(*)
Dos
pequeñas grandes ideas (Contigo todo es pequeño, con pretensión de ser
grande, Luis) sintetizan lo lejos que Cristina Kirchner y sus seguidores
están de la verdad y los datos reales. Están resumidas en dos consignas
políticas. Una reza: Macri/basura/vos sos la dictadura. La otra dice: "Oh/
Vamos a volver/ a volver/ a volver/ vamos a volver. (Que pena que las notas
no vengan con sonido incorporado, mataríamos por escucharte cantar) Sobre
la primera, la ex presidenta ahora no se hace cargo, pero hasta la semana
pasada la fogoneó ante su militancia sin ningún reparo. (Esto dicho por
consultora “Andá a chequearlo a la concha del mono”) Y tanto la fogoneó
que, según las últimas encuestas, encargadas por los propios equipos de Unidad
Ciudadana, es precisamente este argumento delirante (Tanto que se te ocurrió
a vos que ella lo hizo propio) el que le está haciendo perder sus propios
votos (Ah, los que la votaron a Cristina por ser la más crítica de mscri,
dejarían de votarla por endurecer sus críticas, perfecto, sigamos) y ganar
cada vez más adherentes a Esteban Bullrich y Gladys González. (El pasaje de
votos del kirchnerismo a Cambiemos, y otros grande mitos urbanos)
Sobre la segunda, hay que aclarar,
una vez más, lo obvio: (Obvio: si no aclararas lo obvio, ¿de qué
escribirías?) Cristina volverá, después de las elecciones de octubre, solo
a la Cámara baja, como senadora nacional, (el Senado es la Cámara alta,
burro. Hasta diciendo obviedades metés la pata. Lo bueno sería que siendo
candidata a senadora, termine como diputada) con un poder de decisión muy
acotado por la predominancia de su colega Miguel Pichetto, (Un líder de
masas, que aglutina el voto peronista) y con la amenaza latente de la
cárcel a la vuelta de la esquina. (¿Pusieron una cárcel a la vuelta del
Congreso?) Ahora que están bien aclarados estos dos puntos, (Que eran
obvios, o sea que no hacía falta aclararlos) hablemos en serio, (Es
decir que hasta acá fueron puras pelotudeces, buena autocrítica) por encima
de la posverdad. Hablemos de lo que representa la ex jefa de Estado, y hacia
dónde se dirigirán, después de octubre, los entre 30 y 35 por ciento de los
votos que seguramente alcanzará en la provincia de Buenos Aires. (Ah, o sea
que la parte seria de la nota empieza para el lado de la adivinación, pero
somos nosotros los que estamos fuera de la realidad y los datos verdaderos,
perfecto, sigamos) Hablemos del futuro de Cambiemos y del futuro político
del presidente Mauricio Macri la gobernadora Maria Eugenia Vidal el jefe de
gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, los dirigentes peronistas que aspiran a
liderar la oposición y de hacia dónde va la economía. (Que ambicioso Luis,
ni siquiera Lilly Süllos se animó a predecir tantas cosas al mismo tiempo) Un
minuto después de que se conozcan los resultados finales de las elecciones del
próximo 22 de octubre en la provincia de Buenos Aires, y si no sucede nada
raro, (Paraguas) Cristina Kirchner caerá derrotada y su influencia real
sobre el peronismo pasará a ser mínima. (Claro, será desplazada por los grandes
triunfadores de la jornada, como Massa, Randazzo y Schiaretti) Su base de
representación se desvanecerá de manera acelerada y ella y su pequeño grupo de
fieles se encerrarán en sí mismos. Se harán más pequeños, (Que complejo con
la pequeñez) más radicales, (¿Ganan influencia Santoro y Moreau?) y
más delirantes todavía. (Mas delirante que todo esto, imposible)
Muchos de los dirigentes que ahora
juran dar la vida por ella se subirán al colectivo de Sergio Massa, Florencio
Randazzo, (Sería un cambio de tendencia fuerte, porque hasta ahora viene
pasando exactamente lo contrario) o del próximo jefe del Partido
Justicialista; (¿Ritondo, Santilli?) los intendentes del conurbano que
todavía la necesitan para no perder sus distritos (¿Cómo, no era
piantavotos?) dejarán de atenderle el teléfono y hasta los miembros más
fieles de La Cámpora buscarán un nuevo lugar bajo el sol, como lo hicieron en
su momento Diego Bossio o Juan Manuel Abal Medina por citar a dos de los
hombres que parecían incondicionales. (Y que no eran de la Cámpora. Igual,
dos trayectorias meteóricas hacia la nada la de los dos que elegiste, después
de irse del kirchnerismo) Este dato político
conlleva una buena y una mala noticia. La buena: estaremos todos cada vez menos
pendientes de Cristina, (Vos Luis, no proyectés tus obsesiones) tal como
sucedió con Carlos Menem, desde el mismo instante en que decidió no competir
con Néstor Kirchner en la segunda vuelta de las presidenciales de 2003. (Solo
que Cristina sigue compitiendo, y hasta acá viene ganando) La mala: que los
cada vez menos seguidores de la ex jefa de Estado se radicalicen tanto que
terminen eligiendo la violencia política con la intención de imponer sus ideas
insostenibles para la mayoría de la sociedad. (Conclusión basada en el
tarot, la borra del café y la lectura de las bolitas de naftalina en los
mingitorios)
El futuro de Macri, si no pasa nada raro, (Segundo paraguas,
es lo que ocurre cuando uno las va de pitoniso: tiene que apelar al “puede
fallar”, como Tu Sam) se presenta mucho más prometedor. La economía está
creciendo a un ritmo del cuatro por ciento. (Sobre un año base en el que
cayó estrepitosamente, digamos todo) De a poco, de manera muy lenta, (“Des
pa cito...”) y en forma despareja, casi todos los sectores (Si es
“despareja” y “casi todos” medio que lo del 4 % de crecimiento sería un bolazo)
van virando del rojo fuerte a verde tenue, (Es un crecimiento en tonos
pastel digamos) mientras al mismo tiempo la inflación se va desacelerando, (Salvo
en agosto que volvió a subir, pero son detalles) el trabajo formal va
creciendo (Bueno, los números que dio el INDEC esta semana indican que no,
oh, sabio apegado “a los datos reales de la realidad de verdad”) y los
índices de pobreza van disminuyendo, (Cosa que no se sabe de donde salió,
porque no los están publicando) de manera lenta pero continua. (Es un
caracol rengo y herido este gobierno Luis: lento, tenue, desparejo) Si la
tendencia de este contexto se mantiene, Macri irá por la reelección en 2019. (Y
si no volverá seguirá rascándose el higo, pero en las empresas de papá) Y,
por supuesto, Vidal y Larreta intentarán exactamente lo mismo, con altas
posibilidades de lograrlo. (¿No estamos yendo muy rápido, Luis?) La
fantasía de los analistas clásicos de que Vidal se enfrentará al actual
Presidente montada en su mejor imagen y su menor nivel de rechazo omite un dato
clave. Hace tiempo ya, ambos establecieron un compromiso indestructible. Ella
siempre pondrá por encima de su propio deseo la decisión del jefe político que
la propuso como candidata a gobernadora cuando ni ella misma suponía que podía
lograrlo. (Y jamás pasó en política que los que un día juran amor eterno al
otro no te atienden el teléfono, leéte un par de párrafos más arriba) Mientras
tanto, trabaja en un proyecto de fondo, que podría poner el país patas para
arriba: (Bueno, más o menos lo que vienen haciendo entre todos hace 21
meses) el de hacer más gobernable la provincia más grande del país a través
de la obtención de más dinero correspondiente a la coparticipación. (Claro,
con un fallo de Lorenzetti que va a cajonear el expediente hasta que falte un
mes para el final del gobierno, como hizo con el reclamo de las provincias por
los fondos de ANSES en el gobierno de Cristina)
El ambicioso proyecto incluye la división de enormes distritos,
como La Matanza y Lomas de Zamora. Es que tienen más habitantes y más
complejidades que muchas de las provincias de la Argentina. (Exacto, ahí
gana siempre el peronismo, y en las PASO arrasó Cristina. Si uno es gorila, eso
es una tremenda complejidad) Rodríguez Larreta, por su parte, es el más
político de los tres. (Como será la laguna que el chancho la cruza al trote)
Hace tiempo que sostiene que si a Macri le va bien, todos podrían ser
reelectos. Pero si le va mal, significará que a todo el país le irá mal,
incluidos los gobernadores, jefes de gobiernos y grandes figuras que hoy
estarían al tope de la lista de los candidatos en 2019. (Lo cual indicaría
que si no es el más político, si el más sensato. Que vos, seguro, aunque
también dice obviedades, está entrando en tu terreno) Larreta, en verdad,
más que un político es una máquina de trabajo. (Ah visto, ya parecía que era
un robot) De gestión y electoral. Un día de hace 15 años, me dijo, muy en
serio, que iba a ser Presidente. No que soñaba con. No que deseaba ser. Que iba
a serlo. (¿Fue cuando le ofreció trabajo a tu mujer, Luis, los estaba
convocando para la campaña?) Y punto. La foto del futuro de otros
dirigentes parece menos nítida. (Pero si arrimarán algún billetín de pauta
se aclararía ¿no, Luis?) Habrá que ver qué hace Elisa Carrió si obtiene,
como lo proyectan todas las encuestas, más del 50 por ciento de los votos en la
Ciudad. (Rascarse, viajar, denunciar cosas, lo de siempre, bah) Y habrá
que ver también cómo administran su capital político Sergio Massa (Un
verdadero crack adminitrando capitales políticos) y gobernadores peronistas
como Juan Manuel Urtubey, Sergio Uñac y Juan Schiaretti. (Uno que ganó por
poco, otro que ganó bien y uno que perdió por paliza. Deben ser los famosos flujos
de capitales políticos) Es decir: si se animan, entre otras cosas, a
enfrentar a Cristina Kirchner y ponerle los límites políticos que hace tiempo
le deberían haber puesto. (¿Y cuáles serían , Luis, un buen sopapo?)
El otro gran interrogante es si los fiscales y los jueces
federales se atreverán, al final, a tomar las decisiones correctas para
terminar de condenar a Cristina Kirchner y, eventualmente, disponer su
detención. (¿Qué los detiene Luis, acaso la falta de pruebas?) Si el
mundo se detuviera por unas cuantas horas y la respuesta dependiera de una
profunda lectura de los expedientes, (¿Qué tiene que ver la detención del
mundo con todo esto?) se podría anticipar, sin la más mínima duda, que
Cristina terminará presa porque los delitos que se le imputan son
verdaderamente graves. (La cuestión no es que sean graves, sino que estén
probados, Luis) Y la mayoría de ellos, además, no excarcelables. (Sobre
todo el de asociación ilícita, que por eso se lo imputaron aunque sea
delirante) La pregunta subsiguiente e imprescindible es si este gobierno,
el de Cambiemos, tendrá la envergadura política e institucional para aguantar
la reacción "física" que provocarán sus seguidores una vez que se
conozca la noticia. (Estamos como en la cuarta o quinta suposición basada en
suposiciones anteriores de cosas que no pasaron. El famoso periodismo
supositorio) Si el Presidente y las fuerzas de seguridad podrían garantizar
el orden público en caso de que un magistrado le ponga la firma a su
apresamiento. (¿No era que los seguidores de CFK se desvanecerán después d
octubre Luis, por qué tanta preocupación?) La mesa chica de Macri analizó a
las apuradas esa hipótesis durante largas horas, antes de que Claudio Bonadio
la citara a declarar por primera vez, el mismo día en que Cristina montó un
acto público a metros de Comodoro Py. Los funcionarios respiraron aliviados
después de corroborar que el juez, al final, no tenía la intención cierta de
privarla de su libertad. (Obvio, si hay algo que este gobierno detesta es
meter presos a los opositores políticos, preguntále a Milagro Sala si no)
En este momento la administración
nacional parece más fogueada y menos temerosa. (O sea, estaría dispuesta a
repartir todos los palazos y balas de goma que hagan falta si hay protestas
porque Cristina va en cana) Tanto Macri como Rodríguez Larreta lamentaron
los episodios violentos del viernes primero de septiembre, luego de la
movilización por la aparición con vida de Santiago Maldonado. (Sí, de lo que
no dijeron nada fue de la presencia de infiltrados de los servicios y policías
de civil cazando personas inocentes a mansalva) El Presidente, en realidad,
esperaba que a quienes atacaron a policías y bienes públicos, el juez Marcelo
Martínez De Giorgi les hubiera aplicado la ley de flagrancia para dejarlos más
tiempo detenidos. (Se le complicaba porque ninguno tuvo nada que ver con los
incidentes, y la mayoría ni siquiera estaba en el lugar en el que se
produjeron. Y a los que armaron bardo no los pueden encarar, porque los
mandaron ellos) El jefe de gobierno de la Ciudad respiró aliviado al
comprobar que no hubo heridos graves ni muertos del lado de los manifestantes. (“Hasta
un muerto bancamos”, dijo “Incluso dos, total le podemos echar la culpa a la
crisis”, agregó) Pero ambos hoy parecen seguros de poder controlar, con el
mínimo nivel de represión y de manera profesional, (Con profesionales de la
infiltración, digamos) cualquier movilización masiva, aún una como la que
implicaría la detención de Cristina. (Con gente que se desvanece cualquiera
controla una manifestación, Luis)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
El silencio de los inocentes
ResponderEliminarLa Organización Barrial Túpac Amaru es una agrupación política argentina principalmente de la provincia de Jujuy, estaba dirigida por Milagro Sala, con mas de 150 000 afiliados que recibieron su conducción y apoyo desde la organización de copas de leche hasta la construcción de viviendas y el desarrollo de otras cooperativas de trabajo. De polideportivos con piletas, centros de salud, escuelas primarias y secundarias y un terciario. Con atención a los casos sociales, a las personas que tienen menos ingresos, ancianos, madres solteras, personas solas y enfermas, jóvenes desvinculados del sistema educacional, exreclusos.y otros. Pero desde el Estado democrático sigue siendo satirizada, agraviada y ultrajada; desde los comentarios que permite en los medios de comunicación: “Le robó a los pobres. Lo peor es haberles destruido la dignidad” .... Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego. Es algo monstruoso. Pero el monstruo es verídico porque es aceptado por el sentido común. La bestialización a la vez es funcional al deseo del sujeto hegemónico porque se erige como limpio y puro. ¿Qué pasaría si en vez de mirar al monstruo, el monstruo nos mirara?