Cierren ese antro, ya. https://t.co/cJXw98meab
— La Corriente K (@lacorrientek) September 23, 2021
Ke nerviosss, vaya uno a saber cuando estarán los primeros datos, y encima no se puede confiar en los bocas de urna: https://t.co/UBl6gSPlgO
— La Corriente K (@lacorrientek) September 23, 2021
¡Qué rápido hicieron el escrutinio! https://t.co/uJbkZmxJB8
— La Corriente K (@lacorrientek) September 23, 2021
Habrá alguna vergüenza que nos ahorren los de la Corte Suprema?
— La Corriente K (@lacorrientek) September 23, 2021
Uno (Rosenkrantz) tiene que dar cuentas en la justicia (que presidió hasta ayer) por los 59 llamados cruzados con "Pepín" Rodríguez Simón, quien además de ser el principal operador de la mesa judicial del macrismo que sacaba y ponía jueces, es hoy un prófugo de la propia justicia argentina, que ha pedido su captura internacional a Interpol. Ese mismo juez debería inhibirse de intervenir en un montón de causas que llegan a la Corte en las que son parte algunas de las empresas más importantes del país, que son clientes de su estudio jurídico.
El otro (Rosatti), cuya designación como presidente fue anticipada por los grandes medios (tampoco es que el escrutinio fuera tan complicado, por lo que se pudo ver), enfrenta un proceso judicial por enriquecimiento ilícito en la justicia federal de Santa Fe, en el que recusó a los que lo investigan por "enemistad manifiesta", como si fuera sencillo enemistarse así, sin más, con uno de los supremos cortesanos, sin sufrir consecuencias.
Los dos aceptaron asumir sus cargos habiendo sido designados por Macri por decreto "en comisión" y sin el aval del Senado prestándoles acuerdo, decreto de factoría intelectual del antes mencionado prófugo de la justicia. Los dos dijeron -cuando a posteriori debieron defender sus postulaciones ante el Senado- que estaban de acuerdo con pagar impuesto a las Ganancias y que todos los jueces lo pague, cosa que sigue sin suceder; pues la acordada de 1996 de la corte de los milagros menemista que se alzó contra la ley del Congreso que así lo dispone sigue incólumne, a 25 años y varios jueces supremos de distancia de su dictado.
Ser presidente de la Corte -elegido de modo tan particular y "democrático"- no es moco de pavo: coloca a quien ostente el cargo en la línea de sucesión presidencial, único funcionario de la misma no emanado del voto popular. Y al mismo tiempo maneja el presupuesto del Poder Judicial de la nación, en abierta violación del artículo 114 inciso 3) de la Constitución Nacional, que dispone que lo debe manejar el Consejo de la Magistratura. No se trata, entonces, de la elección de las autoridades de una vecinal o un club de barrio.
La Corte Suprema de Justicia de la nación es la cabeza del Poder Judicial federal, y el máximo tribunal del país, y en sus manos están o pueden estar los derechos, los bienes, las libertades y las garantías de todos los ciudadanos. La vulgata dominante en la corporación los ha colocado incluso por encima de la Constitución y las leyes, cuando nos dicen que éstas son "lo que la Corte dice que son".
Tienen el poder de sentarse por años encima de una causa sin resolverla aunque eso consagre una injusticia o la privación ilegítima de libertad de una persona (como pasa en el caso de Milagro Sala), o lavarse las manos sin emitir opinión en solo dos renglones, remitiéndose al artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación; sin necesidad incluso de fundamentar su decisión. Ni siquiera el presidente de la república tiene en sus manos tamaño poder.
Podrían intentarse distintos remedios institucionales para detener este profundo proceso de descomposición del Poder Judicial, que como decía Perón, es como el pescado: se empieza a pudrir por la cabeza. Podría promoverse el juicio político de sus miembros, o aumentar el número de sus miembros por una ley del Congreso para licuar la "mayoría automática de sí misma" que hoy tiene la sartén por el mango.
O promoverse al menos una ley que derogue ese infame artículo 280, o que disponga que al presidente de la Corte se lo designe por acuerdo del Senado, o por ley del Congreso. También podría modificarse la ley de acefalía, para eliminarlo de la línea de sucesión presidencial, para que ésta quede exclusivamente integrada por funcionarios electos por el voto popular.
Pero ninguna de esas cosas se hará, porque el gobierno no tiene la decisión de hacerlo, ni los números en el Congreso, o porque la oposición dirá que se afecta la independencia de la justicia, que a ésta altura viene siendo algo parecido a un Estado libre asociado a la República Argentina, pero en el que no rigen sus leyes, y limita la "asociación" a que le paguen sus abultados salarios.
La pregunta es hasta cuando la democracia argentina puede tolerar semejante bolsón monárquico de privilegios antidemocráticos en su propio seno, y por cierto, una reflexión final: en una campaña en la que los "libertarios" hicieron campaña contra "la casta política" nunca comprendieron en ella a éstos impresentables. Por algo será.
Si uno repasa los primeros 100 dias del gobierno albertista, lo que se considera el momento óptimo para las reformas por "la luna de miel", que haya aparecido la pandemia el dia 99 parece a la distancia un salvavidas para el gobierno: al menos le permitió mostrar gestion buscando vacunas en uno de los pocos "funcionarios que funcionan".
ResponderEliminarEn el tema de la reforma de la.justicia recordar que la ministra era LOZARDO!!!. Icono de los funcionarios que no funcionan. Nunca hubo ninguna intención de reforma judicial y lo que se pretendía era ser agradable con los operadores judiciales, atravesados por amistad manifiesta. Si repasamos esos 100 días se la pasaron pidiendo disculpas, armisticio unilaterales, anuncios que se desanuncian, etc. Nunca hubo un plan de los primeros 100 días, que es la hoja de ruta en un gobierno.
ya esta gente, si CFK no lo puso a alberso para "salvarse", no se que pasó. salvarse de que? preguntaran, si no tenia fueros y esto y lo otro...
ResponderEliminarla realidad es que probablemente cristina iba en cana si macri era reelecto, porque era lo unico que podia dar macri para evitar el estallido social... y lamentablemente, la mitad del pueblo sigue (porque con macri ya decian que comian polenta contentos con tal que no este cristina, y hay un nucleo durisimo que sigue convencido)dispuesto a pasar hambre con tal que crisitna vaya en cana.
en mi tiempo de vida, nunca estuvimos peor, en ningun area.
Losardo, la socia de Alberto en su estudio particular.
ResponderEliminarPero no está más. Y la cosa sigue igual.
ResponderEliminarNos van poniendo en fila para culiarnos y nosotros aplaudiendo boludeces.
ResponderEliminarCómo se salvó este hdp de Alberso con la jubilación de presidente, mientras tanto el pueblo cena mate.
Nos merecemos el estallido social que se viene
Pan de T.
ResponderEliminarY después, reforma judicial.