martes, 4 de febrero de 2020

PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS

La discusión por la aprobación de la ley de "necesidad pública" que Omar Perotti se apresta a enviar a la Legislatura provincial está tomando ribetes insólitos, como que por ejemplo fuentes (no identificadas) del socialismo digan que ellos se oponen a que se tome deuda para financiar gastos corrientes como el pago de sueldos, y que nunca lo hicieron durante los 12 años que gobernaron la provincia.

Lo cual es, lisa y llanamente, falso de falsedad absoluta: según los propios datos oficiales, entre los años 2007 y 2019 se sucedieron nueve (9) ejercicios con déficit presupuestario, y solo tres (3) con superávit; de resultas de lo cual el déficit acumulado en el período fue de 32.510 millones a valores corrientes, y unos 99.643 millones, en valores constantes.Solo en el período 2015-2019 (gobierno de Lifschitz) el déficit acumulado fue de $ 22.824 millones a valores corrientes, y $ 30.347, a valores constantes: pues bien, todos esos déficits se financiaron con endeudamiento, en especial con el agente financiero de la provincia (el Nuevo Banco de Santa Fe), girando en descubierto en las cuentas oficiales; y la gran mayoría de esos gastos financiados de ese modo (en algunos años, hasta el 97 %) fueron gastos corrientes, pues los gastos de capital (como la obra pública) en muchos casos se financian con recursos afectados, como los provenientes de préstamos internacionales.

Sin ir  más lejos, trascendió por estas horas que el déficit fiscal de la provincia el año pasado fue de más de 18.200 millones de pesos, lo que no debería sorprender a los lectores de éste blog: veíamos en esta entrada de días antes de la asunción de Perotti, como Lifschitz dictó un virtual DNU aumentando el presupuesto votado por la Legislatura en 18.806 millones de pesos, apelando al "endeudamiento para atender insuficiencia presupuestaria".

Sin embargo, esa estimación del déficit es provisoria, porque las nuevas autoridades se encontraron con otra sorpresa: innumerable cantidad de gastos consumados pero no registrados en su momento por el gobierno anterior por insuficiencia de crédito presupuestario; y gestiones pendientes de pago etiquetadas como casos de "obligaciones de legítimo abono": o sea, casos en los que nunca salió el acto administrativo o contrato que avalara legalmente la prestación, y un funcionario (en algunos casos el propio ex gobernador) ordenaba verbalmente que se contrataran servicios o bienes, generando así un compromiso para la provincia, en contravención a las normas de la Ley 12510.

Por otro lado, los propios legisladores del Frente Progresista (muchos de ellos, ex funcionarios hasta el pasado 11 de diciembre) dicen que en el Presupuesto le dieron herramientas a Perotti para resolver el problema, el disponer en el artículo 54 de la ley la consolidación de todas las deudas provinciales, de causa o título anterior al 31 de diciembre del año pasado: si no existieran múltiples deudas, no habría que pensar en consolidarlas.

Tantas, que un relevamiento aun no definitivo habla de unos 29.810 millones de pesos de deudas vencidas y exigibles en el cortísimo plazo, que puede ser mayor por los casos de "legítimo abono". Y ese artículo de la ley de presupuesto no resuelve el problema, porque no le permite al Poder Ejecutivo hacer operaciones de crédito público para -por ejemplo- pagar esas deudas emitiendo pagarés, letras del Tesoro o cheques de pago diferido, que venzan más allá del ejercicio, es decir, del 31 de diciembre de éste año. Esa facultad es la que está pidiendo el gobierno en la ley de emergencia, por meno monto del total de deuda flotante (el proyecto habla de 12.000 millones de pesos), y aun a eso se opone el socialismo, impidiendo arreglar el desastre que creó.

Si no se le otorgan al gobierno esas facultades, de un presupuesto de 408.000 millones de pesos, Perotti ya tendría "gastados y consumidos" 29.810 millones, solo en pagar deudas contraídas por la gestión anterior, en muchos casos por gastos corrientes, y en otros con empresas contratistas de obra pública. Por eso también pide autorización para endeudarse en otros 15.000 millones de pesos para recomponer el FUCO (Fondo Unificado de Cuentas Oficiales), que quedó virtualmente vacío al 11 de diciembre: recordemos que el socialismo aumentó por decreto del 85 % al 100 % de los saldos del Fondo, el uso posible que podía hacer el gobierno, manoteando recursos de donde los hubiere, para gastar; y que cuando no hubo más, recurrió a los anticipos en descubierto del banco de Eskenazy, pagando tasas de hasta el 75 %.

Adicionalmente a eso, en la entrada anterior a la que referimos más arriba mostrábamos que ese presupuesto 2020 que Lifschitz le hizo aprobar a Perotti contra sus deseos es un dibujo, y por supuesto no contempla partidas para pagar ese nivel de deudas: esos 29.810 millones, si se pagaran todos éste año, deberían salir todos de otras partidas, que se verían podadas; sin que le permitan al mismo tiempo al Poder Ejecutivo afectar partidas de gastos de capital, para atender gastos corrientes: cualquiera puede advertir que por ese camino, avanzado el año todas las partidas tendrían un rojo marcado, y había problemas hasta para pagar los sueldos. 

No se trata entonces de endeudarse en dólares o divisas, ni salir a los mercados internacionales de crédito, para pagar sueldos, sino de cuestiones más sencillas y apremiantes. Claro que, al parecer, no tanto como otras que el socialismo quiere introducir en la discusión de la emergencia, como sería que Perotti de marcha atrás con el Decreto 89 (ver más información acá), y salve la maraña de ñoquis que nombraron y contrataron antes de dejar el gobierno. Tuit relacionado:

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