...funcionar ahora, con casi 100% de inflación anual y siete años de pérdida de participación de los trabajadores en la distribución del ingreso, tres de ellos bajo nuestro gobierno, y con Cristina excluida de la competencia. Si no podemos proponer futuro y esperanza fuimos.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 30, 2023
Ojo con usar mucho el argumento "El peor de los nuestros es mejor que el mejor de ellos", porque van a pensar que estamos dispuestos a votar a cualquiera y se van a poner a buscar el peor que encuentren, eh. Levantemos la vara de la discusión. Mejores que ellos, hasta un potus.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 31, 2023
Es difícil saber si una cosa es consecuencia de la otra, pero desde que comenzaron a circular encuestas que le asignan chances al oficialismo en las próximas elecciones, se agudizó la interna del FDT, como si todos se estuvieran peinando para la foto. Y a fuer de ser sinceros, no se advierte que -al menos hasta acá- esas internas sean consecuencia de discusiones sobre el rumbo del gobierno o las prioridades de la gestión: por el contrario, pareciera que allí hay unanimidad, o ausencia de diferencias significativas.
Incluso en el discurso del presidente y los funcionarios parece como si las elecciones del 2021, sencillamente, no hubieran tenido lugar. Esa pretensión de que no pasaron cosas que efectivamente sucedieron se extiende también al atentado contra Cristina, y la condena judicial en su contra en la causa Vialidad, con accesoria de inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos. De lo que sí parecen haber tomado clara nota -y de allí que muchos se peinen para la foto- es de su renuncia a encarnar cualquier candidatura; aun cuando no extraigan con claridad las consecuencias políticas de ello, para las chances electorales del peronismo.
Hoy la pelea que empieza a tomar cuerpo parece ser por las listas y los cargos, sin discutir para donde vamos, en el gobierno, en las elecciones y en el futuro, y el tema no es menor; porque allí aparecen las divergencia, si no más explícitas, más significativas políticamente. Y en ese sentido, así como se advierte una "amnesia selectiva" sobre el pasado reciente, se puede ver un intento de repetir un recurso discursivo que ya se usó en las presidenciales del 2015, con los resultados conocidos: agitar el fantasma del retorno de la derecha al poder, listando los estropicios que seguramente perpetraría de conseguirlo. El señalamiento no pretende cuestionar la veracidad del recurso, sino su eficacia a los fines electorales.
La memoria social del macrismo -que desde entonces atravesó su turno en el gobierno, con resultados también conocidos- debe y está siendo leída en modos diversos, pero coagulados en cada campo de la representación política, sin comunicación entre sí, a ambos lados de la "grieta": indudablemente para el más del 40 % del electorado que acompañó a Macri en su intento de reelección luego de su -para nosotros- desastrosa gestión, ese modo de organizar el país, su sociedad, su economía y sus instituciones es válido, e incluso han aparecido opciones que plantean extremarlo: no existe (en rigor no existió nunca) cosa tal como una "nueva derecha moderna y democrática" racional, dispuesta a alcanzar ciertos acuerdos para construir un país más justo.
Y de este lado, la apelación al fantasma del retorno de la derecha no puede hacer, simplemente y sin más, prescindiendo de la experiencia de la gestión de Alberto Fernández y sus resultados, en todos los planos: el "albertismo" nonato en términos políticos, pero preponderante en las decisiones del gobierno inaugurado en diciembre de 2019 es al kirchnerismo, lo que en su momento representó el menemismo para el peronismo original: un reflejo distorsionado que tensiona su identidad, comprometiendo -justamente- la memoria social sobre su legado, y ajando su potencialidad de representación social y política.
Así como en 2015 no bastó recordar en la "campaña hormiga" los logros de la década ganada, no bastará con hacerlo éste año, como si Alberto no hubiera sucedido, o Cristina no lo hubiera nominado para encabezar la fórmula. Y si bien -como diría una estrella televisiva- el público se renueva, los dispositivos de construcción de sentido continúan -también por decisión del gobierno- en las mismas manos hegemónicas que estaban al asumir la gestión del FDT, de allí que no sorprenda que para muchos argentinos, lo "nuevo" sea lo que es -en términos ideológicos- más que viejo, como Milei.
La memoria social superpuesta (de la experiencia kirchnerista primero, y del macrismo después) como recurso la gastamos en el 2019, después vino Alberto y su gestión, de la que hay que dar cuenta, y hacerse cargo. Esa es -en nuestra modesta opinión- la principal discusión que hay que dar para adentro, sin la cual no podemos sintetizar una visión y proponer nada para afuera. Y si no proponemos futuro, fuimos, por más que algunos indicadores macroeconómicos sean positivos.
Discutamos si al interior de lo que hoy es oficialismo estamos todos de acuerdo sobre el rol del Estado, el modelo de desarrollo productivo, los "derrames" o las políticas activas para redistribuir ingresos en forma urgente, la inserción internacional. Discutamos el consenso pasivo que parece existir -trascendiendo incluso los bordes de la grieta- en un modelo exportador con salarios bajos en dólares que achica consumos y proyecta a futuro un país en el que sobran varios millones de argentinos.
Discutamos que sentido tuvo presionar para eyectar a Guzmán y entronizar en su lugar a Massa para seguir ejecutando una política de subordinación a los mandatos del FMI, mientras celebramos "la estabilización" de una economía que sigue teniendo inflación alta y deterioro de los ingresos de los trabajadores y jubilados en beneficio de las fracciones más concentradas del capital. Una "estabilización" conseguida -hasta acá- sobre la base del ajuste en el gasto público, dosis homeopáticas de devaluaciones a pedido del complejo agroexportador que no logran detener la fuga de divisas y la sangría de las reservas del Banco Central, y aumentos de tasas a los bancos en las renovaciones de las colocaciones de deuda pública, para que incrementen sus ya colosales ganancias.
Debatamos por qué razón, si no logramos que muchos entiendan como se vincula el juicio político a los miembros de la Corte con su vida cotidiana, no empleamos el mismo esfuerzo (que nadie dice que no se haga: se cuestiona que allí se agote la energía política que parecemos estar dispuestos a emplear) para que comprendan que también inciden en ella -incluso más- las declaraciones de la jefa del Comando Sur disponiendo de nuestros recursos naturales como si le pertenecieran, sin que nadie haya salido a cruzarla, o ponerla en su lugar.
En síntesis, se trata no tanto de discutir candidaturas -aunque ciertamente a la hora de sintetizar una propuesta política haya que hacerlo-, como de animarse a discutir la creciente novedad y palpitante actualidad de lo viejo del peronismo. O dicho de otro modo, como recuperamos sus banderas históricas y las resignificamos para estos tiempos, adaptando -como decía Perón- los instrumentos de ejecución, y militando para que vuelvan a entrelazarse con el sentido común. A menos, claro está, que prefiramos quedarnos solamente con la liturgia y la nostalgia.
Tuits relacionados:
... se ajusta por la evolución de los salarios ya que la fórmula de movilidad jubilatoria depende en partes iguales del RIPTE y de la recaudación de la Anses.". Ahí los quiero ver a Massita y Raverta, planchando las paritarias para que cierren las cuentas: https://t.co/ae68XU8DPn
— La Corriente K (@lacorrientek) February 2, 2023
El modelo Kulfas. https://t.co/4kvqotqZOj
— La Corriente K (@lacorrientek) February 4, 2023
Cuál es el sentido de una mesa política que no va a discutir de lo único que hay que discutir, que es el rumbo del gobierno?
— La Corriente K (@lacorrientek) February 5, 2023
O sea que la gestión de gobierno no se discute. Si así no ganamos las elecciones, deberíamos dejar de intentarlo. https://t.co/H6PvWgfD0I
— La Corriente K (@lacorrientek) February 5, 2023
Recien dijo el presidente que el gobierna con los que puede. En alusion a Wado DePedro que aparentemente no le responde. Primera impresion: el nunca quiso gobernar, se la paso comentando la realidad. No hizo nada. El acuerdo con los privados y con el FMI se termino firmando a pedir de los acreedores despues de dejar pasar el tiempo, la situacion madura sola y terminaron firmando lo que les pusieron sobre la mesa. Mientra se le esfumaron mas de 3O mil millones de dolares del superavit comercial sin que mueva un dedo. El poder judicial y sus integrantes hicieron y hacen lo quieren, cuando quieren y donde quieren. Mientras su socia/amiga/ministra de justicia veia pasar una comparsa. Durante la pandemia se la paso haciendo la amistad con Horacio y se comio todas las apretadas de los laboratorios y los desplantes de los anti cuarentena. Solo la relacion previa con Rusia hizo que llegaran las vacunas porque el no contruyo nada. Donde goberno? Cuando tomo una decision que implicara gobernar? Ahora sale con estas declaraciones y deja a al espacio kirchnerista en la incomoda posicion de responderle. Y se va a victimizar y los medios hegemonicos lo van a aprovechar para meter ficha. Para esto sirve la unidad? Ir en la boleta con estos otra vez? Para que se repita la historia? A los dirigentes por ahi les sirve mantener la unidad y los cargos. Al votante? Al que apoyo esto pq estaba Cristina? Y las promesas de campaña? y el 100 pct de inflacion? Alguno que explique algo..
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