierto entonces la cuadratura del
círculo, que escapó a todos los gobiernos anteriores) el desplazamiento de
Alejandra Gils Carbó y de todos los jueces federales a los que el Gobierno
tiene en la mira. (O sea, los que lo investigan a él y sus funcionarios, ¿O
sea que van por todo, eso no era con Cristina y la Cámpora, Luis?)
El camarista Eduardo
Freiler y los jueces Rodolfo Canicoba Corral y Daniel Rafecas son los nombres
más rutilantes, (avísale que Rafecas acaba de archivar la causa del
memorándum con Qatar para fugar guita de la ANSES a un paraíso fiscal, por ahí
cambia de opinión. Igual ¿no te parece que si de impresentables hablamos habría
que considerar la posibilidad de incluirlo a Bonadío, ponéle? Si no se nota
muchbo) pero el Presidente no confía en casi ningún magistrado. (Ah, lo
de “casi” era para dejar a salvo a Bonadío, entendimos) Macri espera que
los senadores Miguel Pichetto y José Urtubey ocupen sus lugares en el Consejo
de la Magistratura para desplazar a los consejeros incondicionales de Cristina.
(¿Sos conciente de que los estás carbonizando, no, Luis? Igual, te
comentamos que Urtubey maneja la comisión de acuerdos, que capaz que algo tiene
que ver) "Después de octubre, todo será más fácil para nosotros",
imagina el Presidente. (Claro, por incluso yéndole mal en las elecciones
puede irse a la mierda, y que se arregle el que siga) Quizá peca de exceso
de optimismo. (Epa ¿flaquea el tuyo, Luis?) O tal vez le cueste ponerse
en el lugar de los candidatos más rutilantes. Para la ex presidenta, por
ejemplo, su propia candidatura no fue una opción. Es la única salida que le
queda para evitar la cárcel. Las causas judiciales que hay en su contra tienen
tanta prueba y tanta evidencia, (Ajá ¿cuál Luis? ¿no deberías ampliar un
poco la data acá?) que no hay manera de evitar la consecuente condena y la
posterior detención. (Que la venís prometiendo hace un año y medio con el
rótulo de “inminente”) Por eso apuesta al desgaste del gobierno, el fracaso
de la política económica (Hasta acá viene ganando la apuesta, te comento) y
la obtención de la mayor cantidad de votos. (Que jodida esta Cristina,
presentarse a elecciones aspirando a sacar la mayor cantidad posible de votos.
Con gente así este país nunca va a salir adelante) Si gana, se transformará
de manera automática a (“en” sería Luis) candidata a Presidenta en 2019.
Pero si pierde por poco, también saldrá a decir que es la mejor opción contra
el ajuste, el hambre y la pobreza. Massa también se juega parte de su carrera
política en esta elección. (“Parte”, claro, como si perdiendo le quedara
algo)
A la vuelta del último
viaje a Davos, cuando el Presidente lo invitó y le habló como si fueran amigos,
el ex intendente de Tigre parecía que iba a mantener un apoyo crítico a la
nueva administración. (Exacto, y llegó y pasó directamente al apoyo, sin
críticas) Macri, quien entonces le sugirió que lo mejor que podía hacer es
esperar su turno para competir por la presidencia en 2023, (O sea, lo mandó
a la mierda, digamos) pensó por un momento que iba a tener a Massa de
aliado. (Un momento, de unos 18 meses, digamos, a juzgar por lo que vino
pasando en el Congreso) Pero ahora piensa que el crecimiento del espacio
1País es "lo peor" que le puede pasar a la Argentina. (Pero cómo
¿lo peor no era el retorno del kirchnerismo?) ¿Qué pasó en el medio? Cerca
del Presidente sostienen que Massa no es confiable. Ni capaz de sostener un
acuerdo "por más de una semana". (Claro, por eso nunca negociaron
con él. Ah, no, pará...) El gabinete económico considera que, por ejemplo,
su propuesta de bajar el IVA de algunos alimentos de la canasta básica es
demagógico e impracticable. (Pero claaa, no vas a comparar con prometer la
pobreza cero. Lo raro es que es el mismo gabinete económico que propuso
devolverles el IVA a las compras de los jubilados, prometiendo que era un
cañonazo de consumo)
Y el presidente de la
Cámara de Diputados, Emilio Monzó, le terminó de perder la confianza cuando
utilizó el aumento de la dieta de los legisladores "para hacer campaña con
medias verdades". (Claro, le reclamaba copyright: eso ya estaba
registrado por el PRO, de cara al balotaje) Por eso el jefe del bloque del
PRO, Nicolás Massot, se encargó de difundir que Massa había cambiado medio
millón de pesos en pasajes que no había utilizado. (Que alma de ortivas
tienen) Cada tanto, cuando lo agobian los problemas, (O sea, cuando no
le chupan un huevo, como es habitual) el Presidente explica que la
Argentina sería mucho mejor si se pudiera mandar a la luna a "las 582
personas" que, según él, forman parte de un "sistema perverso"
que defiende sus intereses particulares y no la mejora del país. (¿Hablamos
del gabinete, Luis? Digo, porque de lo contrario tanta precisión numérica haría
pensar en una lista de objetivos a eliminar, cuidadosamente elaborada. Onda
dictadura, digamos) Incluye a empresarios, sindicalistas, fiscales, jueces
y por supuesto, dirigentes políticos. (¿Ningún periodista o dueño de medios,
Luis? Debe ser casualidad)
El
problema es que no se hace política con lo que se desea sino con lo que hay. (Claro,
por eso te usan a vos como vocero: es lo que se puede conseguir con 24 palos de
pauta. Por duro que parezca, los más grossos son aun más caros) "Mirá
lo que pasó con La Salada. (Que es como Panamá, pero acá y más barato) Estaban
metidos todos. Desde el municipio hasta el gobierno nacional", (Es
verdad, incluyendo éste. Sobre todo éste) le oyeron decir el jueves pasado,
a última hora de la tarde, en la Quinta de Olivos. (¿Lo están escuchando,
Luis? Que feo ¿Lo sabe Carrió, le pidió un informe a Arribas?) No es casual
que La Salada sea el centro de venta ilegal más grande de América Latina. (¿Más
que la Bolsa, Luis, está chequeado esto?) Es, por supuesto, una metáfora de
la Argentina como país. (Ah, todos tenemos un Santiago Kovadloff es un
rincón del corazón. O sea, un pelotudo que todo el tiempo metaforiza a la
Argentina en algo)
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Las negritas son
nuestras, el original acá.