#InfografíaUNDAV Pesada herencia: las 50 variables económicas que empeoró el gobierno de Macri— Economía en UNDAV (@EconomiaenUNDAV) July 29, 2019
⚠️Pobreza: +3,6%
📈Inflación: +28,9%
👷♀️👷♂️Desempleo: +3%
💸Dólar: +349,9%
💰Inversión: -12,4% pic.twitter.com/q572rrLNj9
Pérdida del poder adquisitivo 🚨— Economía en UNDAV (@EconomiaenUNDAV) July 29, 2019
👩🏫👨🏫Salario mínimo: -29,4%
👵👴Jubilación mínima: -15,4%
👩💼👨💼Participación de trabajadores sobre PBI: -5,9%
💵Trabajadores que pagan ganancias: +84,6%
📊Coeficiente de Gini: +2% pic.twitter.com/Su8dD2lAlj
Endeudamiento histórico 💸📈— Economía en UNDAV (@EconomiaenUNDAV) July 29, 2019
Deuda externa: +64,8%
Fuga de capitales: +184,7%
Riesgo país: +60,8%
Deuda pública sobre el PBI: +35,9%
Inversión de cartera: +8085% pic.twitter.com/8G6DI2sWIY
📰Infografía: crisis económica - julio 2019 https://t.co/mbx2w88egw pic.twitter.com/DY5xiFc9M5— Economía en UNDAV (@EconomiaenUNDAV) July 29, 2019
El insoportable
barullo mediático que a diario introducen el gobierno y sus medios afines busca
deliberadamente que nos olvidemos que es lo que se vota cuando elegimos, tanto
como influir o distorsionar los motivos del voto: al fin y al cabo, nos quieren
hacer perder de vista que elegimos un gobierno y un presidente; para que se
hagan cargo de los problemas del país, que son los nuestros, los de nuestra
existencia cotidiana.
Buscan embotarnos
los sentidos y aturdirnos el entendimiento, llenarnos de sensaciones y
emociones para que seamos incapaces de discernir con racionalidad la decisión
correcta, que mejor represente nuestros intereses concretos y objetivos. De
otro modo, una propuesta política como la del macrismo (que expresa los
intereses de una ínfima minoría) jamás hubiera podido ser competitiva en
términos electorales, y hasta ganar una elección.
Pero en la
coyuntura actual el operativo “aturdimiento” busca lograr que además nos
olvidemos del concreto desempeño que esa experiencia derechosa ha tenido
gobernándonos, desde el 2015. Un desempeño que ha sido calamitoso, como
cualquiera puede comprobar en su bolsillo y su nivel de vida (salvo que
pertenezca al nicho de los privilegiados favorecidos por las políticas
macristas); y como lo demuestra -por ejemplo- el informe del Observatorio
Social de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) del que da cuenta estanota de El Destape.
El informe no hace
sino confirmar las percepciones cotidianas de la gente común, y también permite
entender porque cuando el candidato del “Frente de Todos” rompe el blindaje y
el control de agenda que pretende imponer el gobierno hablando de economía,
cunde el pánico en las esferas oficiales, y no saben muy bien que responder:
ahí andan sus voceros oficiales y oficiosos explicando por qué es necesario que
los bancos sigan ganando plata escandalosamente en lugar de atender las
penurias de los jubilados; porque si no se va todo a la mierda. Suerte con eso,
muchachos.
Y si bien no se
puede hacer campaña atiborrando al elector con datos económicos, estos no se
pueden desconocer, y lo números de Macri son malísimos, por donde se los mire;
porque lo increíble (o no) de este gobierno (el peor de la recuperación
democrática, sin discusión) es que ha logrado el récord de que todos los
indicadores económicos le den mal: los macro, los micro, los que tienen que ver
con la situación cotidiana de la gente o con el modelo de desarrollo productivo
del país.
Cualquiera sea la
escuela económica a la que se adhiera, y los indicadores que en consecuencia se
privilegien, a Macri le dan mal: el déficit fiscal, el nivel de endeudamiento,
el valor de la moneda, su poder adquisitivo, la inversión productiva, los
niveles de conusmo. Tampoco hay discriminación en la caída brutal de los sectores
productivos, salvo los nichos privilegiados del modelo (finanzas, agro,
minería, energía), que a su vez no se caracterizan por ser los mayores
generadores de empleo, y en algunos casos (como el campo), pagan los salarios
más bajos.
La cosa empeora si
se miran los indicadores sociales, o de desarrollo humano: cayeron brutalmente
en su poder adquisitivo el salario mínimo, las jubilaciones, el consumo de
artículos esenciales, el empleo, los salarios de los trabajadores registrados;
en tanto aumentaron con la misma brutalidad la pobreza, la desigualdad y la
indigencia.
Después de cuatro
años de Macri, en el país se ha destruido capital de trabajo, empresas, empleos
e infraestructura productiva; estamos más endeudados, somos más vulnerables a
las fluctuaciones de la economía internacional, no mejoramos la perfomance
exportadora y la amplia mayoría de la población es más pobre y vulnerable, y ha
debido reducir consumos esenciales, por falta de poder adquisitivo.
De modo que a la
hora de entablar conversación con alguien sobran temas de campaña, basta con
detectar las preocupaciones del interlocutor, elegir uno entre los 50
indicadores de los que habla el informe, y desde allí intentar convencer
voluntades, de que así no se puede seguir.
Sea que se
considere que en realidad al gobierno de Macri le fue bien porque consiguió
algunos objetivos centrales que perserguía (reducir el salario en términos
reales, subir el desempleo para forzar paritarias a la baja, facilitar la fuga
de capitales, crear nichos de negocios para los amigos), o que les fue como el
culo porque no consiguió otros (las reformas laboral y previsional, la lluvia
de inversiones), no hay disyuntiva al respecto: o por hijos de puta o por
inútiles, no pueden seguir gobernando otros cuatro años.
Porque por otro
lado nada indica que las cosas vayan a mejorar en un segundo mandato de Macri,
y ni siquiera el gobierno ya lo promete: apela a la necesidad de seguir
haciendo el esfuerzo (nosotros, para que ellos se forren), promete ir más
rápido y a fondo con las reformas antiderechos pendientes, y hace eje en
campaña en otras cuestiones, o se molesta cuando le hablan de economía.
Tampoco -en contra
del relato oficial- hay bases sólidas para crecer, sino todo lo contrario: un
país endeudado, con todos los controles al movimiento de capitales financieros
eliminados y con el control de resortes claves de su estructura productiva en
manos privadas (en muchos casos extranjeras) y un Estado que renunció a toda
lógica de promover el desarrollo, solo cabe esperar más de lo mismo, o peor.
Por ende y a modo de conclusión, volvemos a lo
señalado hace poco acá, con estas “50 sombras de Macri” en
vista: preguntémosle a cualquiera si está mejor ahora que hace cuatro años, y
si está dispuesto a bancarse cuatro años más de esto.
Bueno, pero es un informe de la Universidad de Avellaneda. Conurbano.Populismo.
ResponderEliminarHabría que tener algún informe de la Universidad Austral.
En el Opus Dei dicen que éste es el mejor gobierno de la historia, y que hay que darse de 6 a 7 horas por día con el cilicio para que vuelva a ganar macri.
¿Se estarán rompiendo la espalda al pedo?
El Colo.