”Quienes han generado esta crisis, el Gobierno y el FMI, tienen la responsabilidad de poner fin y revertir la catástrofe social que hoy atraviesa a una porción cada vez mayor de la sociedad argentina”.@alferdez se reunió con el FMI. https://t.co/2oCBh5kI1b— TOD☀️S (@FrenteDeTodos) August 26, 2019
"A la fecha, los desembolsos efectuados por el FMI suman un total de 44.500 millones de dólares aproximadamente y representan casi el 80 por ciento del préstamo. De acuerdo con las cifras oficiales disponibles, entre junio de 2018 y julio de 2019, salieron del sistema 27.500 millones de dólares en concepto de Formación de Activos Externos de libre disponibilidad (fuga de capitales argentinos), aproximadamente y 9200 millones por inversiones extranjeras especulativas (reversión de inversiones de capitales golondrina). ".
"En total la salida neta de dólares supera los 36.600 millones de dólares, lo que representa más del 80 por ciento de los desembolsos recibidos hasta la fecha”, detallaron en el comunicado. Los referentes de este espacio señalaron que “este fenómeno constituye un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por Artículo VI del Acta Constitutiva del organismo cuyo primer párrafo dispone que `ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital`”.".
"Los reportes emitidos por el propio staff del FMI en las sucesivas revisiones desde la entrada en vigencia del acuerdo dan cuenta de que la situación macroeconómica de la Argentina se ha deteriorado significativamente. El préstamo recibido por el país y el conjunto de condicionalidades asociado al mismo no han generado ninguno de los resultados esperados: la economía real no ha dejado de contraerse, el empleo y la situación de las empresas y las familias, de empeorar, la inflación no ha tenido una trayectoria descendente sostenida y el endeudamiento público no ha dejado de crecer”, agrega el comunicado del Frente de Todos.".
“De estos cuatro objetivos (pactados con el Fondo) no sólo ninguno fue alcanzado, sino que todo empeoró desde la celebración del acuerdo: la economía cayó 1,7 por ciento, la deuda subió 29 puntos porcentuales del PBI, el desempleo aumentó a 10,1 por ciento y la pobreza creció a más del 32 por ciento y la inflación se disparó al 53,9 por ciento”". (sacado de acá).
Clarito, contundente, preciso, ni una coma de más: se acabó lo que se daba: ni cogobierno, ni hacerle compartir a la oposición los costos políticos del rotundo fracaso del programa económico del gobierno, apoyado por el FMI con cuantiosos desembolsos irresponsables, que los argentinos deberemos devolver religiosamente, pero se fugaron del país, y se seguirán fugando; en tanto el gobierno y el FMI no quieren entrar en razones y reponer mínimas medidas de regulación y control que lo impidan, por un combo de obtusas anteojeras ideológicas, y defensa de los inconfesables intereses de los vivos de siempre.
En esas condiciones, el "Frente de Todos" y Alberto Fernández no tenían nada para ganar, y todo para perder en relación a la legitimidad que conquistaron mediante el voto mayoritario de los argentinos en las PASO. Argentinos que los votaron para hacer exactamente lo contrario de lo que viene haciendo el gobierno con la anuencia/aval/diseño/orden (tache lo que crea que no corresponda) del FMI. Para seguir haciendo lo mismo en el futuro, lo hubieran votado a Macri, y listo: al fin y al cabo, la democracia no es tan difícil de entender.
A esta altura de los acontecimientos, si llegan o no los 5421 millones de dólares del próximo desembolso del FMI es irrelevante, porque la crisis del gobierno de Macri es terminal, y si llegan en estas condiciones, lo más seguro es que se terminen evaporando en pocos días, por la canaleta de la fuga de capitales.
Mientras tanto, el presidente y su gobierno que llaman a la responsabilidad de la oposición, siguen bailando en la cubierta del Titanic, celebrando la convocatoria del geriátrico gorila del sábado a la noche, envueltos en una nube de pedos cósmica en la que creen poder revertir el resultado de las PASO, con el viejo recurso de satanizar a la oposición. Sí, a la misma a la que le piden colaboración: pues bien, vayan a pedírsela a Campanella y Brandoni, y a todos esos desaforados que decían el sábado que estaban dispuestos a pelear por la democracia, una idea que claramente no entienden.
Mientras tanto, el presidente y su gobierno que llaman a la responsabilidad de la oposición, siguen bailando en la cubierta del Titanic, celebrando la convocatoria del geriátrico gorila del sábado a la noche, envueltos en una nube de pedos cósmica en la que creen poder revertir el resultado de las PASO, con el viejo recurso de satanizar a la oposición. Sí, a la misma a la que le piden colaboración: pues bien, vayan a pedírsela a Campanella y Brandoni, y a todos esos desaforados que decían el sábado que estaban dispuestos a pelear por la democracia, una idea que claramente no entienden.
Un acuerdo con el FMI que nació mal parido, como fruto del colapso de la burbuja de valorización financiera montada con las LEBAC's, sin pasar por el Congreso (violando así la Constitución Nacional), y alentando y permitiendo la fuga de capitales (único objetivo final de todo el entuerto, desde el principio), termina como debía terminar, como siempre terminan estas cosas, acá y en todos lados: con más pobreza, más desigualdad, más recesión, más inflación y mucha más deuda.
Si al FMI le preocupa ahora el vacío de poder que hay en el país, lo hubieran pensado mejor cuando el año pasado aceptaron asumir el manejo de la conducción económica del país que el gobierno de Macri les cedió en bandeja,a cambio de un préstamo irresponsable por su magnitud, y por la ostensible insolvencia del deudor, en el actual programa económico. Los únicos a los que les tiene que interesar cual será el programa económico del gobierno de Alberto Fernández (que ahora desvela al FMI) son los argentinos, que son los que van a ir a las urnas en octubre: los de afuera son de palo, aunque nos hayan prestado mucha plata; más bien a Macri que a nosotros.
Y si el Fondo pide "acelerar los tiempos institucionales", hay que recordarles que estos tienen dos fechas ciertas, una de ellas inamovible: el 27 de octubre los argentinos elegimos presidente, y el 10 de diciembre Mauricio Macri ya no estará más en la Casa Rosada. Hasta entonces, suya es la total responsabilidad por la conducción de los destinos del país, porque para eso lo votaron en 2015: a diferencia de ellos, nosotros sí respetamos las instituciones, aunque el gobierno las haya pisoteado.
Suya y del FMI, que se jugó un pleno a la reelección de Macri financiándole la campaña, y perdió la apuesta: ahora a hacer cargo de la parte que le toca en pagar los destrozos. Si -como dicen que dijeron en la reunión- el programa económico era del gobierno y no suyo, no deberían tener problemas en que el nuevo gobierno surgido de las urnas lo reemplace por otro, compatible con el crecimiento del país, con inclusión social.
Desde acá celebramos que después de algunos equívocos y pifiadas innecesarias, se haya trazado una clara línea divisoria, saliendo de la trampa extorsiva en la que nos quisieron colocar el gobierno y el FMI, para corresponsabilizarnos por el desastre. Si el FDT y su candidato a presidente no tomaban este gesto, del gobierno o desde el FMI jamás cabría haberlo esperado. Posteo y tuit relacionados:
En la relación entre el gobierno y nosotros alguien tenía que ser el adulto responsable.— La Corriente K (@lacorrientek) August 27, 2019
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