sábado, 29 de julio de 2017

DICE MAJUL QUE CRISTINA YA GANÓ


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"Cristina Fernández ganó en la provincia de Buenos Aires y Cambiemos se impuso a nivel nacional". Este podría ser, palabra más, palabra menos, el título de los diarios del lunes 14 de agosto, horas después del cierre de las PASO, si se proyectaran las tendencias de las encuestas más serias hasta el día de hoy. (También podrían titular: “Fin de ciclo: Macri se prepara para una dura transición”) Se impondría por un par de puntos, nada más. (Por la puntita, diría Latorre) Pero quedaría primera. Números casi idénticos tienen en su poder tanto los jefes de campaña de la ex presidenta como los de la coalición oficialista. (Listo, pasemos a otra cosa entonces: hay paliza)
Debajo de los títulos de las noticias siempre aparecen las explicaciones y los detalles. (Cosa que el 99 % no lee, como sabemos, de allí la preocupación por los títulos). Entonces, la lectura y el sesgo dependerán del medio y, en última instancia, del periodista que lo escriba. (¿Vos decís que los medios manijean, Luis? que feo) Por lo tanto, ese lunes, el próximo 14 de agosto, unos destacarán que la candidata se impuso por casi nada y quizá agreguen: "aunque no está dicha la última palabra." (Vos por ejemplo, y el 90 % de los medios, que cobran pauta oficial) Otros amplificarán la victoria de Cristina o la derrota de Cambiemos en la provincia más grande y relevante de la Argentina. (Y, viste como son: gana la que dijeron que estaba liquidada donde vota el 38 % del padrón, contra Macri y vidal, y se agrandan) Usarán, tal vez, la palabra "invicta" o el término "invencible". (Que son las que se suele usar cuando hay alguien que ganó cada vez que se presentó a una elección) Algunos otros, más cerca de la mirada del gobierno nacional, (Y de la billetera) aventurarán que en octubre Esteban Bullrich podría dar vuelta la historia, con la ayuda del voto "del miedo" a lo peor del pasado. (La batalla semiótica entre la crónica de lo que pasó y las especulaciones en condicional sobre lo que podría pasar, basados en lo que uno quiere que pase)
Lo que ni Mauricio Macri ni María Eugenia Vidal, ni Marcos Peña ni Jaime Durán Barba podrán evitar es, en principio, el alto impacto negativo que tendrá semejante título. (Y no, por eso mandan a hacer notas como ésta, para que el cacerolo promedio se vaya acostumbrando) Para el gobierno y para Cambiemos; dentro y fuera del país. (Sobre todo porque ahí los títulos serán más sencillos: “Ex presidenta derrota a Macri y desata una crisis política”) Impacto negativo que podría repercutir, incluso, en la economía real, en las finanzas, los inversores extranjeros y los mercados (Claro, se pararía una locomotora que viene marchando a toda velocidad, generando empleo, consumo y coso) (a menos que los mercados, el círculo rojo o como se llame, den por descontado que las PASO funcionarán como la primera vuelta de un ballotage). (Capaz que los movimientos del dólar los últimos días indicarían que no es taaan así Luis, manejálo como posibilidad)
Tampoco podrán evitar los líderes del PRO, si se produce este resultado, el aluvión de "sensación de supremacía" arrolladora que van a proyectar Cristina Fernández y sus seguidores. (Y las gastadas que se van a comer los boludos que repiten todo el tiempo “No vuelven más) Ni hablemos, desde ya, del espíritu de revancha que sobrevolará la sociedad durante las primeras horas posteriores. (En cambo si gana el gobierno, imperará la más absoluta magnanimidad y espíritu de pacificación, como hemos visto en estos 20 meses) Además, desde el punto de vista simbólico, esa derrota parcial representará, por qué no, la idea de que Cambiemos no fue capaz de frenar a una fuerza política que parecía por lo menos desorientada en diciembre de 2015. (Simbólico y real, Majul: si ocurre, les llenarán el culo de votos) También pondría en cuestión, sobre todo, la idea de si el Presidente tiene lo que hay que tener para administrar con éxito un país en los dos años que le restan de mandato. (Ahí estamos entrando en cuestiones menos simbólicas, y más preocupantes. Cuanto miedo transmitís Luis. A que se corte la cadena de pagos, sobre todo) Todo eso y mucho más podría suceder si, como algunos temen y otros sospechan, Cristina se impone aunque sea por una mínima diferencia. (Y si es por más, ni te cuento: entrarán en pánico)
¿Tiene Cambiemos manera de evitar que esto suceda? Sí. ¿Cómo? (¿Haciendo fraude? A lo mejor es por eso que designaron a dedo al juez electoral de la provincia, y no nombraron todavía a la mitad de los presidentes de mesa) Tratando de dar un fuerte giro en la campaña. Intentando convencer a la opinión pública, cuánto antes, que perder por poco dentro de veinte días podría ser tan desastroso como caer derrotado en las elecciones propiamente dichas, dentro de tres meses. (Que interesante como el periodismo independiente se mete a consultor de campaña del gobierno, todo por el mismo precio. ¿O vas a pedir un plus?) Para decirlo en lenguaje electoral: transformar agosto en octubre. Convertir el domingo 13 de agosto en el domingo 22 de octubre sin esperar que el leve viento a favor de la economía o la ruleta rusa de Comodoro Py (Ruleta rusa, claro, como si lo que pasa ahí dependiera del azar y no de los manijazos del gobierno) le den el último empujón a Bullrich para ganarle a Cristina. (A Bullrich tienen ganas de darle el último empujón, pero a la fosa común) Anticipar el juego. Provocar un efecto parecido al tuit de Campanella cuando, el 13 de octubre de 2015, antes de la primera vuelta de las últimas elecciones presidenciales, escribió: "Solo hay dos melodías, kirchnerismo y Cambiemos. Todo lo demás es ruido. Votá en primera como si fuera ballotage. O puede no haberlo". (El tema es que en la primera vuelta perdieron, Luis. Y en la segunda ganaron por dos puntos, cuando las encuestas hablaban de más de 10. A lo mejor Campanella no sería el tremendo influencer que vos pensás que es) Todavía nadie midió de manera científica el impacto de esos 130 caracteres del director de El secreto de sus ojos y Metegol en aquella competencia electoral. (Claro, para que después digan que los científicos están al pedo investigando huevadas, los manden a lavar los platos y les corten las becas. Igual, si nadie lo midió “científicamente” ¿de dónde sacás que fue decisivo, al punto de pedir que ahora lo haga de nuevo? Que chanta sos, Majul) Tampoco se sabe si Campanella sigue pensando lo mismo o si, como le adjudican, cree que la mejor manera de que Cristina no vuelva es votar por 1País. (Si se les piantó Campanella fueron, les quedan Susana Jiménez, Mirtha y Casero y pará de contar) Pero sí se podría aventurar que las máximas figuras de la coalición gubernamental necesitarían un poco de esa misma medicina, la de hacer pasar a agosto por octubre, para alertar a los votantes que todavía no se decidieron. (¿Vos dando ánimo a la tropa y pidiéndoles que muevan las cachas, tan mal está la cosa, Luis?)
Hay, en estos días, dirigentes territoriales de Cambiemos que se la pasan haciendo cuentas para saber, de verdad, donde están parados. (O sea, quieren saber si la paliza será tan grande que los deja afuera, o si salvan la ropa y zafan) Dice uno de ellos, quizá uno de los que más conoce el paño, que Cristina Fernández tiene una diferencia de más de medio millón de votos sobre Esteban Bullrich en la tercera sección electoral. (Una bicoca, nada que no se puede remontar con un par de tuits de Campanella) Agrega que, donde "gobierna" Verónica Magario, la intención de voto de la ex presidenta tocaría el 50 por ciento. (Que clima de derrota trasunta todo esto Luis, tememos que tomés alguna decisión drástica) Que para empezar a emparejar la competencia en toda la provincia, el equipo de Vidal tendría que repetir o mejorar el desempeño de Cambiemos en la última elección. (Listo, suena la marcha fúnebre, corréte que vienen llegando las coronas) En especial, en distritos muy populosos como Bahía Blanca, Mar del Plata y La Plata, (Donde metieron unos intendentes del carajo que vienen dibujando como gobiernan, o sea que no van a tener problemas) sin descuidar el interior, donde, según él, ya se empezaron a notar los primeros brotes verdes del tenue crecimiento. (¿En el interior donde viven “del campo” “se empezaron a notar los primero brotes verdes del tenue crecimiento”? Listo, son cartera, Luis)

Aunque los principales candidatos de Macri parecen respetar a rajatabla el manual de procedimiento y las sugerencias de los "coaches" de evitar la discusión sobre la economía (Una sugerencia muy atinada. Deberían complementarla con cambios en el gabinete poniendo a alguno que no sea tan inútil, y alguna pegada en la economía, para que cierre) y centrarla en la corrupción, las segundas líneas ya empiezan a sentir que la fórmula parece no alcanzar para garantizar el triunfo. (Lo dicho: son los que están al final de la lista, al borde de quedar afuera. Es como el Titanic: no hay botes para todos) Sin embargo, el Presidente hace rato que lo entendió: la única manera de ganarle a Cristina, si las estadísticas de Jaime Durán Barba y Santiago Nieto no mienten, es pescar en el mismo río en que lo hace Sergio Massa. La duda es cuándo y cómo. (O sea que pese a que lo entendió hace rato, todavía no lo terminó de entender. De lejos parece opa Macri, y cuando te acercás, lo confirma) ¿Cuándo? En la última semana antes de las PASO, porque es en el tiempo en que quienes todavía no se interesaron por la campaña empiezan a prestar más atención. (Ah, apuntan al electorado pavo, digamos. Pero ¿no se suponía que ése es el núcleo duro de “Cambiemos”, gente capaz de tragarse que Macri quiere combatir la corrupción, o no quitarte nada, ponéle?) ¿Y cómo? A través, primero, de los medios masivos, con la correspondiente réplica en las redes sociales. ¿Cuáles? Facebook es la preferida de Cambiemos porque cumple con los requisitos del manual básico de cómo convencer a quienes responden a la categoría de "voto blando", según Durán Barba. (El voto Armando, claro, Porque el Arturo ya lo tienen) Facebook es igual a comunidad de intereses, familia y amigos. Grupos de personas que son influidas por las opiniones de su entorno laboral o el deporte que los vincula. (O el programa de Tinelli, digamos todo. ¿Y los tuits de Campanella, Luis, estarían perdiendo poder?) Cuando el asesor ecuatoriano deja de provocar y empieza a hablar en serio, (Error: cuando provoca es cuando más en serio está hablando, justamente para el voto duro) se entiende mejor porqué cree que los discursos políticos tradicionales ya no penetran en los electores de este tiempo. Él dice que es más determinante la opinión de un compañero de oficina o de un pariente directo que de un candidato hablando por la tele. (Ah, la campaña hormiga. Debe ser por eso que invierten una torta de guita en los medios y las redes sociales. Igual, no sé si lo advertirste, pero les estás bajando el precio a los periodistas como influencers, Luis. Fijáte, que si se avivan te podan pauta)

El problema que tiene ahora mismo Cambiemos no es haber "inflado" por acción u omisión a Cristina, bajo el supuesto de que se le ganaba relativamente fácil. (No, es más grave: se llama “Macri y su gobierno”) La principal desventaja es que la cabeza de lista de Unidad Ciudadana está haciendo una campaña inteligente. (Feo eso de decir subliminalmente que la campaña del oficialismo es una garcha, Luis) Una campaña que parece no quitarle un voto y que incluso le habría servido para subir levemente su techo en las últimas semanas. (Epa, empezamos a blanquear que lo del “techo bajo” era pura sanata) No grita. Ni siquiera levanta la voz. No concede reportajes. (Y eso que vos le venís insistiendo, hasta armaste una encuesta para las preguntas, y nada che) Su rostro no aparece ni siquiera el los spot cedidos por el Estado a los partidos políticos. Se quitó todas las joyas y los adornos brillantes que tanto irritan a casi todas las clases sociales. (Sobre todo a las viejas chotas que están todo el tiempo con joyas y adornos hasta el caracú. Ay Luis, esto era viejo y pavo ya con Evita) Se mostró ajena (en público) al centro de la discusión sobre el pedido de expulsión de Julio De Vido. (Obvio: leyó lo que dice Durán Barba, e hizo lo contrario) Ordenó a su tropa bajo cuerda que usaran como argumento por la negativa la defensa de la Constitución. (Esta yegua, siempre sacando argumentos debajo de la manga) Sus incondicionales, como Diana Conti, usaron además el concepto "cortina de humo" para explicar que la movida de Cambiemos tenía como único objetivo ocultar el ajuste y la pérdida de puestos de trabajo. (Ojo Luis, que hasta Stolbizer y Camaño usaron ese argumento. Es como que se estaría notando mucho, digamos) Se muestra, en apariencia, dispuesta a escuchar. (Es verdad: menos a vos, a casi todos) Se exhibe como la vocera de "las víctimas" de la política económica de Macri. Si aterrizara mañana en Argentina alguien que no la conociera, la confundiría con una monja de la congregación de la Madre Teresa de Calcuta, Misioneras de la Caridad. (Depende de si se encuentra o no antes con María Eugenia Vidal, o mira unos de esos videítos donde bebotea recordando al carnicero de su infancia, y de ahí se va a ordenar reprimir alguna toma de fábrica)

(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

2 comentarios:

  1. Esta "sublime" pieza de Majul me ha decidido: le voto al Kirchnerismo, por siempre.

    ¡FUE EL DIARIO, LUIS! ¡TU DIARIO! ¡JUÁ JUÁ JUÁ JUÁ!

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  2. Se puede ser más pelotudo que lo que la cara muestra: Majul lo logra cada día

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