lunes, 26 de junio de 2023

EL ESPEJO JUJEÑO

 

Es un lugar común transitado por estos días a ambos lados de "la grieta" decir que lo que está pasando en Jujuy es una muestra o ensayo de lo que podría pasar en el país a partir de diciembre, si la derecha explícita vuelve al gobierno: para "Juntos por el Cambio", una muestra de como el kirchnerismo empiojaría "el proceso de cambio" por no aceptar la derrota en las urnas. Y para nosotros, la muestra de los límites que está dispuesta a cruzar la derecha para avanzar con su agenda de ajuste.

Pero ésas no son las únicas enseñanzas que deja el caso jujeño. También es un claro ejemplo de lo que Cristina denominó la "insatisfacción democrática": en las elecciones de hace unas semanas donde Morales revalidó en las urnas su hegemonía (aun no siendo candidato) más del 40 % del padrón no concurrió a votar, fenómeno que se está repitiendo en otras provincias como Chaco, San Luis o Corrientes, y que marca a las claras que estamos a las puertas de una profunda crisis de representación. Ni hablemos después del modo en el que cerraron las listas.

Con el agravante de que lo que no se canaliza por las urnas, se termina intentando resolver en la calle a riesgo de que todo termine igual que siempre: los muertos suelen ser todos del mismo lado de la mecha. Claro que a la inversa también vale la rebelión: la protesta social (aun legítima) debe encauzarse más tarde o más temprano en propuestas organizativas y políticas capaces -en democracia- de producir las transformaciones necesarias para atender los reclamos.

Jujuy (y el litio) son también un claro ejemplo de como la discusión de un determinado modelo económico nunca puede girar en el vacío, ni escindirse de la discusión sobre como se reparten los beneficios y los costos que ese modelo genera: no se trata simplemente de plantear superar el simple extractivismo de recursos naturales agregándoles valor en origen (lo cual es correcto), sino de discutir como se apropia y distribuye socialmente la riqueza. Sin ir más lejos, "la" discusión pendiente para toda la Argentina. A menos que se crea que el "desarrollismo" se puede imponer a palos, tal como intentó Frondizi con el Plan Conintes.

La provincia de Morales es también un espejo en el que mirar  nuestra democracia a 40 años de haberla recuperado, y viéndolo, definir de que hablamos cuando hablamos de democracia: si es simplemente el ritual de celebrar elecciones de vez en cuando para elegir o renovar a las autoridades, o es algo más complejo y profundo. Porque democracia es también -por ejemplo- incluir, y hacer uso de la fuerza cuyo monopolio legítimo detenta el Estado, bajo ciertas premisas, límites y normas: el Estado no puede (volver a) convertirse en una banda parapolicial.

Además Jujuy nos muestra en acto como funciona la Moncloa criolla del 70 % que proclaman tipos como Larreta o Schiaretta, con el Frente de Renovador de Massa ("nuestro" candidato) integrado al dispositivo de gobierno de Morales desde sus orígenes, y el PJ jujeño convertido en oposición de su majestad y votándole todo (incluso la ahora cuestionada reforma constitucional), a espaldas de los reclamos sociales. Spoiler: los "consenso amplios" deben ser por abajo, en la sociedad, no simplemente por arriba, entre una dirigencia igual de irrepresentativa, aunque a algunos les vaya ocasionalmente bien en las elecciones.

Desprendido de lo anterior, el caso jujeño es también una enseñanza para el "peronismo amigable", que cree que existe cosa tal como el gorila "razonable", con el cual se puede conversar e incluso alcanzar acuerdos: a la hora de justificar los palazos de Morales, no hubo diferencias entre "halcones" y "palomas", y todos cerraron filas para defender lo indefendible. Al fin y al cabo, ésta haciendo lo que todos ellos creen que debe hacerse.    

Y para terminar: que sirva el ejemplo Morales para la próxima vez en que los "repúblicos" nos den discursos desde el púlpito sobre el respeto a las instituciones y a las libertades básicas de la ciudadanía. A esos, sopapo con la mano abierta, para que se espabilen. 

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1 comentario:

  1. parte de " lo mismo " es la elección k en córdoba, en la que una manga de arribistas autoungidos como los que deciden, acaba de sacar 2,2%. por debajo del frente de izquierda, que sacó 2,4. es más, me atrevería a afirmar que el porcentaje inédito del abstencionismo en córdoba, se debe a todos (incluído yo) los que no fueron a votar. si no son capaces de abrir la discusión (y el voto) creo que ésta dirigencia debería dejar de intentarlo.
    estamos HARTOS de éstos "dirigentes". solamente juegan para el enemigo.

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