lunes, 14 de mayo de 2018

ALGÚN DÍA TIENE QUE PAGAR



No hace falta recordar todas las que tuvo que aguantar cuando le tocó gobernar, o sí, ahora que estos chetos del orto ponen el grito en el cielo por la suba de un punto en la tasa de interés de la FED.

Desde la revuelta agrogarca con meses de rutas cortadas y desabastecimiento, hasta el “voto no positivo”, pasando por la guerra a muerte de Clarín y todos sus medios, todos los días, las 24 horas del día, los cacerolazos para poder comprar dólares, el fiambre de Nisman que le tiraron a los pies, no tuvo paz en un solo día de sus dos períodos de gobierno.

Eso sin contar la crisis mundial provocada por la caída de Lehmann Brothers y, por supuesto, la muerte de Néstor. Y ella firme ahí, poniendo lo que había que poner, cuidándonos a todos, hasta a los que la puteaban, hasta el último día de su mandato, que se lo acortaron en horas por una cautelar judicial.

Se fue con la plaza llena (único presidente o presidenta en democracia), diciéndonos que nos cuidáramos porque no iban a venir por ella, sino por nosotros, por nuestros salarios, empleo y derechos, por nuestra dignidad; como siempre hacen. Y no solo dio en el clavo, sino que se quedó corta.

Se fue sin ocupar cargos, a la calle y a su casa, mientras la prensa canalla especulaba hasta último momento con que sería candidata a cualquier cosa, con tal de tener fueros y escapar de la justicia.

Ya fuera del poder, le tiraron con toda la artillería judicial posible, buscando meterla presa para sacarla de la cancha, y se defendió con la misma dignidad con la que había gobernado, desenmascarando uno por uno a los payasos que la acusaban de delitos inverosímiles por decisiones políticas de gobierno, que ahora ellos mismos se vieron obligados a tomar, como los contratos del dólar futuro.

Se tuvo que bancar el “fuego amigo” (si es que se puede llamar amigo) de los que dieron por concluido su ciclo político y le exigieron correrse de la escena para “poder reconstruir el peronismo; muchos de los cuáles la fueron a buscar meses después, para que los salvara del naufragio electoral.

Como se bancó los cinco paros generales por el impuesto a las Ganancias, de los mismos que agacharon la cabeza con Macri para aceptar mansamente leyes y políticas oprobiosas para los trabajadores, su dignidad y sus derechos.

Y entonces, cuando nadie tenía derecho a pedirle ni exigirle nada, aceptó ser candidata y se puso la campaña al hombro, en contacto directo con la gente y sus preocupaciones, advirtiendo (como lo había hecho desde el primer día, antes de ser candidata a nada) hacia donde iban las políticas de este gobierno de mierda, que es exactamente a donde fueron: otra vez el tiempo le dio la razón.

Llegó al Senado y empezaron a operar para privarla de sus fueros porque les molesta, les molesta su presencia, su voz y sobre todo sus argumentos, que no pueden contrarrestar: puso en agenda el tema de las tarifas cuando nadie (dentro de la “oposición racional”) lo tocaba; y el tema de las off shores y la guita de los funcionarios en los paraísos fiscales, cuando cada vez que buscaban la ruta del dinero K, encontraban las pezuñas marcadas en la ruta del dinero M.

Desde que volvió al Congreso está votando en contra todos los proyectos impresentables de este gobierno impresentable, como la reforma a la ley de los mercados de capitales, anticipando que efectivamente va a pasar, si tienen tiempo y no se van antes: van a saquear el fondo de ANSES, ése que ella quiso proteger poniéndole un cepo a las privatizaciones de las acciones, porque sabía lo que se venía y quienes venían.

Advirtió que con esa nueva ventanilla abierta van a acelerar la fuga y los vaciamientos, y los bancos se van a desprender de los préstamos UVSA cuando les resulten incobrables. Esos mismos préstamos que ella (que lanzó el PROCREAR) advirtió que eran una trampa cazabobos.

No dudó ni un minuto en hacer la caracterización correcta de este gobierno, desde antes incluso que Macri asumiera, y no la pifió ni medio: son tal cual ella los describió, incluso peores. Y ahora están hablando de cobrarle impuestos al dólar para turismo, y reimplantar el cepo.

Al mismo tiempo, la acusan por las redes sociales de estar detrás de la corrida cambiaria, a ella a la que le hicieron quince corridas; o de organizar golpes de Estado con aviones fantasma que aterrizan en El Calafate.

Algún día en éste país, en la política de este bendito y maltratado país, tanta coherencia y dignidad tendrá que pagar, y reconocerle a Cristina el lugar que se ha ganado en su historia; si es que no la termina convocando para que lo haga aun más grande, porque la estatura de los gigantes se mide también por la de los enanos.

3 comentarios:

  1. Compañeros, sinceramente creo que por cantidad (no dan tiempo) y por calidad tienen el mejor blog del palo.
    Un detalle ¿menor?: los ritos son necesarios le dijo el zorro al principito.
    Y Cristina Elizabeth I de Argentina es SOBERBIA, única, un bicho raro.
    ¿Quién se quedó haciendo muecas: ella con la calabaza a las 0 hs o Mauricio-el Hechizado- que tuvo que recibir la banda de otro infradotado, Pinedo-el Breve-?

    Pongo a prueba mi hipótesis. Se puso de acuerdo con la Servini que Cubría. No estaba dispuesta a darle el gusto.
    Como ahora, que la Servini le tiró el fiambre a Luisito y este entró por el aro, con sus dos espadas escoltas que las sacó de "Imbancables".
    Último servicio a la causa peruca antes de jubilarse.

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  2. Qué distinto era vivir en un país en el que te cuidaban...ahora te vas a dormir y pensás ¿con quiénes estarán reunidos cenando y con qué garcada nos despertaremos mañana?

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