Estamos en éste callejón sin salida desde 2019, y así seguiremos hasta que termine el mandato de Alverso. La pelota la tiene el kirchnerismo, que así no puede seguir: https://t.co/y4KfzH8CSz
— La Corriente K (@lacorrientek) February 7, 2023
Y en la sección "Alguien que le diga" de hoy: https://t.co/2PM6sWAJTS
— La Corriente K (@lacorrientek) February 7, 2023
Apenas empezado éste año, decíamos acá: "Pero sería un error, en éste año electoral, engancharnos en la agenda judicial y en las trapisondas de la mafia que arma causas y pelea por esqueletos insepultos como el Consejo de la Magistratura. En tanto la víscera más sensible del hombre siga siendo el bolsillo, es en la economía donde hay que poner el foco, si queremos tener alguna chance de ganar las elecciones. Y para es necesario hacer algo más que tratar de instalar una candidatura desde el kirchnerismo, si es la de Cristina mejor: hay que forzar las definiciones en el gobierno para un cambio de rumbo, y de lo contrario tomar distancia de un programa diseñado en conjunto con el FMI. Porque las consecuencias de hacer lo contrario ya las padecimos en las elecciones legislativas del 2021, cuando se hicieron advertencias, pero fueron desoídas.".
"Si hubiera que fijar prioridades, se trata de empezar a prestar menos atención a la interna de ellas -al fin y al cabo el que salga triunfante querrá exterminarnos, sea quien sea-, y poner el foco en la nuestra, porque lo que nos conduce a la derrota es nuestro propio gobierno, no las agresiones que recibimos desde afuera. Es allí donde hay que forzar cambios.".
Unos meses antes, decíamos en ésta otra entrada: "La cuestión entonces es cual el juego del kirchnerismo (y de Cristina) de acá a la renovación presidencial, cuando la coyuntura los encuentra ubicados en el peor lugar posible: ni son parte del núcleo duro que toma las decisiones del gobierno, ni son escuchados sus reclamos (lo que incluye los de Cristina), ni puede escapar a los costos políticos y electorales que generan las medidas del gobierno, y la gestión en general. Y el que crea lo contrario (aunque fuera Cristina, que es demasiado inteligente como para pensarlo), se equivoca de cabo a rabo.".
"De un gobierno que ha consumido las tres cuartas partes de su mandato sin modificar un rumbo equivocado ni siquiera ante la evidencia de la derrota electoral (y antes bien, lo está profundizando) poco se puede esperar, a menos que se lo fuerce a cambiar. Y no se ve al interior de la coalición oficialista la predisposición a hacerlo -al menos en público- de nadie, en especial como dijimos antes, de sus sectores más dinámicos, que son los que además aportaron y aportan el mayor caudal de votos. En un tiempo no lejano se ensayaba desde el kirchnerismo una agenda alternativa: impuesto a la fuga de capitales, salario básico universal, hoy ni siquiera eso.".
"Con o sin "Frente de Todos", con Cristina acorralada por causas judiciales armadas para proscribirla y con sectores que buscaron amedrentada con un intento de magnicidio, cabe preguntarse cual será la propuesta del kirchnerismo al interior del hoy oficialismo de acá a las elecciones y su incidencia en el gobierno en el tránsito hasta llegar a ellas; y si se reproduce la experiencia frentista, bajo que condiciones y con que programa electoral y de gobierno. Que no puede ser, simplemente, volver a agitar el fantasma de la vuelta de una derecha (menos cuando gobernamos como si nunca se hubiera ido), o pedirle a Cristina que encarne una candidatura que cargaría con la mochila de un ajuste con el que nadie nunca ganó una elección, para inmolarse en busca de que otros con su envión obtengan bancas en el Congreso para "resistir con aguante" otro gobierno de la derecha neoliberal.". (Las negritas son siempre nuestras)
Semanas después, estamos en el exacto mismo punto: presionado por sectores del oficialismo, el presidente anuncia la convocatoria a una mes política del "Frente de Todos", pero limitada exclusivamente a discutir las alianzas y estrategias electorales, y eventualmente las candidaturas o el modo de definirlas. Es decir, ha dejado explícitamente afuera de la discusión la gestión y las políticas de gobierno, como si su gestión fuera un emprendimiento personal, y no el resultado del triunfo electoral de la coalición armada en el 2019 para derrotar al macrismo.
Así las cosas y con un absurdo intento de reelección presidencial en marcha, el experimento parece destinado a fracasar, antes de que la susodicha mesa ni siquiera llegue a reunirse alguna vez. Pero el problema -no nos vamos a cansar de reiterarlo- no es el chancho, sino el que da de comer: Alberto sigue (y seguirá) en la suya, como lo dejó en claro con sus insólitas declaraciones en el reportaje a María O'Donnell. La pelota entonces está en el campo de Cristina y del kirchnerismo.
Un ejemplo, pero hay mas: las jubilaciones y pensiones perdieron el año pasado más de 22 puntos frente a la inflación, porque el índice de movilidad fijado por ley no compensó el alza de los precios. Tampoco hubo un aumento de emergencia para los pasivos, y los bonos que salieron fueron excepcionales y a regañadientes, y estuvieron lejos de compensar la pérdida de poder aquisitivo. En ese contexto ¿tiene sentido que Fernanda Raverta (o sea, la Cámpora, o sea Cristina) siga al frente de la ANSES sin forzar esas medidas de justicia reparatoria, y compartiendo el costo político del ajuste?
Si bien nadie puede desconocer el despliegue del aparato judicial para sacar a Cristina de la competencia y por más que el señalamiento lo haga la oposición, no deja de ser cierto que hoy ella no es candidata por decisión propia, porque la sentencia en la causa Vialidad no está firme; aun cuando se suponga -como dijo Máximo- que si expresara su intención de serlo, tardarían menos de cinco minutos en confirmarla para proscribirla.
Supongamos que eso fuera cierto: no quita que Cristina dijo con toda claridad que renunciaba a cualquier candidatura para que no la acusaran de escudarse en fueros para no ir presa, en un claro gesto político que buscaba respuestas, no del aparato judicial, sino del peronismo y del FDT, que no se produjeron: fueron por ella (hasta quisieron matarla), y no se armó quilombo, ni nada parecido. Fue una decisión política suya, para exponer la impudicia de la farsa con la cual se la condena, pero también para medir la reacción de los dirigentes y la base propia.
No la hubo hasta acá -o no fue suficiente-, pero tampoco se ensayó una respuesta política alternativa, como por ejemplo exigir de modo perentorio e inmediato rectificaciones en la política económica del gobierno, con medidas urgentes de recomposición de los ingresos de los sectores populares. Por el contrario, en cada oportunidad que se presenta se pondera "el esfuerzo" que está haciendo Sergio Massa para "estabilizar la economía"; algo que también acaba de hacer -con esas mismas palabras- nada menos que Domingo Cavallo, lo cual es toda una definición, que exime de mayores comentarios. De Mendiguren dijo (y nadie lo desmintió) que en cuanto al rumbo de la política económica, no hay internas en el "Frente de Todos", porque están todos de acuerdo.
Para ir concluyendo: no se puede estar en misa y también en la procesión, de lo contrario seguiremos entrampados en éste mismo callejón sin salida, que solo conduce a otra derrota política, aun ganando -bajo alguna alquimia electoral más o menos exitosa- las próximas elecciones. Porque será -como en el 2019- ganar para no "volver mejores", sino domesticados. Siempre y cuando se gane, claro está. Tuits relacionados:
Ahí tienen kukas. Ni se les ocurra cuestionar nada, eh. https://t.co/hwuJdDbjat
— La Corriente K (@lacorrientek) February 7, 2023
Insólito. La delaruización es total. https://t.co/YR4pJY2ile
— La Corriente K (@lacorrientek) February 6, 2023
Bueno, hace rato los leo, y siempre lo mismo, la culpa es de Alberto y listo, problema resuelto, ahora, Cristina tenía que transar en el senado y máximo en diputados así gobernaban ellos, pero no, se pusieron en comentadores de la realidad, el partidos que puso 30 puntos lo deja al que puso 7-8 que gobierne para después decir "yo te dije", al final todo bla bla, me cansaron los que tienen tatuados a nestor y Cristina en el pecho para revolear culpas y no hacerce cargo.
ResponderEliminarPara ser que hace rato que nos leés, se ve que no entendiste mucho. Éste post en particular.
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