domingo, 19 de abril de 2020

EN LUGAR DE APUNTAR, DISPAREMOS


Sobre las nuevas medidas del gobierno para las Pymes, leemos en La Politica Online: "Alberto pidió que se los acercara y ante la repetición de preguntas sobre la insuficiente asistencia a las pymes, reconoció que las medidas lanzadas no funcionaron como esperaba y le apuntó a los bancos y su poca disposición para otorgar los créditos al 24% para pago de sueldos. "Estoy indignado, pero con Martín (Guzmán) y (el presidente del Banco Central Miguel) Pesce vamos a poner las cosas en orden", prometió. Según supo LPO, el presidente prepara un nuevo paquete de medidas similares para anunciar el lunes."

"Necesitamos que los Bancos trabajen de Bancos y dejen de hacer negocios prestando plata al Banco Central. Si quieren financiar al Estado que lo hagan para obra pública, pero no con letras como las Leliq, por las que cobran una tasa exorbitante y después pagan 24% un plazo fijo", se indignó Alberto ante un reclamo sobre el rol de las entidades financieras realizado por José Luis Ramón, líder del bloque aliado Unidad para el Desarrollo. Hemos hecho todo para que los Bancos entiendan que este no es un momento para ganar, si no para apoyar. Pero no entienden", advirtió." (Las negritas son nuestras)

El tema es, querido Alberto, que no parece que hayan hecho todo. Es más, si nos atenemos estrictamente a las decisiones institucionales del gobierno que aparecen publicadas en el Boletín Oficial (sean tuyas o del Banco Central) tendríamos que decir que no han hecho nada: no hay bancos sancionados u obligados a prestar, ni nada parecido. Por el contrario, cuando escaló el "dólar bolsa" el Banco Central volvió a permitir suba de tasas para tentar a los inversores, y tampoco ha repudiado las LELIQs, o nada parecido: sigue pagando puntualmente los intereses, que se llevan unos 55.000 millones de pesos por mes, sin que nadie proteste porque el BCRA tenga que emitir moneda a esos fines.

Y eso que facultades para actuar no le faltan: de acuerdo con la Ley 24144 (Carta Orgánica del Banco Central) modificada en el 2012 por la Ley 26739, el Central puede (artículo 4) "Regular el funcionamiento del sistema financiero y aplicar la Ley de Entidades Financieras y las normas que, en su consecuencia, se dicten" (inciso a), "Regular la cantidad de dinero y las tasas de interés y regular y orientar el crédito;" (inciso b).

En sentido concordante, su directorio (artículo 14) puede "Fijar las tasas de interés y demás condiciones generales de las operaciones crediticias del banco" (inciso c); "Fijar políticas generales que hacen al ordenamiento económico y a la expansión del sistema financiero" (inciso g); "Revocar la autorización para operar de las entidades financieras y cambiarias, por sí o a pedido del superintendente" (inciso h); "Regular las condiciones del crédito en términos de riesgo, plazos, tasas de interés, comisiones y cargos de cualquier naturaleza, así como orientar su destino por medio de exigencias de reservas, encajes diferenciales u otros medios apropiados;" (inciso r) y "Establecer políticas diferenciadas orientadas a las pequeñas y medianas empresas y a las economías regionales." (inciso w).

Incluso con la libérrima Ley 21526 de entidades financieras que viene de los tiempos de Martínez de Hoz y ha permanecido casi intocada en democracia, el Banco Central puede (de acuerdo a su artículo 41) sancionar a los bancos por "...las infracciones a la presente ley, sus normas reglamentarias y resoluciones que dicte el Banco Central de la República Argentina en ejercicio de sus facultades."; sanciones que van desde el llamado de atención, hasta la revocación de la autorización para funcionar. 

Como se ve, facultades no faltan para actuar, y en ese marco se podría -por ejemplo- imponerles a los bancos que presten el dinero que el Central les liberó de los encajes no remunerados a tasa cero (0) a las Pymes, sin más garantía que la palabra del gobierno; y aun así no perderían dinero: saldrían derechos en todo caso, en ese exclusivo segmento de sus negocios.

Y si se entiende que para proceder en tal sentido al gobierno le faltan facultades: ¿qué mejor excusa para gatillar un DNU que la resistencia feroz de los bancos a auxiliar a las Pymes en medio de la pandemia? Es decir, en lugar de "advertir" o "apuntar", o "indignarse", disparemos, y listo. Tuit relacionado: 

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