Hace unos días atrás la oposición al gobierno nacional produjo en el Congreso un hecho inédito desde la vuelta a la democracia en 1983: rechazaron el proyecto de presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo, impidiendo que vuelva a tener tratamiento hasta después de la apertura del período ordinario de sesiones, el 1° de marzo del año que viene, de acuerdo con lo que establece el artículo 81 de la Constitución.
En el 2010 no llegaron a tanto durante el gobierno de Cristina, porque en lugar de rechazarle el presupuesto no lo trataron, y la obligaron a prorrogar el correspondiente al año 2009. Pero igual denotaba una actitud obstruccionista, lindera con la desestabilización.
Como para que veamos que el problema de ésta gente es con el peronismo en todas sus posibles encarnaciones (salvo el menemismo, que a muchos los seducía), ayer la mayoría opositora en la Cámara de Diputados de la provincia decidió dejar al gobierno de Omar Perotti sin presupuesto por lo menos hasta febrero del año que viene, cuando los legisladores vuelvan de sus vacaciones.
El gobierno, por supuesto, no se puede tomar vacaciones, menos en medio de una pandemia cuando están subiendo aceleradamente los casos, a punto tal que ambos gobiernos (el nacional y el de la provincia) han decidido prorrogar la emergencia sanitaria por COVID por todo el año 2022.
Al mismo tiempo que posponían la discusión del presupuesto con argumentos baladíes, los legisladores opositores modificaron la Ley Tributaria enviada por el gobernador que tenía media sanción del Senado, en la parte que distribuye los recursos entre la provincia y sus municipios y comunas, en perjuicio del Estado provincial.
Recordemos que Perotti tuvo que gobernar el primer año de su mandato con un presupuesto que no elaboró él sino el gobierno anterior, en una larguísima transición de seis meses entre las elecciones y la asunción del nuevo gobernador. Y que esta misma Legislatura denegó entonces la declaración de emergencia sanitaria durante meses, hasta que no le quedó más remedio que aprobarla, por la llegada de la pandemia.
Por supuesto que el gobierno no se queda sin herramientas para gobernar, porque el artículo 55 inciso 8) de la Constitución provincial contempla, en caso que el presupuesto no se apruebe en tiempo, la prórroga del que está en ejecución "en sus partidas ordinarias". Y la Ley 12510 en su artículo 23 establece como opera la prórroga, del mismo modo que lo hace el artículo 27 de la Ley de Administración Financiera 24156, explicada acá.
La misma ley 12510 precisa en su artículo 24 lo que se debe entender por tales: "...las autorizaciones de gastos para atender la continuidad de los servicios que impliquen habitualidad y permanencia o la continuación de obras en curso de ejecución.". Es decir que, por ejemplo, hasta que el gobierno de Perotti no cuente con el presupuesto aprobado, no puede empezar ninguna obra pública nueva.
Y otro dato no menor: a diferencia del presupuesto nacional, en el que no figuran las transferencias del Estado nacional a las provincias en concepto de coparticipación federal de impuestos, en la provincia sí figuran en el presupuesto los recursos que se transfieren a municipios y comunas en concepto de coparticipación de impuestos provinciales y una parte de los nacionales, conforme al régimen de distribución de la Ley 7547.
Pero de ese modo los municipios y comunas no se benefician con posibles ingresos adicionales por coparticipación de impuestos nacionales (por ejemplo por los recientes cambios en Bienes Personales) o provinciales (si hubiera aumentos de alícuotas derivados del pacto fiscal recién firmado, o se instaurara el impuesto a la herencia como consecuencia del mismo).
Con lo cual la actitud irresponsable de los diputados (vagos además) de la oposición que se fueron de vacaciones dejando a la provincia sin presupuesto, puede terminar perjudicando más a los municipios y comunas (muchos de ellos gobernados por sus fuerzas políticas), más incluso que al propio gobierno provincial.
La culpa es del programa Pre Viaje, que es irresistible.
ResponderEliminarEl Colo.