jueves, 7 de abril de 2022

SIN NINGUNA NECESIDAD

 


El voto a favor de la Argentina en la ONU para la suspensión de Rusia como miembro del Consejo de Derechos Humanos es injustificable, desde todo punto de vista.

Para empezar, desde la propia óptica y reglas de funcionamiento del sistema internacional de protección de los derechos humanos: los hechos en que se basa (crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en Bucha, Ucrania) ni siquiera fueron investigados por la propia ONU o alguna de sus agencias, ni hay una versión independiente de las partes en conflicto medianamente confiable sobre como sucedieron, y quienes son sus responsables.

Por el contrario, todo indica que cayeron dentro de la bolsa de la guerra de operaciones cruzadas que, como siempre sucede en las guerras, causó como primera víctima a la verdad.

Tampoco puede fundarse en el principio de la reciprocidad: la Argentina apareció votando junto con los Estados Unidos, Israel y el Reino Unido (es decir, el apropiador de las Malvinas y dos que siempre votan en contra de nuestro reclamo de soberanía), para favorecer la posición de Ucrania (que también vota sistemáticamente en contra de nuestro reclamo) y en contra de Rusia, que nos apoya y siempre vota a favor. Estados Unidos e Israel (cuyos votos terminamos secundando) son, además, violadores seriales de los derechos humanos, lo que les resta autoridad moral en la materia. 

Todo eso sin contar la deuda de gratitud que tenemos con Rusia y su gobierno que nos vendieron vacunas cuando nadie lo hacía, y que hace poco el presidente -en otra sobreactuación necesaria que ahora se le vuelve en contra- le ofreció al país de Putin que la Argentina fuera su puerta de entrada a América Latina. O que medida la situación desde la óptica de los intereses nacionales (que es la única desde la que se deben juzgar las decisiones de un gobierno, en especial en política exterior, como  bien recordó hace días Cristina) Rusia nos ofreció financiamiento para proyectos de infraestructura, cuando todo el "mundo libre" nos lo negaba, o lo condicionaba a que arregláramos con el FMI.      

Menos se puede explicar el voto desde una estrategia coordinada con los demás países de la región, porque el México de López Obrador y el Brasil de Bolsonaro (hay que quedar a su derecha, eh) se abstuvieron, y la Bolivia de Evo Morales votó en contra, por solo citar algunos ejemplos; incluidas las decisiones de gobierno que el presidente dice respetar y admirar.

Y que no se diga que el voto (que remeda la peor época de las relaciones carnales del menemismo) es resultado del apoyo de Estados Unidos a la negociación con el FMI, porque se pasaron dos años diciendo que fue durísima, que no cedieron a ninguna pretensión inadmisible y que el acuerdo es novedoso por esas razones: no sea cosa que ahora se den vuelta en el aire y nos expliquen que, además de aceptar el monitoreo constante sobre la política económica, también debamos admitir el manejo desde afuera de nuestra política exterior.

Nadie medianamente informado puede creer que el muñeco de torta que tenemos como canciller tras su recordado paso por la jefatura de gabinete maneja esa política exterior: está muy claro que esa función le corresponde a Gustavo Béliz, y a Jorge Argüello, el Paladino que designamos como embajador en Yanquilandia, para que terminara siendo otro lobbista de ellos, frente a nosotros.

Empeñado en pelearse con su propia base electoral, con este lameculismo de vuelo corto el gobierno de Alberto Fernández ensombrece un aspecto de sugestión que, si no era brillante, estaba entre los más rescatables. Y no se diga que la gente tiene otras preocupaciones más urgentes a las que prestarle atención, porque en esos departamentos el gobierno no se viene destacando por la eficacia, precisamente.

Si hubiera que encontrarle la explicación a un voto inexplicable (o como dijimos, injustificable) tendríamos que pensar que se trata de mojarle la oreja a  Cristina y al kirchnerismo para que reaccione, y rompa definitivamente la coalición oficialista; en la que por momentos parece que molestara. Tuits relacionados:       

5 comentarios:

  1. Cafiero ni se enteró del voto contra Rusia. Estaba ocupado en la interna del PJ en San Isidro, donde le fué muy bien, ya que sacó casi el 40 % de los votos, una topadora electoral. La otra lista sacó el 60 %.
    ¿Fernandez y Beliz estarán evaluando mandar tropas a Ucrania? ¿O bombardear Moscú?
    Triste papel de colonia. Te podías abstener y listo. ¿ Que les diría Jauretche?
    El Colo.

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  2. Cuando oí por la radio esta noticia, creí que era un error de Cadena 3. Lamentable.

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  3. Todo de acuerdo al protocolo. Para no votar neoliberales votamos socialdemócratas. El que vote Alberto recibirá Massa

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  4. Cafiero,Beliz yFernandez:Rey,caballo y sota:el trio pelota

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  5. Es propio d toda colonia seguir las directivas d su imperio:

    Desde el momento q el PJotismo y derecha dieron voto a la sumision yanki (FMI: uno d los tentaculos del imperialismo yanki) kedo claro q kedamos con status d colonia.

    No gusta la realidad y se buscan explicaciones para las medidas q se estan tomando (en todo orden)?, listo:

    - lo primero es aceptar la realidad: SOMOS COLONIA YANKI

    a paritr d ahi, buscar los caminos para recuperar la soberania politica-independencia economica-justicia social.

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