Aun si no fuese cierto que se trató de un crimen por encargo (en cuyo caso ninguno podría permanecer un minuto más en funciones), todos ellos son responsables directos de que hayamos llegado a éste punto, porque nada hicieron para impedirlo, y todo para alentarlo.
A días de otro aniversario del golpe, las provocaciones diarias van escalando esperando tener el efecto de producir reaccione violentas, que les justifiquen reprimir, y hacer ingresar al país de pleno en un estado de excepcionalidad peor al que ya vivimos.
Son tiempos de grave retroceso democrático, al par de retrocesos en todos los planos: social, económico y hasta humano. No es causalidad que así sea: cada vez que pasó en el país que perdiéramos la democracia, lo demás vino por añadidura, porque era el propósito real que perseguían los que la interrumpían.
Por estas mismas horas circulan los rumores de indultos presidenciales a los genocidas, y de un video institucional del gobierno -en línea con los pronunciamientos públicos del presidente, la vice y algunos funcionarios- reversionando la historia trágica de aquellos años, pretendiendo exculparlos.
No hay que replicarlo ni contestarlo, ni entrar en polémicas, porque es lo que buscan para distraer a la opinión pública del genocidio social que están perpetrando hoy, ahora.. La verdad histórica de los hechos ha sido establecida -mal que les pese- incluso por la justicia: hubo terrorismo de Estado, hubo genocidio, hubo un plan sistemático de represión y exterminio. Y fueron 30.000.
Nuestra respuesta a las provocaciones tiene que ser clara y contundente, pero serena: a llenar todas las plazas del país el domingo, a participar de todas las actividades organizadas para el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia; y de todas las que se organicen para resistir el ajuste y el plan de empobrecimiento de Milei.
Para que vean que seguimos estando, nosotros y los 30.000. Para que entiendan que hay líneas que no pueden cruzar. Que Nunca Más es Nunca Más.
Y exigir además una respuesta contundente y categórica de repudio y pedido de esclarecimiento de todo el arco político que se dice democrático. Todo, incluido también el gobierno de Santa Fe -en su territorio sucedieron los hechos-, cuyo gobernador coqueteaba por estos días con volver a introducir a los militares en asuntos de seguridad interior, modificando las leyes vigentes para permitirlo; y ha consentido torturas a los detenidos en sus cárceles.
Del gobierno no esperemos nada, ni desmentidas o desmarques que -en el fondo- nadie creerá, ni ellos mismos. Salvo que se vayan lo más pronto posible, para no seguir causándole más daño al pueblo argentino.
No hay que ser desagradecidos. Hay que devolver todo éste amor.
ResponderEliminarEs un “caos organizado” como acertadamente lo afirmó Cristina. Y “el emperador reposero”, ordenó: “lo mismo, pero más rápido”, y ahora se les presentó una magnífica oportunidad, con un huracán a favor, la gente desilusionada, la oposición golpeada a pesar del 44%. Siembran y provocan caos, el desorden y la confusión pq a río revuelto ganancia de pescadores y ahora tienen la caña, tanza, el anzuelo la carnada que somos nosotros, todo, todito a favor. Y del “caos y el desorden”, ¿Quién pone “orden” ?, las “fuerzas del orden”, a las que están afilando y ¿Quién las maneja? La pato-tera y el muñeco de torta (a) Petri.
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