lunes, 24 de junio de 2019

DESPUÉS DEL CIERRE


* En nuestra humilde opinión, las listas para estas elecciones se empezaron a definir hace más o menos un mes, cuando Cristina anunció que no sería candidata a presidenta, sino que acompañaría como vice a Alberto Fernández. No solo porque con ese movimiento inesperado para todos obligó al resto a repensar sus estrategias, sino porque estaba dando un mensaje muy potente hacia el interior del propio espacio, que no todos parecen haber entendido cabalmente: en política las ambiciones personales son importantes, siempre que no se pongan por encima del interés del conjunto. 

* El cierre del "Frente de Todos" (es decir, el armado de la coalición política, antes del cierre de las listas) fue la coronación de un proceso de unidad que se vino construyendo por dos años; por el que no muchos apostaban cuando comenzó, y que no estuvo exento de dificultades hasta el final. Bien por la madurez política de los dirigentes de todos los espacios que terminaron confluyendo, que supieron entender que era lo que realmente estaba en juego.

* Dicho esto, y sobre el cierre de listas solo decir que nadie se pone solo en una lista: la única que tenía legitimidad política para hacerlo era Cristina, y eligió correrse. El resto -a años luz de distancia en términos de potencialidad electoral-, dentro y fuera del principal frente opositor, llega como consecuencia de acuerdos políticos. Y los acuerdos son entre espacios políticos, ahora y siempre; no un cásting televisivo, ni una entrevista laboral, ni un concurso para ponerles nombres a los cachorritos nacidos en un zoológico.

* Los cierres de listas dejan disconformes siempre, desde que la política existe, pero también en política todo tiene un lugar y un momento: el que esté disconforme en lo personal con como le fue en el reparto,  o que crea que las listas no reflejan sus preferencias personales, deberá elaborar rápidamente el duelo, y ponerse a trabajar para ganar las elecciones. Sin arrogarse representatividades sociales para encubrir su propia opinión personal: no vale decir "con esta lista perdemos el voto X", cuando en realidad lo que queremos decir es "A esta lista yo no la voto". Si nos sinceramos, es mejor para todos.

* Vinculado a lo anterior, en el espacio construido y conducido por Cristina (ampliado ahora al acuerdo con otras fuerzas políticas que tuvieron diferencias con el kirchnerismo, y las saldaron), la que tiene la lapicera es ella, que tiene la palabra final. De modo que decir que la lapicera está en el lugar equivocado, es decir que no la debería tener ella, sin animarse a decirlo del todo. Otro tanto para el "menos mamu, y más militancia": el que piensa así -lo sepa o no- con la que tiene problemas es con "la mamu", o sea con Cristina.

Pedir "mas lugares para los militantes" en las listas puede servir para que te aplaudan en las redes sociales, o en una reunión en la básica, pero no resuelve el problema de que no hay lugares para todos; y que incluso si la definición de las listas se "bajara" a ese nivel, no estaría exenta de que se terminen cagando a piñas para ver quien es más militante, y merece estar. Maduremos, que el momento lo exige.

* Si antes del cierre de listas y en medio de él era necesario sustraerse del microclima militante para intentar percibir lo que está pensando la sociedad, con mayor razón ahora, cuando las listas están cerradas y solo queda militarlas para sumar votos y ganar. Haya uno estado o no en Rosario el jueces pasado, lo que se advierte es que la gente común que está harta de este gobierno (que cada día es más) va a poner en el sobre la boleta de Cristina; y los que vayan pegados a ella se beneficiarán, que era lo que se buscaba.

No está el horno para votos exquisitos, que terminen complicando la gobernabilidad futura; ni tampoco se trata de jactarnos hoy de ser pitonisos para prever traiciones futuras, aun cuando cada uno pueda tener hecha su propia composición de lugar al respecto.

* En el cierre de listas toda la atención estuvo puesta en el "Frente de Todos", lo que entraña en sí un claro mensaje político: la lupa se pone en el espacio que puede ganar la elección, y disputar el poder; una constatación que dice más que mil encuestas. Lo mismo vale para la estrategia del gobierno en el cierre, concentrado en contener votos de derecha y ultraderecha, para evitar una derrota en primera vuelta, ya prefigurada en las PASO, que por eso quieren suspender: no hay que prestar tanta atención a lo que dicen (como por ejemplo que ganan seguro), como a lo que efectivamente hacen.

* En ese mismo sentido, se puede advertir al interior del "Frente de Todos" una incipiente disputa no ya por las listas de esta elección, sino por el reparto de lugares en un futuro gobierno, para lo cual algunos empiezan a mostrar los dientes: grave error, porque no se puede vender la piel del oso antes de cazarlo, y todavía queda por delante nada más y nada menos, que el desafío de ganar la elección, del modo más contundente posible; para nutrir de un robusta legitimidad de origen a un gobierno que deberá afrontar dificultades enormes, desde el principio.

* "La Argentina se merece otro gobierno", dice el primer spot de campaña del FDT, y es cierto, tanto como que ese es el objetivo principal. Un gobierno que desaloje a la banda que hoy depreda al país y sus habitantes, y en el que todos los reclamos sectoriales, parciales y secundarios a ese objetivo principal puedan tener cabida y contexto político donde concretarse: omitir este orden de prioridades es, lisa y llanamente, conspirar contra el objetivo de ganar la elección; aun cuando esa no sea la intención, los propósitos sea nobles, y el reclamo justo. 

* El "corrimiento al centro" del kirchnerismo y su presunta "fase hervíbora" angostaron aun más las "terceras vías", que nunca terminaron de arrancar: el progresismo liberal gorila entró en crisis terminal y retrocedió en espacio y visibilidad política, al punto de que ni siquiera pudo armar una fórmula presidencial propia, testimonial como siempre, a través de la cual canalizar cierto voto culposo con preocupaciones estéticas; que calma conflictos personales de conciencia, al costo de desentenderse de los resultados de la elección en su conjunto para el país.  

* La izquierda terminará el ciclo macrista (donde en teoría estaban dadas todas las condiciones para su crecimiento, según su propio canon repetido hasta el cansancio) cerrando un acuerdo de unidad que es consecuencia de sus sonoros fracasos en las sucesivas elecciones provinciales; y despotricando porque el gobierno volteó la reforma electoral de Cristina de 2009 que en su momento consideraron proscriptiva, reduciendo a la mitad los espacios publicitarios gratuitos para los spots de campaña. 

Gastaron cuatro años en pegarle al kirchnerismo el doble de lo que cuestionaron al macrismo, y ahí están los resultados; datos que, junto con los apuntados en relación al progresismo, deberían tener en cuenta aquellos que piensan en "un voto distinto" en las categorías de legisladores, porque no les gusta como quedaron armadas las listas de la principal fuerza opositora. Tuits relacionados:

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