jueves, 6 de julio de 2023

LARRETA AÑORA EL PAÍS DE PATRÓN COSTAS

 

Hemos dicho muchas veces acá que el antiperonismo se viene proponiendo terminar con el peronismo desde su origen de todas las maneras posible, menos la única que hubiera sido realmente efectiva: superándolo, haciendo desaparecer las causas que lo generaron; que es precisamente lo que Discepolín le enrostraba a "Mordisquito" en sus charlas imaginarias, allá por 1951.

Es decir, prefirieron siempre (en palabras de Rojas) la supresión física o violenta ("muerto el perro, s acabó la rabia"), la proscripción y otras herramientas de la no- política, antes que la superación dialéctica: desaparecidas las causas (la injusticia social, la dependencia económica, la sumisión política), desaparecerían los efectos: el peronismo.

Con la misma perplejidad de la señora de Oyuela aquel 17 de octubre inaugural no solo porque los "cabecitas negras" remojaran sus pies en las fuentes de la plaza, sino por la misma existencia de un colectivo social que ignoraban y cuyos padecimientos eligieron desconocer, la Argentina gorila renueva el juramento por erradicar del país al movimiento creado por Perón, pero volviendo a la Argentina de Patrón Costas; que es la que lo hizo no solo posible, sino fundamentalmente necesario, para millones de argentinos.

Que es ni más ni menos que lo que acaba de decir Larreta, o lo que dicen todos ellos cuando le echan la culpa de todos los males del país "a los 70 años de peronismo". Es decir, a la vigencia de los derechos laborales, a la universidad gratuita, a un Estado fuerte y regulador del proceso económico, a la política exterior independiente, a un modelo de desarrollo económico integrado con distribución social equitativa de sus beneficios, en lugar de su apropiación por una minoría parasitaria del esfuerzo ajeno.

Si en esa tarea -que ahora el jefe de gobierno porteño no ha hecho más que verbalizar expícitamente- logran éxito electoral en tiempos democráticos (cuando antes debían apelar inexorablemente al golpe militar, el fraude o la proscripción), es en buena medida responsabilidad nuestra, porque hacemos un peronismo cada vez menos peronista.

En busca de "la ancha avenida del medio", el "candidato moderado que puede captar votos blandos sueltos por fuera del núcleo duro" y otros dislates teóricos vamos perdiendo el sentido y justificación histórica del peronismo, que bien resumen sus tres banderas históricas: construir una nación socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana.

Porque más allá de los consejos de los genios del marketing electoral, la política sigue siendo -ahora y siempre, acá y en todo el mundo- esencialmente un asunto de representación de intereses. Ellos tienen muy en claro cuáles defienden y expresan, aunque los quieran disfrazar. 

Los que tenemos que dejarnos de boludear en ese aspecto somos nosotros, porque de lo contrario vamos  terminar haciendo que gane Patrón Costas, y para peor sin necesidad de hacer fraude electoral. 

2 comentarios:

  1. en general coincido con tus comentarios. (no sólo en éste posteo, te leo todos los días). y no es que no coincida con éste de hoy. pero el "deseo" de larreta todavía deja espacio para más. volver al ´44 de la fórmula de patrón costas también marca la añoranza de lo imposible histórico. es como si la política deseada por los pueblos originarios fuera volver a antes de 1492.
    porque la irrupción del peronismo también es una respuesta mundial de las colonias inglesas a la caída del imperio inglés. desde antes de 1810 la política exterior argentina fue diseñada y digitada por los ingleses, el empréstito de la baring, la amputación de uruguay y las provincias del alto perú, la extinción de artigas, la negación de apoyo a san martín, la persecusión del gaucho primero y del indio después, la invasión a paraguay.
    la oligarquía nacional se sentía muy cómoda con la dominación inglesa. el pacto roca runciman muestra que su única alternativa pensable era continuar dentro de ése ámbito.
    no reconoció las señales de la caída del imperio. se negó a reconocerlas aún cuando su evidencia era cada vez mayor.
    ésa falta de respuestas a la realidad, ése esconderse en la ilusión de que nada había cambiado cuando había cambiado todo, es lo que posibilita el surgimiento del peronismo.
    la relación económica con inglaterra era que nos compraba nuestra producción primaria y nos vendía su producción industrial.
    ante la orfandad que produce la caída del imperio inglés, la respuesta del peronismo fue generar industria. finalmente en el ´55 derrotan a perón y vuelven a "abrirse" al exterior, donde el imperio ahora era el yanqui. el imperio estadounidense no se complementa con la producción argentina. no nos compran ni trigo ni carne, porque ellos también producen lo mismo. sí nos venden su producción industrial, con la condición de que nosotros destruyamos nuestra industria.
    resumiendo, el sueño de larreta implica una vuelta a una arcadia, a un edén que hoy es imposible. el imperio inglés no existe más. que no lo entiendan desde ahí sino exclusivamente se enfoquen en la aparición del peronismo como un fenómeno en sí mismo y no como una respuesta a una situación mundial transformada, habla de la misma falta de respuestas que ya demostró la oligarquía en el ´45.

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  2. Es tal cual, y marca la ininterrumpida decadencia conceptual de nuestra oligarquía. Y ahí radica uno de los principales (si no el principal) problema del país: de su incomprensión de esos procesos y la insistencia en ir a contramano de la realidad derivan todas nuestras convulsiones políticas y crisis económicas. Y eso marca también el absurdo de pretender alcanzar consensos con gente que no registra la realidad.

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