miércoles, 23 de agosto de 2017

MAJUL, QUE HA OBSERVADO DE CERCA EL TEMA, ALERTA POR LA RODILLA PRESIDENCIAL


(*)

El Presidente Mauricio Macri tuvo una de las mejores semanas de su vida. (Por fin un buena, luego de tantos años de privaciones y desdicha, con una vida cargada de dificultades) Centenares de personas lo llamaron para decirle, básicamente, que era el más lindo, el más alto y el más inteligente. (Vos, el primero. Igual, con lo de “más inteligente” medio que se dio cuenta que lo estaban boludeando. ¿No sabés si lo llamó el padre?) En suma: el mejor dirigente político de todos los tiempos. (Confirmado: lo llamaste vos) Hasta el domingo, muchas de esas mismas personas dudaban del resultado de las PASO. (Vos, ponéle. Igual, a esta altura y escrutinio mediante, ya dudamos todos) Incluso temían que Cristina Fernández ganara por más del cinco por ciento de los votos y se posicionará, (“posicionara” es, burro, no estás hablando en guaraní) de manera automática, como candidata a presidenta en 2019. (Ah, ahora es con cinco puntos la cosa, si ganaba por cuatro y medio se jubila. Perfecto, quedamos así, igual, ojo que todavía falta octubre)
Pero esta semana no pararon de adularlo. (¿Celoso por la competencia Luis? es así, te dormís un segundo y ya hay un montón de advenedizos disputándote tu lugar) Es más: algunos de ellos se atrevieron a anticipar la posibilidad cierta de postular su reelección. (¿No estarán yendo muy rápido, no tendrían que esperar por lo menos que terminen el recuento?) Y muchos incluso confundieron la idea de 20 años ininterrumpidos de crecimiento de la economía con dos décadas seguidas de Cambiemos en el poder. (Ah, o sea que está claro que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Lo sospechábamos, analizando los resultados de estos 20 meses) Solo un grupo reducido de amigos y asesores que valoran y quieren a Macri de verdad (Vos, Luis, no seas modesto) se animaron a sugerirle que no cometa el error de agrandarse. De confundir alegría y entusiasmo con soberbia. De no mezclar festejos con ambición desmedida. (De no festejar triunfos donde hubo derrotas, como en Buenos Aires o Santa Fe. Ah, no, pará...) De no reemplazar la idea del cambio con la del vamos por todo. (Obvio, ya se vio con el caso Freiler como prevaleció la tendencia moderada) La misma que llevó a Cristina al principio de su inevitable camino a la decadencia política. Y posiblemente, también, a la cárcel. (Epa, ya es “posiblemente”, ¿se diluyen las certezas, Luis?) Para equilibrar la locura del poder con las cosas reales de la vida, el martes, Macri fue operado de la rodilla derecha por enésima vez. La verdad es que la tiene muy maltrecha. (O tiene unos traumatólogos de mierda, y eso que moneda no le falta para pagar uno bueno)
La razón estructural es la forma de sus piernas. (Prestemos atención porque habla alguien que conoce del tema. Muy de cerca, conoce) Para decirlo sencillo: Macri es chueco, (Como Suar. Una pena que no se haya dedicado a producir tele y se l diera por la política) pero al revés, y tiene corrido el eje por donde pasa el peso del cuerpo. (Hacia la derecha lo tiene corrido, bastante) Para colmo, se la pasa jugando al padel y al fútbol, lo que acelera el desgaste de los cartílagos. (Es que probó con el ajedrez, que es más sedentario, pero le alivia la rodilla a cambio de hacerle doler la cabeza, porque no lo entiende) El problema de fondo, ahora, es que para curarse, el Presidente debería abandonar de manera definitiva ambos deportes. (Con lo cual no tendría más goles de tiro libre para mostrar en las reuniones del G20, y ya sería medio al pedo que siga yendo) O hacer una rehabilitación a conciencia, mucho más rigurosa que las anteriores. (¿Seguimos hablando de la rodilla, Luis, o ingresamos en otro terreno más árido?) Quizá no haya sido suficiente, entonces, ni la artroscopia que le hicieron para limpiarle las partes más calcificadas de la rodillas, ni las células madre que se aplicó y que tanto bien le habrían hecho, por ejemplo, al tenista español Rafael Nadal. (Con razón Nadal volvió a ser número 1: si a Mauricio le funcionaba la limpieza de rodillas, minga que lo iba a dejar. Valiosísima toda esta información que estás compartiendo con nosotros, Luis)
Quizá, lo más sano, es que alguien le diga, de una buena vez, que ser Presidente no te hace superman. O inmortal. (Eso, nada de trabajar 24 horas por día sin parar, sin tomarse jamás un descanso, unos días de vacaciones, un fin de semana largo, nada. La máquina te pasa factura al final) Que una cosa es desdramatizar los problemas de salud y, otra muy distinta, sobreestimar la capacidad física e intelectual de uno. (¿Estás sugiriendo que Mau sobreestima su capacidad intelectual, Luis? Cuidado) Y, por supuesto, lo mismo que le haría tanto bien para la vida le debería ser aconsejado para sus acciones públicas y la política. (Ah, acá volvimos a lo tuyo, cualquier cosa que sea lo tuyo) Es probable que, en el medio de los festejos del domingo pasado, nadie le haya dicho que la mención a la glotonería de Elisa Carrió estuvo fuera de lugar. Muy fuera de lugar. (Obvio, si le hubiera dicho bipolar a Cristina, o que tiene trastornos psicológicos, vaya y pase. Pero con el peso de Lila, no señor. Aunque ahora que lo pensamos, lo de Cristina lo dijo en una nota dos o tres días antes de la elección) También es posible que tampoco nadie se haya animado a sugerirle que abandone esa pose de banana supermacho que exhibió en el cierre de campaña, en Córdoba. (Es que viste como son los gorilas cuando se juntan en su territorio: empiezan todos a golpearse el pecho) Está claro que en ambos casos intentó descontracturar haciendo chistes de su propia cosecha. Pero fueron chistes malos. (Como todos los que hace, siempre. Tirando a pelotudos ya) Y piantavotos. De esos que revelan parte de la verdadera personalidad de quien los hace. (¿Vos decís entonces que si Macri se revela tal cual es no lo votaría nadie? Que feo, Luis)
Pero si nadie se lo dice, tarde o temprano los volverá a repetir, en otras circunstancias y con consecuencias peores. (Claro, como si dijera “acá está la Argentina que se puso de pie y camina”, rodeado de Michetti y personas en sillas de ruedas. Ah, no, pará, que eso ya lo dijo) ¿Fueron producto de ese impulso ganador y de soberbia las denominadas picardías de Macri y de Cambiemos de la última semana? (No, fueron producto de la necesidad de evitar la tapa de los diarios del lunes diciendo que ganaba Cristina, y la consecuente estampida del dólar justo antes del megavencimiento de 532.000 palos en LEBAC´s el martes) Habría que analizar una por una. Es cierto que Macri, María Eugenía Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Carrió, Gabriela Michetti, Graciela Ocaña, Esteban Bullrich y Gladys González, entre otros, salieron a festejar a las 22:45 del domingo de elecciones, a sabiendas que el resultado en la provincia de Buenos Aires podía ser adverso. (Y estuvieron diez minutos en el escenario y se fueron, Vidal festejaba el cumple de uno de sus hijos y el resto es muy de festejar empates técnicos)
También es verdad que ninguno de los que habló dijo ganamos en la provincia de Buenos Aires o en Santa Fe, (Salvo el propio Macri o acá Corral, ninguno) donde también se estaba perfilando una suerte de empate técnico. (En una elección, claro. Y la definen por penales) Tampoco hay ningún indicio de que el Poder Ejecutivo haya tomado la decisión consciente de demorar la carga de los datos que llegaban desde las localidades más populosas, (Y en las que Cristina ganó por paliza, digamos todo) donde se tarda más en contar. (Esa era la ida, Luis, que no quedara ningún indicio. Pero no lo pudieron lograr, porque no son Superman) En todo caso, lo que si existió fue la decisión de comunicar un clima de triunfo en determinado tiempo y determinada forma. (Ah, no diga “fraude y manipulación del escrutinio” sino “decisión de comunicar un clima de triunfo sobre suave colchón de determinado tiempo y guarnición de determinada forma”. Un especie de “Uy, nos rompieron la urna”) De manera que la opinión pública no se quedara con la sensación de que Cristina estaba ganando. (Que era lo único que les interesaba, tal es el cagazo que le tienen) De forma tal que se entendiera primero, como un gran triunfo, lo que sucedió en el resto del país y segundo, como un dato meritorio, el hecho de que se estuviera peleando voto a voto contra la expresidenta de la Nación. (Que estaba muerta y sepultada y en declive irrefrenable hacia el ocaso, según dijeron en toda la campaña) Fue una audaz jugada de marketing político. (No diga “Se cagan en todo”, sino “audaz jugada de márketing político”)
Astuta, pero legal. (Como una off shore, o un fideicomiso ciego, digamos. Aunque el  fideicomiso ciego no es legal) Las exageradas acusaciones de secuestro de votos y fraude terminarán afectando más a Unidad Ciudadana que a Cambiemos. (S´, sobre todo si se confirma que le secuestraron votos) Y algo parecido podría decirse de la suspensión y pedido de juicio político contra el camarista Eduardo Freiler que la mayoría transitoria del Consejo de la Magistratura consiguió imponer, (¿Imponiendo cosas por una mayoría transitoria, Luis, y el diálogo, y el consenso, y Candela y la moto?)  a aprovechando la ventana (Entraron por la ventana, como en una salidera, digamos) entre la salida abrupta del senador nacional Ruperto Godoy y el demorado (Demorado por Lorenzetti, en acuerdo con Pichetto y el gobierno) ingreso de su colega Juan Mario Pais. Macri, el consejero del Gobierno Juan Bautista Mahiques y el Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, movieron ligeramente las piezas (En realidad le pegaron un voleo al tablero, pero bueno, viene de eufemismos hoy la cosa) para que Freiler pudiera ser suspendido. Lo hicieron dentro del marco de la legalidad. (Ancho, el marco. Tanto que le hicieron decir a la Constitución y a la ley que hay que ser abogado para representar al Senado en el Consejo de la Magistratura) Lo hicieron a conciencia, (Es verdad, dolosamente, lo que agrava la maniobra) convencidos de que la continuidad de Freiler es incompatible con un sistema judicial que se pretende honesto y transparente. (Y con los intereses de Clarín y del gobierno, más que nada, digamos todo) Hay indicios serios de que el magistrado se enriqueció de manera ilícita (Pero fue sobreseído por la justicia, Luis, ¿y la justicia independiente, y la cosa juzgada?) y que sus fallos no fueron a conciencia, (Ah, leen mentes ahora. Después no quieren que Macri se crea superhombre. No ser Superman pero es el profesor Xavier de los X Men) sino una apuesta política a favor del ex Frente para la Victoria. (Obvio, si hubiera apostado a Cambiemos como el resto de Comodoro Py, hasta la Corte Suprema no paraba)
Pero también está claro que el Gobierno lo hizo al límite de la ley y las normas. No por fuera de ellas. Sí en el margen. (Es como la cuarta o quinta vez en la nota que aclarás esto, Luis, fijáte que podés estar quedando como el que va por detrás tratando de borrar las huellas del delito) Para que a nadie le quedaran dudas de que Macri va a seguir tomando riesgos para lograr los objetivos que se propuso. (Como si alguna vez hubiéramos dudado de eso) Ahora mismo el Presidente está revisando el mapa de los ganadores y los perdedores. El mismo se coloca a la cabeza de los primeros, junto con Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Carrió, Durán Barba, y candidatos como Ocaña, Eduardo Costa, en Santa Cruz, Claudio Poggi en San Luis, y gobernadores peronistas como Juan Manuel Urtubey, de Salta, y Sergio Uñac, en San Juan. (Insfrán, Manssur, Peppo o el Chivo Rossi no jugaron, ponéle) A Sergio Massa, Martín Lousteau, los hermanos Rodríguez Saá, el gobernador de la Pampa, Carlos Verna, y Alicia Kirchner, los coloca claramente en la lista de los perdedores. (¿Y a Schiaretti en los de los empates? Raro que no figuran entre los perdedores ninguno de los que se acercaron a él, que los carbonizó. ¿Quieren desmentir que es mufa?)
Espera que Bullrich le gane a Cristina Fernández en octubre, con los votos de quienes no fueron a las urnas ahora, (¿Están pensando votar por ellos, Luis, no alcanzó con lo de los telegramas?) y muchos de quienes lo acaban de hacer por Massa, Margarita Stolbizer (Iban juntos, Luis, más precisamente en el mismo tramo de la boleta, como senadores, no se podía cortar) e incluso Florencio Randazzo. Cree que la expresidenta inició un proceso de inevitable declive. Pero no la subestima. (Obvio, a Durán Barba rogando, pero con Indra y el Correo dando) Esa lección ya la aprendió. La lesión en su rodilla derecha podría ser, en la semana donde más le inflaron el ego, (¿Solo el ego, Luis, seguro que no tenés más intimidades presidenciales para contarnos?) una buena señal de alerta. Debería prestarle más atención. (O sea que todo el problema de Macri pasa por operarse la rodilla, no hablemos de que gobierne menos para el orto, digamos)

(*) La negritas son nuestras, el original acá.

3 comentarios:

  1. Una pena que no entiendan el pensamiento profundo de luisito, lo desmedido de su amor por la tristemente chueca figura virreinal, él, que se derrite cual babosa, no tiene la prosa de un gurú K como Jorge Alemán pero tiene voluntad, entrega y sintaxis rastrera, además del tradicional talonario de facturas y ustedes se burlan .... no hay derecho!!, ¿por qué no quieren a este brillante corín tellado, el relator romántico del virrey y sus hazañas?, acaso no les gusta que hable de esa rodilla chueca averiada por deporte y no por genuflexión a ya saben quién?.
    Una sola duda me queda, ¿cuánto habrá cobrado por esa porquería de nota?.

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  2. Me gusto la idea que en las zonas populosas se tarda mas en contar los votos.
    Sera que en La Matanza las mesas tienen 500 votantes en lugar de 350 como en otros lados?
    O sera que retirar 4 urnas de una escuela de Olivos lleva mas tiempo que 12 urnas de una escuela de Lomas de Zamora?
    Quizas Majul no sepa que escanear 20 telegramas o 40 o 100 lleva mas o menos el mismo tiempo que se mide en minutos y no en horas.
    Cuando algun pelotudo ,y no solo Majul, habla de este tema sin saber un carajo, indica claramente que nunca estuvo en una mesa de votacion.

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  3. No se puede ser más chupamedias que este sujeto deshonroso. No le dará vergüenza -en algún momento- ser tan rastreramente genuflexo? No, claro, el bolsillo bien forrado lo exime de cualquier rasgo de ética y amor propio.

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