COMUNICADO | Nos reunimos para construir una herramienta electoral que democráticamente ponga fin a este desastre.— Partido Justicialista (@p_justicialista) 23 de mayo de 2019
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Por años hubo que
soportar que nos dijeran que éramos el reservorio de todo lo que está mal en la
construcción política: el sectarismo, la soberbia, la falta de autocrítica, la
falta de amplitud. Pero la realidad es que hoy Cristina resigna posiciones
personales desde la fortaleza de ir primera en todas las encuestas, mientras
ellos siguen con los grotescos pasos de un vodevil que ya cansa, mientras la
economía y el país se caen a pedazos.
La enorme
responsabilidad persona, política, institucional e histórica de Cristina
pensando en el país contrasta dramáticamente con la mediocridad apabullante de
una dirigencia de pitos cortos y egos largos, y con la inacción de Macri, el
presidente encargado; que en medio de una crisis fenomenal dedica la mayor
parte de su tiempo a sostener un grupo virtual de autoayuda para oficialistas
en crisis, y a desentrañar las roscas internas de la coalición gobernante, para
evitar que lo tiren al tacho de los residuos políticos, pidiéndole que desista
de ir por la reelección.
Si transcurridos 43
meses de gobierno de Macri y con todo el desastre que hizo y dejará a quien lo
suceda, todavía siguen discutiendo la grieta y al kirchnerismo, no tienen
definido aun si quieren ser oficialistas, u opositores, y de quien. Y si no
definieron eso, no definieron nada, o sí: son oficialistas prácticos, apuestan
a la división del voto peronista para facilitar la continuidad del actual
régimen, con las mismas caras o con otras: ahí andan con un ojo puesto en la
interna de “Cambiemos” para ver si decanta hacia una candidatura de Vidal, para
rosquear su ingreso a la coalición de gobierno.
Están en el mismo
punto en el que estaban en diciembre del 2015 cuando Macri asumió, y algunos
incluso (Schiaretti) en el que estaban en el balotaje:
más preocupados por evitar el regreso del kirchnerismo, que por resolver los
problemas del país, lo cual requiere inexorablemente terminar con el nefasto
experimento neoliberal. Algunos, como el “progresismo” (el socialismo,
Stoilbizer, Ricardito Alfonsín) en menos aun: en el módico negocio de los
quioscos legislativos, yendo detrás de la chancletas de Lavagna, el candidato
de Techint cuyo sostén político casi exclusivo a estas horas son los
matrimonios Duhalde y Barrionuevo. Más patético no se consigue.
Más allá de la
fragilidad de las estructuras políticas (los “espacios”) que los obliga a
apelar a outsiders como Tinelli, lo que permanecen constante son diferencias de
fondo, que nunca se terminan de explicitar pero se explican por sí mismas con
las actitudes que toman, y están muy claras; diferencias que son más con lo
disruptivo del kirchnerismo entre el 2003-2015, que con lo que expresan y
representan Macri, su gobierno y sus políticas.
Y esta etapa
“consensuadora, dialoguista y corrida al centro” del kirchnerismo lo demuestra
aun más: mientras nos dicen que nosotros nos tragamos sapos, ellos dependen de
lo que armen (o desarmen) Barrionuevo y Nosiglia, mientras Clarín (que lo dejó
en paz por 11 años) le empieza a pegar a Alberto Fernández, y las minnions de
Carrió le inventan causas, por el solo hecho de ser el elegido por Cristina.
Las especulaciones
y versiones cruzadas que leemos por estas horas (el “Plan V”, la bajada de
Macri, la corrida de Cristina de la fórmula), y las que seguramente sigamos viendo
hasta el cierre de listas no cambian ese panorama de fondo: como dijimos hace
un tiempo ya, cada uno está donde quiere estar; y no lo decimos solo nosotros:
hasta Felipe Solá lo ve. Y el que no define donde está (como Massa) es porque
cree que puede especular hasta último momento para subirse el precio, partiendo
del supuesto de que así logrará que lo paguen por lo que cree que vale, y por
lo que realmente vale.
Como dijo alguna
vez uno que de esto junaba, “la única verdad es la realidad”: el kirchnerismo
que soñaron implosionado y en desbande en 2015 tras la derrota de Scioli, hoy
está ampliado y busca ampliarse aun más, y su fórmula lidera las encuestas, con
serias chances de ganar en primera vuelta. “Herbívoro” como dicen y lo que sea,
sigue en pie, y es el eje de la única construcción opositora con chances reales
de terminar con la runfla neoliberal; con la potencia política de Cristina y la
adhesión inconmovible de buena parte del pueblo argentino.
Y si no
pregúntenles a la mayoría de los gobernadores del PJ, que acaban de instruir a
sus senadores para que no dieran quórum para aprobar un paquetazo de jueces
impulsado por Macri en cuerdo con Pichetto (cosas que hasta acá salían como
piña), después de que Cristina difundiera aquel video en el que daba cuenta del
paulatino y constante copamiento de la justicia por el macrismo.
Lo demás son humo y
espejos, tanto que después de una larguísima lista de candidatos a “esperanza
blanca” que fueron desfilando sin pena ni gloria ni solución de continuidad (Massa,
Urtubey, Pichetto, Lavagna, Uñac, Schiaretti y algún otro que puede quedar en
el tintero), tuvieron que pedirles a Tinelli y a Scioli que se sumen, a ver si
les aportan votos. Que la cuenten como quieran. Tuits relacionados:
Si Lavagna se baja el título está cantado: "Reculó en chancletas".— La Corriente K (@lacorrientek) 23 de mayo de 2019
Hasta ahora el consenso amplio de Lavagna es una cena con los matrimonios Duhalde y Barrionuevo, más la tía Stolbizer y el primo del campo Lifschitz. Prometedor.— La Corriente K (@lacorrientek) 23 de mayo de 2019
Ni Alternativa, Ni Federal. Más de lo mismo, y materia fecal.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Queremos dejar constancia de que esta cuenta opinaba que Lavagna es un pelotudo cósmico desde 2005, cuando ni siquiera estábamos acá.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Lavagna, Stolbizer, Lifschitz, Ricardito Alfonsín, Schiaretti, Pichetto, Urtubey, Massa. Que montón de nada. Menos mal que al país le queda Cristina.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
La próxima vez que algunos de estos nabos que se están peleando como vedettongas te diga que la salida del país es sentarse todos a una mesa con diálogo y coso, mandálos a cagar.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Macri nos saqueó cuatro años. El macro peronismo nos hizo perder cuatro años al pedo.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Tinelli. Cuatro años diciendo que Cristina estaba terminada y el kirchnerismo pasaba a la historia, para terminar en Tinelli. Mamadera, la de pelotudeces tirapostas que hubo que aguantar acá. 20 candidatos tiraron, todos presuntas topadoras. Tinelli.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Los invitás a sumarse a la interna tuya, y te contestan invitando a Scioli a sumarse a la de ellos. Se entiende como funciona o hay que hacer un dibujito?— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Schiaretti trabaja para dividir el voto peronista, y por ende para Macri. Para eso se reunieron ayer. Listo, lo dijimos.— La Corriente K (@lacorrientek) 22 de mayo de 2019
Aunque algunos sigan dudando, lo que veo en la calle es otra cosa.— Felipe Solá (@felipe_sola) 22 de mayo de 2019
El camino ya está claro. Cuatro o cinco egos no frenan la esperanza.
"Mauricio, la idea es que no se note que son la segunda marca nuestra y juegan para nosotros".— La Corriente K (@lacorrientek) 23 de mayo de 2019
"Dejálo por mi cuenta, no se diga más. " https://t.co/VccjUIu3hS
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