Baradel y los docentes fueron el
blanco elegido desde el principio por Macri como el ejemplo para disciplinar el
reclamo de la clase trabajadora: nada de paritarias libres, resignarse a
aceptar salarios a la baja, amenaza de descuento de los días de paro y pérdida
del presentismo.
Jugando además a quebrar la huelga convocando a
“voluntarios” y jugando a la dama (Vidal, su figura política con mejor imagen)
para contraponerla su figura con la de Baradel, tratando de aislar el reclamo
sindical de la sociedad con el clásico “negociemos con los chicos en las aulas,
no los usemos de rehenes”.
Contra los docentes en general y
contra Baradel en particular no escatimaron nada: carpetazos bochornosos en los
medios afines, amenaza velada del propio Macri en su discurso en el Congreso,
amenazas a su familia; acusaciones de vagos por pedir licencias.
Hasta apelaron a apoyar
indisimuladamente a la lista opositora en las elecciones de SUTEBA, contando
con la siempre predispuesta colaboración de los troscos; que tras replicar en
campaña las denuncias del gobierno contra Baradel y perder por paliza las
elecciones, salieron a denunciar fraude.
Por otro lado, mientras Baradel y
los gremios docentes daban la pelea por sus derechos (con escuela itinerante,
represión y pleito judicial por la convocatoria a la paritaria nacional
incluidos), la CGT claudicaba vergonzosamente, una y otra vez: demoraba el paro
hasta que ya no pudo porque se lo reclamaron a las puteadas en su propio acto,
y cuando finalmente lo hizo, no tomó absolutamente ninguna medida de acción (ni
directa, ni indirecta) posterior; pese a que las condiciones objetivas no
hicieron más que empeorar, en cuanto a la situación de los trabajadores
respecta.
Y solo eso: los principales
sindicatos de los “gordos” cegetistas (UPCN, Comercio, la UOCRA) pactaron
paritarias dentro de la banda salarial planteada por el gobierno, y que los
docentes bonaerenses le rechazaron en seis oportunidades a Vidal. Y el
autocrítico “Chino” Navarro les aconsejaba a los docentes levantar el pie del
acelerador con los paros y los reclamos, “para no ser funcionales al gobierno”.
Contra todo eso, Baradel y los
docentes se mantuvieron firmes, y aun hoy siguen peleando por sus compañeros
del resto del país, para que el gobierno convoque a la paritaria nacional.
Y a propósito: luego de excusarse
de no hacerlo por una interpretación amañada del acuerdo que estableció que el
piso salarial docente común a todo el país para el cargo testigo (el del
maestro de grado) sería de por lo menos un 20 % por encima del Salario Mínimo
Vital y Móvil, el gobierno zanjó la discusión en el Consejo del Salario
llevando a éste a 10.000 pesos, para dentro de un año; lo que refleja por qué
no acepta convocar a la paritaria nacional docente: porque su intención real es
que el piso salarial de la docencia llegue apenas a 12.000 pesos (por debajo de
una canasta básica y de la línea de pobreza), recién en julio del año que
viene.
Pero fallaron, todos: Vidal y
Macri (los principales derrotados) y el ministro candidato Bullrich; que fue
puesto en la boleta cuando se pensaba que tensar la cuerda con los docentes y
prolongar el conflicto le daba votos a “Cambiemos”, y hoy forzó sin quererlo el
arreglo indirectamente, porque no repunta en las encuestas. Tanto así cambiaron
las cosas.
Y exactamente lo mismo pasa con
los docentes universitarios: el gobierno les hace ahora una nueva oferta para descomprimir un conflicto que lleva meses, e intentar
controlar los daños que le puede provocar a la candidatura de Cantard acá en
Santa Fe.
Seguramente el aumento concedido
por Vidal a los docentes no alcanzará para recuperar el desfasaje del año
pasado de los salarios contra la inflación, y posiblemente tampoco lo que se
pierda éste año en la misma carrera; pero es mucho más (exactamente un 50 %
más: 18 contra 27,4 %) de lo que el gobierno estaba dispuesto a conceder, y la
diferencia (toda, hasta el último centavo) se la ganaron los docentes y
Baradel, con su lucha.
Una lección muy clara no solo para el gobierno, sino para todos los
actuales y potenciales afectados por sus políticas: la profundidad del ajuste
no depende tanto de los deseos del gobierno, como de la voluntad de los
ajustados de oponerle o no resistencia.
La q le torcio el brazo a Heidi fue la candidatura d Cristina, aterrorizada x los 500.000 votos docentes d PBA no arriesgo a tenerlos en contra, siendo Cristina candidata (q tiene como piso un 35%) el PRO si o si debe perforar los 30 puntos para tener alguna chance, los docentes en contra no se los garantiza, ademas la corroboracion lo marca CABA, ahi donde los candidatos K no tienen ninguna chance d triunfo el Guason se mantiene inflexible.
ResponderEliminarSí, pero no les quitemos mérito a los docentes que dieron la pelea cinco meses, contra todo y todos
ResponderEliminarSeguro, los docentes PBA d la mano d Baradel se la jugaron y no sucumbieron ante el no pago d dias d paro. Se merecen todo el respet.
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