Ay, que suspenso ¿quiénes habrán sido?:https://t.co/5cDMdLUIaF
— La Corriente K (@lacorrientek) January 17, 2022
La parrala interminable del acuerdo con el FMI, y las reuniones con la oposición que nunca se concretan. Las peripecias judiciales del macrismo, Macri y los funcionarios del gobierno anterior. Los estropicios de la Corte Suprema y los jueces de Comodoro Py y aledaños.
El iraní que estaba acusado por el atentado a la AMIA y asistió a la asunción de Ortega en Dinamarca. El viaje al exterior de Luana Volvonich y su continuidad o no al frente del PAMI. La Gestapo de Vidal. Las vacunas, los contagios, la pandemia y la temporada de verano.
Los que se suben al barco "Alberto 2023" aunque para eso tengan que putearla a Cristina, lo que parece ser el ticket que tienen que pagar. Berni, el helicóptero y las sombrillas en la playa. Los cortes de luz, las privatizadas y su posible "estatización".
Cosas más o menos serias, boludeces mayúsculas, puede que algo se nos haya quedado en el tintero, pero por ahí anda más o menos la agenda política, social y económica de la Argentina en estos primeros días del 2022. De lo que se habla poco -por no decir nada- es de lo (casi) único que deberíamos estar hablando, al menos nosotros: como se está repartiendo la torta, en una economía que creció el año pasado más del 10 % comparada con el piso que impuso la pandemia y la crisis y recesión heredadas del macrismo.
Acá en El Destape hacen una reseña de los ganadores y perdedores del 2021, frente a la inflación del 50,9 % que registró el INDEC para todo el año pasado. se podrá decir cualquier cosa, menos que los números y los que quedan en uno y otro anaquel, sorprendan. La economía crece, pero los beneficios de ese crecimiento (como advirtió en vano Cristina) se los quedan los cuatro o cinco vivos de siempre.
Ganadores (por paliza) las empresas del rubro alimenticio (con Arcor a la cabeza), las que proveen servicios TIC's (el Grupo Clarín y competidores menores), las que tienen posición dominante en sus respectivos mercados (Techint, Aluar), los exportadores. Los de siempre, los que son inmunes a todas las crisis, y también los que se juntan en la AEA a impartir directivas sobre como debe conducirse el país, para que ellos ganen más aun.
Perdedores (como casi siempre) los sectores que viven de ingresos fijos, empezando de mayores derrotados a menores: los trabajadores informales (con sus salarios en negro 14 puntos en promedio por debajo de la inflación), jubilados (apenas un punto por encima, y gracias a la reposición de la fórmula de Cristina y Boudou, reemplazando a la de Macri) y los trabajadores formales registrados (ganando, empatando o perdiendo según como les fue en las paritarias).
En lo que coinciden todos esos sectores es que no empezaron a recuperar -ni por asomo- el poder adquisitivo de sus salarios que perdieron durante el macriato y la pandemia. Allí hay que buscar -en nuestra opinión- la causa principal de los resultados de las elecciones del año pasado, o al menos de los cinco o seis millones de votos que perdió el "Frente de Todos" respecto a las presidenciales del 2019.
Y lo tremendo es que el hecho de que no se hable "del" tema (la distribución del ingreso) no sería en sí mismo negativo, si al mismo tiempo se estuvieran tomando medidas para revertir la situación. Lejos de eso, hasta la prensa oficialista (como acá Navarro) blanquea que no hay modo de que el acuerdo con el FMI no implique ajuste, y que acordar no significa modificar el criminal cronograma de vencimientos pactado por el macrismo para éste año, y el que viene.
Sin una política de ingresos firme para recomponer el poder adquisitivo de los sectores populares, y sin medidas eficaces para contener y reducir la inflación (lo que son las dos caras de la misma moneda), y por más que no se quiera hablar del tema, la suerte electoral del 2023 está echada. Con o sin acuerdo con el FMI.
Inflación e ingresos. Hoy dependemos de Feletti, que trabaja solo, como un francotirador.
ResponderEliminarEl Colo.