viernes, 27 de septiembre de 2019

EN ESTO ANDAN


Conforme la crisis se agrava y los indicadores económicos y sociales son cada día más espantosos, muchos se preguntan en que anda el gobierno, como ocupan el tiempo el presidente y sus funcionarios, y si están tratando de hacer algo para revertir la situación. Otros tenemos en claro que nada, y casi tenemos la certeza de que aunque quisieran, nada podrían hacer. el tránsito de Macri de acá al final de su mandato será una larga agonía para todos, sin esperanza de mejoría alguna.

En el caso del presidente y de su entorno más cercano (el jefe de gabinete, más que nada) parece bastante claro que todos sus esfuerzos están puestos exclusivamente en la elección, y en como conseguir el improbable logro de revertir la paliza de las PASO: no hay una sola medida tomada o anunciada que ni apunte en esa dirección; como se pudo comprobar penosamente con el derrumbe en las obras del aeropuerto de Ezeiza que se cobró una vida: la prioridad era inaugurarlas en campaña antes de que llegara la veda, a como diera lugar.

Por fuera de eso, las gestiones infructuosas de Lacunza ante el FMI para que destrabe el desembolso de 5430 millones de dólares del stand by, y los emparches al “cepo” y los controles cambiarios que van saliendo uno tras otro para flexibilizarlo, pese a que la sangría de reservas continúa: si hubiera que juzgar al gobierno por eso, se podría decir que quieren acelerar su propio final.

Sin embargo, si se presta atención por detrás de lo visible, hay otro rubro en el que el macrismo, el presidente y sus funcionarios parecen sostener los esfuerzos hasta el final, y dedicarles atención prioritaria: es todo lo que tiene que ver con cerrar asegurar o fortalecer los negocios de la banda gobernante, y tratar de salir impunes por ello. Ahí no hay distracciones, ni vagancia.

Se “reestatizan” corredores viales que se licitaron bajo el fracasado sistema PPP, en la creencia que de ese modo lograrán zafar de la causa que les abrieron en la justicia a Macri, Dietrich e Iguacel por haber prorrogado ilegalmente las demás concesiones, y los abogados del presidente/empresario siguen intentando todos los recursos a su alcance para dilatar el pago de la deuda del Correo, mientras tratan de pasar la causa a la justicia de la CABA, que por supuesto les sería más amigable.

Y hablando de traspasos: son cada vez más fuertes las versiones en el sentido de que Macri dispondría por DNU el traspaso a la CABA de la Inspección General de Justicia (IGJ), y del puerto de Buenos Aires; para perfeccionar en éste caso el negociado de transferirle su administración a “Niky” Caputo (para lo cual previamente Macri lo áceptó como cónsul honorario de Singapur), y concretar al mismo tiempo un fenomenal negociado inmobiliario en los terrenos que hoy ocupa.

En el caso de la IGJ, el traspaso a la ciudad sería para que ésta tenga el control del Registro de Sociedades por Acciones, y desde allí convertir a Buenos Aires en la nueva Panamá: una plaza ideal para crea sociedades off shore, con la que vehiculizar negocios turbios y lavado de dinero.

Por si todo esto fuera poco, Dietrich presionó a la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) para que emitiera en tiempo récord una pericia determinando que los ruidos que generan los vuelos de las “low cost” en el aeropuerto de El Palomar no superan los niveles tolerables y así lograr que la justicia habilite las frecuencias que el gobierno otorgó y fueron suspendidas por una cautelar; mientras que aparecía publicada en el Boletín Oficial del jueves (verla acá) la Resolución 586 firmda por él mismo, por l cual prorrogan por 15 años (hasta 2035 y 2036, respectivamente) las concesiones de rutas aéreas que tiene otorgadas LAN (la empresa a la cual ¿perteneció o pertenece? Lopetegui) en el país y hacia el exterior.

Si bien la Ley 17.285 (Código Aeronáutico) dispone en su artículo 103 que la prórroga debe ser pedida por la concesionaria con un año de anticipación al vencimiento (para las rutas al exterior faltaban dos), no dice que deban ser otorgadas inmediatamente después de solicitadas; y el gobierno lo hizo al instante, sin audiencia pública y sin ningún informe previo sobre la conveniencia del pedido para el interés público: la cosa es dejar atado todo para cuando llegue la próxima administración, y se encuentre con situaciones creadas.

Lo cual nos lleva, para concluir, a otro aspecto a destacar: dejando claro así en que están ocupando su tiempo Macri y su gobierno, la pregunta es ¿qué piensa hacer al respecto la futura administración, quedarse de brazos cruzados y dejarlos que consoliden sus negociados? Porque una cosa es desechar la idea de un “Ministerio de la Venganza”, y otra muy distinta es pasar por pelotudos.

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