Nos cuenta la agente de propaganda del
gobierno Silvia Mercado en ésta nota de Infobae de ayer sobre las
jornadas realizadas en la Bolsa de Comercio con el auspicio del Colegio de
Abogados porteño; y que contaron con la presencia de Macri y otros funcionarios
del gobierno y dirigentes políticos como Ernesto
Sanz, Miguel Pichetto, Graciela Camaño y Margarita Stolbizer.
El ámbito (el
recinto emblemático del capitalismo vernáculo, con todo lo que ello implica),
los convocantes (el Colegio que nuclea a los estudios jurídicos más poderosos
del país, y proveyó de apoyo y cuadros civiles a todas las dictaduras), el
título del evento (“Diálogos para la Argentina”), los participantes, todo da
cuenta del estado de decrepitud intelectual de lo más granado del establishment
local; (excluyendo, claro está, a la segunda selección de dirigentes
convocados) que solo dialoga consigo mismo, para escuchar sus propias
opiniones, y para sentirse tranquilos y cómodos porque están todos de acuerdo
“en las tres o cuatro cosas que hay que hacer”. Un curso de autoayuda en
formato VIP, digamos.
El hecho no tendría
más interés que el puede tener un insecto para un entomólogo, sino sirviera
para poner en público un discurso político que circula por los medios y la
trastienda del poder, de cara a las próximas elecciones; y que en buena medida
explica tantos movimientos y especulaciones con las listas y las alianzas de
todo el espectro ajeno a la construcción del Frente Patriótico, con la
previsible excepción de la izquierda, por razones obvias.
Campea por todo el
asunto esa idea vieja (tan vieja como nuestra traumática transición a la
democracia desde la dsictadura) de que existen personajes de la política que son una especie de
“padres fundadores”, o tutores de nuestro sistema democrático; que están por
encima de las coyunturas electorales o las construcciones políticas, para velar
por cierto orden, que debe permanecer incólumne sin importar quien gobierne. Adultos responsables que nos cuidan a nosotros, los niños que jugamos a la democracia.
Absolutamente
carentes de votos propios (condición al parecer inexcusable para pertenecer a
la categoría) o de condiciones de liderazgo real, trafican influencias
palaciegas, contactos con el poder “real” y una presunta visión de estadistas,
que acompañan hasta con la postura corporal: hombres serios, en pose permanente
de estar pensando en los grandes temas, sin dejarse atrapar por las urgencias
de la coyuntura.
Unos papagayos solemnes, que medran al amparo de estructuras políticas desvencijadas que no se renuevan: Sanz sigue siendo la “eminencia gris” de la UCR junto con el “Coti” Nosiglia (al que perfectamente le cabe la descripción precedente) detrás de todas las roscas y decisiones, y Picheto es -insólitamente aun- “Secretario de Acción Política” del Consejo Nacional del PJ.
Unos papagayos solemnes, que medran al amparo de estructuras políticas desvencijadas que no se renuevan: Sanz sigue siendo la “eminencia gris” de la UCR junto con el “Coti” Nosiglia (al que perfectamente le cabe la descripción precedente) detrás de todas las roscas y decisiones, y Picheto es -insólitamente aun- “Secretario de Acción Política” del Consejo Nacional del PJ.
En ese clima
enrarecido de “no debate” de estos encuentros derechosos donde dialogan consigo
mismos, Sanz dijo muy suelto de cuerpo y sin ponerse colorado, que a él no le
importa perder votos (como si tuviera) diciendo que los problemas más graves
que tiene el país son los convenios colectivos de trabajo que vienen de la
década del 70’ (lo que además es falso, porque también estos personajes suelen
ser notables burros) y el sistema jubilatorio, donde hay que subir las edades y
“tocar las jubilaciones”; eufemismo por bajarlas.
Ni la fuga de
capitales, ni la evasión impositiva, ni la dolarización de las tarifas, ni el
derrumbe productivo, ni la destrucción de empleo, ni el aumento de la pobreza,
ni la creciente desigualdad en la distribución del ingreso le preocupan. Los
problemas son que tenemos muchos jubilados y ganan demasiado, y que los
trabajadores tienen demasiados derechos: cero riesgo corre el hombre con ese
discurso, en ese auditorio y con ese público.
Lugar en el que
Pichetto (el más oficialista de los presuntos opositores, o el perpetuo
oficialista, de todos los gobiernos) asume la defensa de Macri, de las
embestidas del propio gobierno, con las especulaciones del “Plan V”; y Sanz le
retribuye agradeciéndole que lo haya hecho en Nueva York y frente a los
inversores; lugar (dijo) donde si hubiera dicho algo en contrario, “podría
voltear al gobierno”, como si el rionegrino tuviera esa capacidad: no es una
acusación de golpismo, sino un guiño legitimador del rol que ambos se
atribuyen.
Coincidieron además
en lo que coinciden siempre, desde 1983 por lo menos, estos personajes: la
necesidad de un gran pacto político de superestructuras, que preserve ciertas
cuestiones (como las que puntualizó Sanz, ponéle) de los vaivenes electorales. La famosa “Moncloa” que nace de la idea de que cada uno vote como quiera, pero
el que llegue al gobierno tiene una sola hoja de ruta posible para seguir.
Tanto es así que el
propio Sanz propuso que ese pacto se haga efectivamente y en forma pública,
entre la primera y la eventual segunda vuelta electoral de este año, con lo que
uno podría preguntarse, si antes del balotaje (si lo hubiera) los dos
competidores acuerdan que hay ciertas cosas que se harán, gane quien gane, ¿qué es
lo que los argentinos estaríamos decidiendo, en definitiva?
Las elecciones de
este año son cruciales en varios sentidos, y la coalición opositora gestada en
torno a Cristina y articulada desde el PJ con el Frente Patriótico tiene el
desafío mayúsculo de vencer no solo a Macri o a los candidatos de “Cambiemos”,
sino a una formidable entente con fuertes apoyos internos y externos, como no
se registraba acaso desde la Unión Democrática de 1946: el poder económico, los
medios hegemónicos que son parte de él, la embajada y el gobierno de los
Estados Unidos, el FMI, el capital financiero internacional, la derecha local y
regional, el aparato judicial y los servicios de inteligencia. Y en un rol menor
pero no inocuo (porque trabajan desde adentro) también estos personajes
autodesignados tutores de nuestra democracia.
Á ver, empecemos por el "moderador" de una de las mesas del encuentro, Claudio Saboia... el divulgador cientifico del infarto pulmonar...eso da por sí sólo para bajar la persiana.
ResponderEliminarLe sigue en oratoria paranormal un encendido fusible, Laura Alonso, hablando de la debida previsibilidad institucional que demandan la economia, el camino de la vida (¿un nuevo libro de Paulo Coelho?) y "nuestras familias" (nunca más literal esta expresión ; deberian haberse visto aplausos de pie de los clanes Bullrich, Peña Braun, Blaquier y tantos otros pilares tan caros a la argentinidad - lo de caros también deviene literal-).
Si mal no recuerdo el egregio Esteban Bullrich supo ponderar, muy al contrario, la necesidad de asumir la incertidumbre como ideal de vida (de las otras familias argentinas, no de la suya obviamente).
Respecto del logro de la digitalización documental, habría que preguntarle al portal judicial Infojus cómo le fue, bajo la administración amarilla, con la curiosa evaporación continua de los archivos de juicios e investigaciones en curso de la cuestion de Lesa Humanidad. A lo mejor se trataba de documentos irrelevantes, por supuesto.
El artículo, todo, decuplica el cinismo de lo dicho por los asistentes al decadente monólogo. No me extraña semejante panegírico de Silvia Mercado (chica realmente lisérgica para quien Apold mandó a matar a Juancito Sosa).
Los Pactos de la Moncloa pasarán a formar parte, a estas alturas, de las historias de fantasmas rioplatenses, por su persistencia mítica e invisibilidad manifiesta.
Que pasee su torera de raso por estas playas berretas el desvencijado lobbista de la Ultima Conquista Española, don Felipe González, es ya una hipérbole y sus observaciones demuestran tanto relieve político como los disparates seniles de Isabel Allende. Solo nos resta llamar a Jaime Bayley y Mia Farrow para engrosar las cuotas de gansada antipopulista internacional.
Sin embargo, tan triste aquelarre debe ilustrar lo complejo de lidiar con estas garrapatas perennes. No es fácil, no será fácil.
Y ya están marcando cancha claramente "antes del balotaje o inmediatamente después", dicen que hay que postrarse ante ellos para pedir permiso para gobernar.
La buena noticia es que el horno se está calentando tanto que el pueblo va a terminar, quizás no dentro de mucho tiempo, haciendo leña con los parquets de la Bolsa de Comercio para comerse un merecido asado en alegre antropofagia ritual. Eso sí, previamente habrá que acordar con algún laboratorio de genéricos para que nos suministre un símil a la Hepatalgina porque estos tipos son ya carne de conserva y se anticipan muy indigestos. Saludos
Excelente compañeros, como siempre.
ResponderEliminarPichetto y Sanz. 7 votos. Obligando a sus hijos y nietos a votarlos.
ResponderEliminarEl Colo.