La imagen de apertura es una captura de
pantalla del artículo 8 de la ley de presupuesto 2019 enviada por Macri al
Congreso, que fue una de las normas más discutidas en el tratamiento en
comisiones.
Lo que dispone es
que el Jefe de Gabinete (o el presidente, según otro artículo) pueden aumentar
el nivel de gastos establecido en la ley de presupuesto, si aumentan los
recursos como consecuencia del financiamiento proveniente de organismos
internacionales de los que el país sea parte, o de préstamos de Estados
extranjeros; y además -y esto es lo más importante- puede distribuir esos
mayores recursos como le plazca o en los gastos que crea oportuno, sin volver a
pasar por el Congreso.
Se trata de una
atribución excepcional, que va incluso más allá de los “superpoderes” que le
otorga al mismo Jefe de Gabinete la Ley 24.156 de administración financiera
para modificar partidas en forma compensada, o sea sacando de unas para
reforzar otras; a punto tal que en la práctica cuando se aumentan los gastos
votados por el Congreso como contrapartida de mayores recursos, lo suele hacer
el Poder Ejecutivo por DNU.
Esa norma le
permitiría al gobierno disponer por ejemplo de los recursos provenientes del
endeudamiento con el FMI para todo tipo de gastos, dado que el mismo acuerdo
inicial contemplaba que se podrían destinar para cubrir “insuficiencias
presupuestarias”; pero parecía puesto ex profeso para instrumentar el segundo
acuerdo (cuyas cláusulas aun permanecen secretas), por el cual se anticipaban
remesas de fondos originariamente previstas para el 2020.
Y decimos parecía,
porque en una primera fase de la discusión con la “oposición responsable” el
gobierno había acordado eliminarlo, pero según cuentan acá en La Política Online finalmente quedará en el articulado, con otra redacción que es la que
pueden ver en la imagen de abajo:
Como ven, desaparecen los “Estados extranjeros” como posibles prestatarios contemplados en la norma (acaso porque se cayó el préstamo del Tesoro de Estados Unidos, o ya no es necesario por el nuevo acuerdo con el FMI), y ahora los mayores recursos provenientes del endeudamiento solo podrían utilizarse para financiar gastos de capital; por ejemplo obras públicas.
La solución arribada (sin dudas propuesta por la “oposición responsable”) no resuelve el problema de fondo, y dice bastante sobre la fragilidad de la política de “mejorar” las iniciativas del gobierno. Y el problema de fondo es que el gobierno seguirá pudiendo disponer de recursos adicionales provenientes del endeudamiento, sin pasar por el Congreso; en el marco de un presupuesto que aumenta los ya exorbitantes niveles de toma de deuda, y en el marco también de acuerdos con el FMI que jamás fueron remitidos a la discusión legislativa, tanto que el segundo -aun no aprobado por el board del Fondo- ni siquiera es conocido en detalle en sus cláusulas.
Si el texto queda finalmente como lo muestra la segunda imagen, lo que va a ocurrir muy probablemente es que el gobierno utilice los mayores recursos provenientes del financiamiento anticipado por el FMI para financiar obras, casi con toda certeza las comprendidas bajo el sistema PPP (Participación Pública Privada) que se ratifica en el presupuesto, para los cuáles los privados que se comprometieron a aportar el financiamiento no lo consiguen, por la suba de las tasas de interés y los coletazos de la llamada “causa de los cuadernos”. Esa es prácticamente toda la obra pública que el gobierno de Macri puede llegar a ejecutar en un año electoral como será el 2019, y corre serio riesgo de paralizarse, de no aparecer recursos del Estado.
Por otro lado, afectar recursos del endeudamiento a esos fines le permitirá al gobierno liberar partidas del presupuesto originariamente previstas para hacer obras, a otras finalidades, como por ejemplo pagar los crecientes servicios de la deuda; algo que con certeza ya pensaba hacer, como hizo este año en la ejecución del presupuesto.
Con lo cual la “oposición responsable” le habrá dado a Macri una herramienta para financiar su campaña por la reelección, a costa de un mayor endeudamiento del país, y una pesada herencia para el próximo gobierno; sin contar con que el artículo supone una implícita convalidación de los acuerdos con el FMI, firmados en violación de la Constitución Nacional.
Es un hecho la aprobación del infame presupuesto con el aval de diputados pejotistas,presiones y prebendas para gobernadores con látigo chequera y carpetazos el oficialismo se encamina a respetar las condiciones del FMI.Hay varias lecturas de una entrega programada, PJ atomizado,UCR en franca retirada, CGT obsecuente y con mas manchas que un tigre, solo quedan algunas expresiones gremiales que expresan algo diferente. Pero frente al atropello oficialista del lado de la ciudadanía solo hay una preocupante apatía , el agua no llega al cuello pero falta muy poco.
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