La justicia jujeña manejada a control remoto por Gerardo Morales revocó la prisión domiciliaria de Milagro Sala, y ordenó que vuelva al penal de Alto Comedero.
De ese modo el Estado jujeño (y por carácter transitivo el argentino, que es el que asume responsabilidad institucional) se vuelve a cagar en las resoluciones de la CIDH y en el sistema internacional de protección de los derechos humanos.
Tal como lo hacen las dictaduras, y como lo hacía la nuestra allá en los años de plomo. Hace unos días fijamos éste tuit al respecto:
Este gobierno no es una dictadura. Alguien debería decírselos— La Corriente K (@lacorrientek) 13 de septiembre de 2017
En efecto, ni Gerardo Morales ni Macri (responsable final por estos atropellos, tanto como por la desaparición forzada de Santiago Maldonado) parecen darse por enterados que el voto de la ciudadanía en elecciones democráticas crea derechos para los gobernantes, pero fundamentalmente crea obligaciones.
Como respetar los derechos humanos, por ejemplo.
En medio de una preocupante anomia de vastos sectores de la sociedad a la que estas cuestiones le chupan un huevo, asistimos a diario a una creciente espiral de autoritarismo y pérdida paulatina de nuestras libertades democráticas; que torna cada día más ridícula la caracterización de "nueva derecha moderna y democrática" de la que hablaba Natanson.
Hacen echar de los medios a los periodistas críticos con el gobierno, justifican y encubren la desaparición forzada de alguien a manos de las fuerzas de seguridad del Estado y presionan a los medios que no se alinean con el gobierno (como acaban de hacer con Crónica por la entrevista a Cristina) para torcer su línea editorial y hasta obligar a sus dueños a vendérselos a testaferros del gobierno (como están haciendo con C5N y los demás medios de Cristóbal López).
Aprietan públicamente a jueces, fiscales y camaristas para influir en sus decisiones, condicionan a los gobernadores de las provincias al extremo de hacerles bajar las listas para las elecciones, reprimen a los trabajadores y la protesta social (como esta misma semana hicieron en el ingenio Ledesma en Jujuy, como si estuvieran en "la noche del apagón"): todo eso y mucho más está pasando ahora, acá, no en la Venezuela de Maduro; frente al silencio o peor aun, la aprobación explícita de los medios que señalan blancos y piden más leña; y una parte de la sociedad que los consume y secunda.
Van tensando la soga para que reaccionemos mal, y todo se termine pudriendo, de modo de contar con la excusa perfecta para desencadenar toda la furia represiva: la revocación de la prisión domiciliaria de Milagro Sala es una provocación deliberada para que se produzcan incidentes en el domingo, en las marchas reclamando por la aparición con vida de Santiago Maldonado.
Porque no nos engañemos: a Milagro le revocaron lo que no era una prisión domiciliaria y la devuelven a la cárcel (tras tratarla como no se trata a los genocidas), por haber reclamado saber donde está Santiago Maldonado.
Porque no nos engañemos: a Milagro le revocaron lo que no era una prisión domiciliaria y la devuelven a la cárcel (tras tratarla como no se trata a los genocidas), por haber reclamado saber donde está Santiago Maldonado.
Una burda provocación que nos impone a nosotros mantener la cordura que ellos perdieron hace rato, para que todo no termine volando por los aires; pese a estar gobernados por una caterva de hijos de puta (en la que los radicales ranquean alto) empeñados en que así sea.
Sin cejar un ápice en ni uno solo de todos los reclamos: por justicia, trabajo, salario, dignidad y derechos. Y por la libertad de Milagro Sala, y la aparición de Santiago Maldonado.
Pero sin pisar el palito de las provocaciones.
Ya en 2001 , de ciertas universidades norteamericanas surgieron las justificaciones teóricas para convalidar la concepción guerrera yanki de "territorios mal administrados" y se aprestaron tres triunviros internacionales para suplir la acefalia argentina que pensaban eterna. Siempre esos planes geopoliticos terminaron chocando con la imprevisibilidad del gen argentino, el que puede torcer cualquier curso de Historia. No cejan, es claro, en concebir tales entelequias, entusiasmados por el sorpresivo "experimento argentino" en curso.
ResponderEliminarPor eso acuerdo con esta percepción de provocaciones, muy del gusto de los guionistas de NetfliX y aquellos de la IV Flota. Deberían fijarse más en lo que larva puertas adentro del Imperio, verdaderamente.
Porque ni nosotros, los locales, podemos apostar un pleno a lo que piensa el argentino medio. Saludos.
El tema es que es difícil tener que morder los dientes por mucho tiempo.
ResponderEliminarPor algún lado la presión buscará salir.