miércoles, 27 de noviembre de 2019

ESTO VOTAMOS


Ayer nomás comentábamos acá el insólito planteo de un grupo de los más crudos liberalotes entre nuestros economistas expertos en pifiarla, que se auto-otorgaron la atribución de dar consejos no pedidos, y plantearle a Alberto Fernández un plan de 10 medidas a tomar en sus primeros 100 días de gobierno.

Una burrada propia de los tiempos que corren, en los que "los mercados" y el sistema de medios naturalizan lo que es inadmisible en política democrática: que el que ganó las elecciones gobierne con el programa del que las perdió. 

Un día después, vemos en esta nota de La Politica Online a la que corresponde la imagen de apertura, que sin nombrarlos (porque sería reconocerles una entidad que no tienen) AF les está respondiendo el planteo: les dice con todas las letras que en dos semanas, cuando llegue al gobierno, hará lo que prometió en campaña que iba a hacer.

Como una de las peores herencias que deja el macrismo es la deuda, anuncia que dejará de tomar deuda, y que no le pedirá al FMI los 11.000 millones de dólares remanentes del acuerdo firmado con Macri.

Y que no lo hará porque sabe lo que viene junto con los dólares: exigencias de más ajustes, "reformas estructurales" y cosas que el país ya no aguanta más. En palabras del propio Alberto, es inadmisible que en el país falten vacunas porque hay que ajustar el gasto público, porque así se acordó con el FMI.

Pero dijo más: que la prioridad de su gobierno será poner plata en la calle, apostar a mejorar el consumo mejorando las jubilacionesy los salarios, estimular la demanda para poner en marcha las industria paradas, otorgar crédito para reactivar, y a todo eso lo llamó por su nombre: peronismo.

Ah, también avisó que propondrá un aumento de Bienes Personales, y aunque los agrogarcas se enojen, de las retenciones, por aquello que dijeron él y Cristina en campaña: las deudas hay que pagarlas pero no a cualquier precio, menos al de seguir metiéndole la mano en el bolsillo a los que menos tienen.

Y los costos de la crisis (como se cansó de decir Cristina en campaña) los tienen que pagar los que más se beneficiaron con ella. Debería ser algo más difícil de hacer, que de entender, porque eso es -ni más ni menos- lo que la gente votó.

Y porque hacer lo contrario (o sea, lo que le piden que haga) es lo que nos llevó hasta acá: sería de necios persistir en ese rumbo.

Pero en éste país hay que andar todo el tiempo diciendo obviedades. Tuit relacionado:

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