sábado, 16 de octubre de 2021

PRECIOS TESTIGO

 

Uno de los cambios más importantes en el gabinete nacional post derrota en las PASO fue la designación de Roberto Feletti en Comercio Interior, en reemplazo de Paula Español, una de las más inoperantes de los "funcionarios que no funcionan". Y una de las primeras medidas que anunció el nuevo secretario fue un congelamiento de precios por tres meses de más de 1200 productos de la canasta familiar, incluyendo obviamente los alimenticios. 

Hasta el día de hoy, las empresas no firmaron el acuerdo, y todo indica que no están dispuestas a hacerlo, con lo cual ya Feletti señalo que evalúa aplicar la ley de abastecimiento, que entre otras cosas faculta al gobierno a fijar precios máximos, o márgenes de utilidad.

La discusión es de suma importancia para el futuro del gobierno, y lejos de ser económica, es profundamente política, de disputa por el poder: o lo tienen las empresas y sus dueños, o lo ejerce el gobierno honrando el mandato popular, haciendo uso de sus facultades legales. No se trata, entonces, de un debate académico sobre las causas de la inflación, o las mejores medidas para atacarla: hace rato ya que excede largamente esa cuestión.

La inflación en la Argentina es alta desde los tiempos de Macri, y ni siquiera el frenazo en la actividad económica como consecuencia de la pandemia la hizo descender a niveles tolerables. Y la leve tendencia a la "desaceleración" evidenciaba desde abril (en realidad, un amesetamiento en niveles altos) se torció en septiembre, cuando la cifra de evolución de los precios medida por el INDEC fue del 3,5 %, con los alimentos liderando otra vez las subas.

Y según los dichos de Feletti, octubre pinta igual o peor, de allí la necesidad urgente de tomar medidas. De como reaccionen ambas partes (el gobierno y las empresas) frente a éstas dependerá el futuro no solo de los bolsillos de los consumidores y el poder adquisitivo de sus salarios, sino del propio gobierno de cara a las elecciones, y por el resto de su mandato.

Nadie puede dudar a esta altura que la situación económica, en especial en cuanto influye en las preocupaciones y la vida cotidiana de la gente, es la principal de las causas de la pobre cosecha electoral del "Frente de Todos" en las PASO. Y los cambios en Comercio Interior parecen un tardío reconocimiento de esa realidad.

Sin embargo, la cosa no puede quedar ahí, en un simple cambio de figuritas: si el gobierno tiene la convicción de que Feletti va por el camino correcto tiene que respaldarlo, con toda firmeza, sobre todo si las empresas amenazan resistir las medidas; y no soltarle la mano al primer apriete. Porque de lo contrario se van a llevar puestos algo más que nuestros salarios, o la gestión del nuevo funcionario: hay un desafío abierto a la propia autoridad del Estado, y a la gobernabilidad; y hay que ser ciego para no verlo.

Y si no lo respalda además, estará dando un mensaje al interior de la coalición oficialista: que los cambios son simplemente cosméticos, para hacer como que se atienden los reclamos, o para habilitar presuntos espacios de decisión que en rigor no son tales, como para acallar las quejas, y nada más.

Hasta aquí, en todos los encuentros empresariales con o sin el gobierno enfrente como interlocutor (el Coloquio de IDEA, la reunión de CEO's esta semana), los tipos piden. Fundamentalmente, la reforma laboral, pero además que se acuerde con el FMI, algún beneficio particular para sus empresas (como el congelamiento de las tarifas de electricidad que acaba de obtener Madanes Quintanilla para ALUAR, reducción o eliminación de impuestos.

Lo que nunca hacen, en cambio, es ofrecer: o sea, decir en concreto que están dispuestos a ceder ellos, para llegar a acuerdos. Es decir que daría la impresión (nos podemos equivocar, como no) que los únicos acuerdos que están dispuestos a suscribir, son aquellos en los que el gobierno cede a todos sus reclamos, sin que ellos tengan que dar nada a cambio. Tuits relacionados: 

2 comentarios:

  1. No hay tiempo para esperar acuerdos. Fijar desde la Secretaría precios máximos. Controles de cumplimiento. Si no se comercializa al precio fijado, multa y clausura. A la primer clausura, los demás se encuadran.
    El Colo.

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  2. Parece que se necesitaría la bien peronista "ley de agio y especulación".

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