Lo que se sabía de antemano quedó confirmado con los resultados: "Cambiemos" pudo adjudicarse como marca un triunfo nacional frente a la división opositora, en especial del peronismo; partido en múltiples sellos. Las encuestas en general esta vez acertaron, en especial en la provincia de Buenos Aires.
Lo que no se suponía en cambio fue el clima ominoso en el que se votó, donde el caso Maldonado se soreimprimió a los bochornos varios de la jornada electoral (los certificados "mellizos" de Cambiemos en PBA, la detención de dirigentes de la izquierda en mar del Plata); sin llegarse -por suerte- a los quilombos esperados (y fogoneados) por el gobierno.
Macri consigue un claro respaldo a sus políticas en buena parte del país, repitiendo lo de Alfonsín en el 85´ de ganar en los 5 principales distritos (de los más poblados solo perdió en Tucumán), pero dos años (los que restan hasta la próxima elección) en política y en Argentina son una eternidad: el propio Alfonsín lo pudo comprobar precisamente en el 87' perdiendo con el fracaso del Plan Primavera lo que había ganado antes con el éxito inicial del Plan Austral. Nadie puede festejar nada por anticipado, y no existen los finales cantados.
Aun perdiendo en la elección bonaerense, Cristina emerge claramente como la principal referencia opositora trascendiendo incluso al peronismo; con el innegable mérito de haber enfrentado una campaña en absoluta disparidad de medios, con todo en contra: el acoso judicial, la campaña mediática martillando en contra las 24 horas del día, sin disponer de los medios del Estado nacional ni el de la provincia, con Vidal (la principal carta electoral del oficialismo) protagonizando la campaña mano a mano contra ella, y con el ensayo de colectora funcional a "Cambiemos" (Randazzo) sostenido hasta el final, contra toda lógica opositora racional. Y es muy posible que tras la derrota redoblen la ofensiva judicial contra ella, tratando de impedirle que asuma su banca en el Senado.
Con los números en la mano, se volverá a discutir el acierto o no de no haber ido a las PASO por dentro del PJ, pero lo cierto es que en política las sumas nunca son lineales: el mismo temperamento aplicado acá en Santa Fe con buenos resultados no alcanzó para ganar, así como en Entre Ríos la inclusión del massismo en una alianza con el PJ no evitó una derrota por más de 15 puntos; y en el Chaco la lista kirchnerista que fue por afuera le succionó los suficientes votos al oficialismo provincial para hacerle perder la elección a manos de "Cambiemos".
Lo que supone que, si bien las arquitecturas electorales y las coaliciones que se construyen (lo más amplias posibles, en lo ideal) son importantes, el fondo del asunto es -como diría Fito Páez- una cuestión de actitud: el peronismo que le pedía a Cristina que diera un paso al costado y diseñaba un futuro que no la incluía ni a ella ni al kirchnerismo, no tiene un solo candidato que quede en pie como para reclamar nada: volvió a perder Schiaretti por amplio margen, Pichetto quedó pegado a la estrategia de Weretilneck y no tuvo parte en la victoria del FPV en Río Negro y Urtubey padeció en carne propia otro estruendoso ejemplo del fracaso de la estrategia de "si no puedes vencerlos, paréceteles": terminó tercero en su provincia, detrás del macrismo y de la lista kirchnerista .
Ni hablemos ya de Randazzo (perdiendo en diputados con la izquierda, peleando mano a mano con Pitrola para senadores), Bossio o el propio Massa; que ensayaba su retorno al PJ como consecuencia de la implosión final del experimento del Frente Renovador: terminó tercero en Tigre a 14 puntos de "Cambiemos" y 6 de "Unidad Ciudadana", con un importante corte de boleta a favor de su lista local, y en perjuicio suyo.
En la reconstrucción a futuro del mosaico del peronismo, y parafraseando a Borges, hará seguramente más el espanto a la consolidación del proyecto que encarna Macri, que las coincidencias entre sus dirigentes, pero hay algo que está muy claro: el peronismo será claramente opositor, o no será nada. Los que están conformes con el rumbo que el gobierno le imprime al país se expresan a través de "Cambiemos", los que se oponen a él son los que están reclamando la organización de una alternativa.
Los ganadores de la jornada que salvaron la ropa frente al aluvión de "Cambiemos" tienen en común entre sí diferentes grados de enfrentamiento con el gobierno nacional: Manzur en Tucumán, Gildo Insfrán en Formosa, Verna en La Pampa, Zamora en Santiago del Estero y los Rodríguez Saá con su espectacular remontada en San Luis; digna de todo elogio.
Más aun: el peronismo con todo y su crisis a cuestas, carga casi exclusivamente sobre sus hombros con la responsabilidad de articular una alternativa competitiva para el oficialismo de cara a las presidenciales del 2019. No es una exageración: el "progresismo" y sus diferentes sellos (incluido el socialismo santafesino) afronta una crisis terminal como consecuencia de haber quedado entrampado entre el gorilismo honestista que practicó con ansias intentando competir con "Cambiemos" en el anatema del kirchnerismo; y la denuncia del deterioro de las condiciones socioeconómicas de vastos sectores de la sociedad que omitió, en obsequio a la "gobernabilidad". En ese sentido su situación es la misma del Frente Renovador: la polarización real de la sociedad no deja lugar a "terceras vías", ni a "no lugares".
Los ganadores de la jornada que salvaron la ropa frente al aluvión de "Cambiemos" tienen en común entre sí diferentes grados de enfrentamiento con el gobierno nacional: Manzur en Tucumán, Gildo Insfrán en Formosa, Verna en La Pampa, Zamora en Santiago del Estero y los Rodríguez Saá con su espectacular remontada en San Luis; digna de todo elogio.
Más aun: el peronismo con todo y su crisis a cuestas, carga casi exclusivamente sobre sus hombros con la responsabilidad de articular una alternativa competitiva para el oficialismo de cara a las presidenciales del 2019. No es una exageración: el "progresismo" y sus diferentes sellos (incluido el socialismo santafesino) afronta una crisis terminal como consecuencia de haber quedado entrampado entre el gorilismo honestista que practicó con ansias intentando competir con "Cambiemos" en el anatema del kirchnerismo; y la denuncia del deterioro de las condiciones socioeconómicas de vastos sectores de la sociedad que omitió, en obsequio a la "gobernabilidad". En ese sentido su situación es la misma del Frente Renovador: la polarización real de la sociedad no deja lugar a "terceras vías", ni a "no lugares".
Es imposible medir el efecto en la elección del caso Maldonado, pero todo parece indicar que los derechos humanos no están hoy en la agenda política del electorado, o lo están pero del peor modo: con la confirmación de la muerte de Santiago "Cambiemos" mejoró sus números en Chubut, y con Milagro Sala secuestrada y en riesgo de vida en una cárcel jujeña, Gerardo Morales obtuvo un aplastante triunfo. Lo que supone que las convicciones morales y las credenciales democráticas de cierta parte del electorado son -como mínimo y siendo suaves- bastante plásticas; y que el autoritarismo creciente del gobierno se asienta en un importante respaldo social, por duro que resulte admitirlo.
Después vendrán las lecturas del voto desde el propio sistema político (gobierno y oposición), y los factores institucionales que nunca se someten a él, pero tratan de condicionarlo siempre, y aprovecharlo cuando les conviene: con toda certeza las pulsiones autoritarias del gobierno irán in crescendo, tanto como las presiones del establishment para profundizar el ajuste y las reformas estructurales.
Se discutirán seguramente opciones políticas que van desde tender puentes desde el gobierno a sectores opositores para ensanchar las espaldas políticas que banquen el ajuste, hasta profundizar la cacería de brujas vía carpetazos judiciales para "aleccionar" a los que no se asimilen; y también es posible que el clima de euforia potencie la discusión al interior del bloque dominante por el modelo de desarrollo: dólar barato, deuda y bicicleta financiera versus dólar alto, licuación de salarios en dólares y salto exportador. Un conflicto al que habrá que prestarle atención, porque de su resultado dependemos todos.
Del lado de la oposición, nos quedamos con la convocatoria de Cristina anoche cuando salió a reconocer la derrota, y con esto que acota acá de Baleno: el piso desde el que hoy se arranca es mucho mayor que en la larga noche del menemato, cuando parecía que las mismas ideas y el mismo modelo de país que ayer fue respaldado en las urnas había llegado para quedarse para siempre.
Los 2 nuevos cadaveres politicos, Massita y Randazzo, ponen fin a la exitosa estrategia d Magnetto d dividir el voto peronista PBA, en los proximos meses se dara la implosion d sus armandos politcos q buscaran abrigo en el unico refugio q puede darles calor a fuerza d sus votos: Cristina. Si bien no se puede hacer la suma aritmetico el voto peronista reunificado PBA perfora los 45 puntos y la sumatoria d listas peronistas y aliadas a nivel nacional tambien llega a ese numero. PJotistas reacios a la conduccion d Cristina probaron la medicina q ella les planto con candidatos propios q le provocaron derrotas en sus provincias, si kieren conservarlas en 2019 se debera dar la estrategia win-win con Cristina en nacion y PJ en provincias o habra derrota para todos y todas....
ResponderEliminar("...
ResponderEliminarno nos une el amor sino el espanto
será por eso que la quiero tanto.")
JLB
me parece que los muchachos van a tener que empezar a quererla, si no: game over.
Lamentablemente, el hecho de que el progresismo y sus diferentes sellos afronten una crisis terminal no significa que automáticamente esos sectores vayan a sumarse a una oposición liderada por el cristinismo presente. Y esa confluencia es necesaria para volver a ser mayoría. Nos espera una larga travesía en el desierto.
ResponderEliminarA menos que nos salve el helicóptero, opción no solamente improbable sino que indeseable, porque no queremos que el pueblo pague con sufrimiento lo que es el resultado de nuestra incapacidad política.
Comparto análisis, pero es incorrecta la relación dólar barato salto exportador.
ResponderEliminarPor supuesto que un cosa no trae la otra, pero los que piden devaluación siempre ponen esa excusa: devaluando se provoca un shock exportador
ResponderEliminarJAIUS:
ResponderEliminarDice "dólar barato, deuda y bicicleta financiera" VERSUS "dólar ALTO, licuación de salarios en dólares y salto exportador."
DOLAR ALTO...SALTO EXPORTADOR.
El Colo.