martes, 28 de mayo de 2019

CENTRALIDAD


Desde que se supo que Cristina lo eligió como candidato a la presidencia, todos los medios le piden a Alberto Fernández definiciones sobre todo: la deuda externa, la relación con el FMI, la política exterior, la relación con los medios, la justicia, la corrupción, la situación de los presos políticos, un posible indulto a Cristina, la economía, las tarifas, la despenalización del aborto, el futuro gabinete, la relación con el kirchnerismo, y la lista sigue.

Y si sobre algo no da definiciones, las inventan y listo: la idea es presentarlo no como el candidato que eligió Cristina sabiendo que hay cosas en las que piensan distinto, sino como una marioneta suya (en una versión), o alguien completamente distinto y ajeno al kirchnerismo, que la dejara de lado apenas pueda, en la otra.

Para eso e inmunes al fracaso ostensible de no haber visto venir su nominación, se basan en brumosas e incomprobables “fuentes cercanas al candidato”, el subterfugio al que suelen acudir cuando no están dando información, sino traficando carne podrida, para operar política e influir en los acontecimientos, y las preferencias del electorado; más que nada el kirchnerista, sobre la base de instalar la idea de que están apoyando a un candidato que al final, los va a cagar.

Pero la cuestión es que, de golpe, todos tienen interés y ansiedad por conocer lo que piensa y lo que hará el candidato de los que no volvían más, porque estaban definitivamente condenados al ostracismo político, o a la cárcel. Y no solo los medios o sus periodistas: también los empresarios o inversores, del país y del exterior.

A Macri, en cambio, no le preguntan que hará porque ya lo saben, porque él mismo lo dijo: más de lo mismo, pero más rápido; o sea, peor. En general le preguntan y se preguntan y preguntan si será candidato, o por qué no se baja, para evitar perder, lo que no es un dato menor.

Tampoco a Lavagna o al Cuarteto Leo de “Alternativa Federal” les preguntan que harían si llegaran al poder, con cualquiera de los temas de la realidad nacional sobre los cuáles sí les interesan las definiciones de Alberto Fernández: a ellos solo les preguntan si van juntos o separados, en el armado opositor con el kirchnerismo y la mayoría del PJ, o en el armado oficialista en un “Cambiemos” ampliado. Eso, y como resolverán sus disputas internas: si con PASO, por “consenso”, o como.

Uno podría inferir -con escaso margen de error- que es porque dan por descontado que, de llegar al gobierno, no harían nada muy distinto de lo que está haciendo el macrismo; sobre todo porque algunos de ellos (como Pichetto o Sciaretti) se han desvivido en gestos para demostrar que eso es efectivamente así.

Ni que hablar que nadie les pregunta a los candidatos de la izquierda que harían si llegar al gobierno, por varias razones, a saber: contestarían exactamente lo mismo que vienen diciendo desde 1983 (inmunes a los diferentes contextos), y nadie ven su sano juicio computa siquiera esa posibilidad; de modo que sería perder el tiempo.

Si a lo dicho se le suman los ataques de todo tipo (denuncias judiciales y mediáticas incluidas) que ha empezado a recibir AF desde que se supo que será el candidato del frente encabezado por el kirchnerismo y la mayor parte del PJ, la conclusión es bastante clara: lo apuran con definiciones y le pegan, porque puede ganar. Es más, si nos apuran diremos que es porque ya está ganando.

Alguno con mayor precisión lo llamaría “centralidad política”. Ese es el dato relevante, lo demás es cotillón.

2 comentarios:

  1. Todo bien. Acuerdo con lo posteado. Soy una de los tantos que llama a no buscar pelos en la leche en el interior de la fórmula. Pero la novela de Massa viene sulfurando un poco. Comprendo la vocación de negociación hasta que duela pero atención con los tiempos para escribir el último capítulo de la misma. Los tiempos del electorado son visceralmente más urgentes que los de Massa.
    Como dije por otro lado, el ajedrez es un juego recomendable para las alturas de la política pero los Pueblos suelen preferir el dominó. Y ya sabemos como termina esto de hacer para una ficha tras otra.
    Si estamos negociando la inclusion de Massa (y al parecer la de su ilustre y desquiciada mujer) en nuestras listas, no divulguemos fotos de Kiciloff-Magario, gratuitamente. Entiendo que tal foto funge de "apretada" para el FR. Pero "sinceramente" me cuesta creer que la Camaño acuerde con tal asociación. ¿aceptaría Massa encaminarse a un cisma interno? Lo veo poco probable. Saludos.

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  2. Es al revés. Las fotos se hicieron circular porque se sabía donde terminaba Massa: https://www.infobae.com/politica/2019/05/28/alternativa-federal-ratifico-que-competira-con-un-candidato-propio-que-sera-elegido-en-primarias/

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