miércoles, 8 de noviembre de 2017

PICHETTO SE SALTEÓ LA CONVENCIÓN DE GUALECUAYCHÚ


En poco más de dos semanas transcurridas desde las elecciones el "gradualismo" presunto del gobierno de Macri dio paso al "vamos por todo": aumento de las naftas, puesta en marcha del mecanismo para que aumenten la luz, el gas y el agua, lanzamiento de la reforma laboral más regresiva en un siglo, reforma tributaria y reforma previsional que planchará la fórmula de movilidad de los haberes (podando en los hechos poder adquisitivo a jubilaciones y pensiones) y dejará abiertas las puertas para el retorno de las AFJP; aun como opción complementaria disfrazada de "seguro de retiro".

También eliminaron por decreto la obligación de que los exportadores liquiden las divisas en el país, y por otro decreto autorizaron a Aranguren a vender o ceder a privados las centrales eléctricas en manos del Estado, y las participaciones accionarias en sociedades generadoras de electricidad. 

En paralelo las detenciones sin indagatoria, procesamiento ni condena de Baratta, De Vido y Boudou, en condiciones bochornosas y con escandaloso show de imágenes filtradas por el gobierno a los medios incluido. En el caso de De Vido, su detención fue precedida de un desafuero sin defensa en la Cámara de Diputados, porque el grupo de legisladores que le responde a Gioja amenazó con fracturar el bloque si bajaban al recinto a defenderlo. 

No se nos escapa en el racconto la condena a D’Elía por la toma de una comisaría en el 2004, imponiéndole una pena mayor a la que recibió el genocida Agosti por hechos aberrantes de violación a los derechos humanos durante la dictadura: así está la cosa en materia de escala de valores en la Argentina de Macri.

El gobierno logró además forzar la renuncia de Gils Carbó, y Pichetto en nombre del PJ le puso el gancho a una reforma de la ley del Ministerio Público cocinada con el PRO y la UCR, que implica volver al estado de cosas anterior a la reforma de 1994, y violar groseramente el artículo 120 de la Constitución nacional: el Procurador General será un títere del Poder Ejecutivo, nombrado y removido con mayoría simple, con mandato acotado en el tiempo y serán prolijamente desmanteladas las procuradurías especiales creadas por Gils Carbó para la violencia de género, la violencia institucional, el lavado de dinero y los delitos económicos, y acaso -como no- la que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

La reforma es además un globo de ensayo para nuevos despidos revanchistas en el Estado, y mientras hay dirigentes peronistas que son presos políticos del régimen, Pichetto (el presidente en los hechos del PJ) negocia con ese régimen lugares en el directorio del Banco Central para coparticipar de la desastrosa política monetaria, financiera y económica del gobierno, y la designación del menemista Roggero como Defensor del Pueblo: la fiesta de aniversario de la promoción 2001 de los egresados del primer plano del sistema político nacional por la crisis y el estallido del gobierno de De La Rúa; que ya había empezado con la designación de Lamberto en la AGN, y acaso pueda ser coronada con el nombramiento de Alberto García Lema en la Procuración, o alguien por el estilo si es que Macri no prefiere alguno más comprometido aun con el Ejecutivo.

Algo de todo esto sobrevoló en tono de durísima acusación la carta de De Vido a Gioja desde la cárcel de Marcos Paz, recordando el fantasma de la Banelco cuando el Congreso argentino se apresta a sancionar otra reforma laboral regresiva (pero aun peor que aquella), con la complicidad de la CGT y parte del PJ, y esta vez sin necesidad de apelar a los sobornos; al menos hasta donde sabemos. Una carta contundente, que por cierto fue respondida por el aun presidente del PJ en los papeles con vaguedades.

Pichetto dice que los senadores que le responden no aprobarán la reforma laboral si no hay acuerdo con la CGT, sabiendo que ese acuerdo está casi concluido: a cambio de un par de correcciones comésticas al engendro original, de la aprobación de la Agencia Nacional de Tecnologías Médicas (AGNET) que aliviará las finanzas de las obras sociales tanto como las de las empresas de la medicina prepaga y de la garantía de no ser víctima de carpetazos judiciales, los "gordos" y el triunvirato cegetista acallarán sus tibias protestas; a menos que el talibanismo empresarial (y del propio Macri) por reconfigurar de un modo brutal las relaciones laborales en favor de su clase haga estallar por los aires el acuerdo, impulsando la reforma sin concesiones.

Aun en ese caso, nada hacer suponer que el gobierno no consiga aprobarla con el apoyo de algunos de los gobernadores opositores (y no solo del PJ), a cambio de dar marcha atrás en ciertos aspectos de la reforma tributaria que nunca estuvo realmente decidido a impulsar: los impuestos al vino, el bioetanol y los biocombustibles, o la rebaja de los impuestos a los electrónicos de Tierra del Fuego.  

Mientras tanto Moyano (el denunciante de la Banelco, como bien recordó De Vido en su carta) hace mutis por el foro, aunque los clarines de guerra del gobierno suenan por él: la reforma laboral hace especial hincapié en diluir toda responsabilidad empresarial por la tercerización o subcontratación (por ejemplo de empresas de transporte o logística), golpeándolo de lleno en las bases de su poder sindical. ¿Será más fuerte el temor a convertirse en el futuro "Pata" Medina o "Caballo" Suárez que la natural reacción en defensa de sus propios intereses sindicales?  

Conocidas las propuestas de reforma laboral, tributaria y previsional el PJ como partido no opina, porque no se reúne (Moyano diría en el 2011 que es solo una cáscara vacía, hoy no sabemos); y solo Unidad Ciudadana y la izquierda se oponen, mientras el resto de la ¿oposición? calla, o poco dice al respecto: hasta Ricardito Alfonsín puso más reparos a la reforma laboral que Massa, Randazzo (que volvió al mutismo), Margarita Stolbizer o el socialismo y los "progresismos" silvestres que lo orbitan.

Por el contrario "Sanguchito" Bossio (que pasó de pollo de Cristina a pollo de Gioja con el sello de Gestar) se prepara para volver a pedir delivery, y luego de anunciar que las reformas vienen planteadas en serio porque "hay apertura y diálogo para negociar, y algunos cambios son necesarios", viajó con Macri a Estados Unidos, junto con Bordet, Lifschitz y Uñac: ¿los reemplazantes del Massa de Davos en enero de 2016?

Al mismo tiempo el show de detenciones montado desde Comodoro Py con la producción audiovisual de Patricia Bullrich escandaliza hasta a Pagni; que advierte que la "doctrina Irurzun" sobre la prisión preventiva es una caja de Pandora que los jueces han abierto, también como una extorsión velada al "círculo rojo" para que no se metan con ellos, extorsionándolos a través del Consejo de la Magistratura; hoy en manos de la AEA y el Foro de Convergencia Empresarial vía Guillermo Lipera y el Colegio de Abogados porteño de la calle Montevideo.

Lo dicho, Pagni no es tan necio como algunos funcionarios del gobierno y el propio Macri, como para no advertir que la "doctrina Irurzun" es un arma de doble filo, que los jueces sacan a relucir justo ahora, cuando se conocen los “Paradise paper´s” y salpican a Caputo y Aranguren: una carta guardada en la manga de la banda de Comodoro Py, para cuando cambien los vientos.

El gobierno en tanto, negocia sus reformas con muertos vivientes con fecha de vencimiento, pero que pueden aun firmar pactos leoninos con su mano muerta: Pichetto gasta sus últimos cartuchos antes de dejar de ser senador, y el triunvirato de la CGT ya cerró con Triaca la reforma laboral, mientras sus delegaciones estallan en contra (como sucedió acá en Santa Fe, junto a la CTA), y la Corriente Federal de los Trabajadores la rechazó de plano.

Se profundiza así la disociación entre superestructuras de representación y base social de representados, patentizada en los números de la elección bonaerense que consagraron el 7 a 1 de Cristina sobre Randazzo y el escudito del PJ. Dicho sea de paso: desde Massa a Randazzo pasando por Abal Medina, Bossio y el "Chino" Navarro ninguno de los "renovadores", "autocríticos" y poskirchneristas" se privó de la foto con Pichetto.

¿Harán autocrítica al respecto? porque a ninguno de los que criticó y critica al kirchnerismo y a Cristina por su cerrazón y presunto sectarismo se le movió un pelo cuando Pichetto dice -por ejemplo- que la reconstrucción del peronismo no puede incluir a los actores del gobierno anterior (olvidándose de la parte que le toca), o cuando Urtubey o Schiaretti dicen que van a reconstruir el PJ sin el kirchnerismo.   

Pichetto viene siendo algo así como el Ernesto Sanz del PJ, es decir el encargado de entregárselo llave en mano al establishment, como aporte a la "gobernabilidad" y estabilización del sistema político tras las "anómalas" turbulencias kirchneristas. Claro que a favor de Sanz, habrá que decir que el hombre al menos respetó la formalidad de convocar a la convención nacional de la UCR en Guyaleguaychú, y hacerle votar la integración a "Cambiemos".

¿O acaso Pichetto ha interpretado correctamente el mandato implícito que le dieron cuando se constituyó el Consejo Nacional del PJ como una solución de compromiso para evitar la intervención judicial del partido, y lo designaron "secretario de Acción Política" para actuar como interlocutor privilegiado ante el gobierno?. El problema es que -a juzgar por los hechos- el hombre se vio afectado por el síndrome de Paladino.

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