jueves, 23 de mayo de 2019

AGENDA DE BOLSILLO


No chango, es exactamente al revés: subestimar a los argentinos es pulverizarles el salario y hacerlos cagar de hambre, para luego pedirles que se resignen a vivir peor y aguanten, porque hay otras cosas supuestamente más importantes "que estamos cambiando juntos".

Cosas que por supuesto no existen, o no están cambiando, salvo para peor: no tenemos un gobierno más honesto ni más transparente, no mejoraron las instituciones ni la República está más fortalecida. Ni siquiera hay más gente que tiene cloacas ahora que antes. Todo lo contrario.

En todo caso, hay que agradecerte que nos digas de que les molesta que se hable, para hacer exactamente lo contrario, y hablar justamente de eso. Sobre todo de eso.

No solo porque -como decía uno que sabía bastante del tema- la víscera más sensible del hombre sigue siendo el bolsillo, sino porque lo que ustedes buscan es que hablemos de otras cosas, para poder seguir metiéndonos impunemente la mano en el bolsillo, y llevárserla toda. Que es ni más ni menos que lo que han venido haciendo estos cuatro años.

El recurso del "prefiero comer polenta, pero que no vuelvan", o el "ahora hay pobreza, pero es más digna porque tienen asfalto y cloacas" podrá funcionarles con la caterva de descerebrados que todavía les creen, que afortunadamente cada vez son menos. Pero con el resto, no.

El resto está preocupado -muy preocupado- justamente por esas cosas de las que ustedes no quieren que se hable, porque los subestiman: siguen pensando que los conejos de la galera de Durán Barba tienen la misma eficacia que antes. Raro, porque parece que ya ni el mago -que se rajó sin que se sepa si vuelve- cree en sus propios trucos.

Así que justamente porque no subestimamos a la gente (no como ustedes, a la que les chupa un huevo), vamos a hablar de lo que no quieren que hablemos: del salario y las jubilaciones que siguen perdiendo por goleada frente a la inflación, de los empleos que se pierden, las empresas que cierran y la industria que tiene la mitad de sus fierros parados. De que no van a prorrogar la moratoria para la jubilación del ama de casa y una economía que cae al 6,8 % interanual, en picada.

O de las pensiones por discapacidad que dan de baja, de como están regalando nuestros recursos naturales y entregando la soberanía, de las futuras turradas que están planeando hacer; como la reforma previsional o laboral. Y de las que están haciendo ahora, a la vista de todos, como fugarse todos los dólares de la deuda que nos encajaron, para que la tengan que pagar hasta nuestros nietos. Miren si hay cosas para hablar.

Y además de hablar, nos vamos a encargar de organizarnos para darles esperanza, y que esa esperanza tenga fundamento, y una alternativa. Cosa que ustedes ya no pueden hacer, desde hacer rato, porque sus promesas valen menos que el peso.

Ustedes mientras tanto sigan en lo suyo: fomentando el odio, alentando las cacerías judiciales de opositores, alimentando la indignación de los cacerolos; porque no tienen nada más que ofrecer. Y no esperen que nos prendamos en esa, y nos olvidemos de lo que tenemos que hacer.

Se van a tener que acostumbrar a que, aunque tengan todos los fierros mediáticos y judiciales a su disposición, ya no marcan la agenda, porque están de salida. Cosa que por supuesto ya saben, y por eso apelan a estos manotazos de ahogado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario