Visto en abstracto, dijimos, y allí radica el problema: no hay en él la más mínima referencia a la grave coyuntura política, económica y social del país, ni al contexto en el que el documento es alumbrado, como si -parafraseando a Macri- no hubieran pasado cosas. O dicho de otro modo, en Narnia podría pensarse en la posibilidad de alcanzar ciertos acuerdos que no sean aceptar unilateralmente las imposiciones de los más poderosos: en Narnia, no en la Argentina de hoy, ni con éste gobierno.
El mismo día en el que la cúpula de la CGT se reunía con Francos para entregarle el documento (que también hicieron llegar a distintos bloques de legisladores en el Congreso) se desplegaba un amplio operativo represivo contra las organizaciones sociales que protestaban en la 9 de Julio por el corte de los programas de asistencia alimentaria, el gobierno alumbraba un nuevo DNU habilitando aumentos que golpean los bolsillos, en éste caso de los servicios de internet, celular y cable, y apenas horas después comenzaba un paro de transporte por la negativa del gobierno de homologar los aumentos pactados en paritarias: peor sentido de la oportunidad, imposible de elegir.
En los mismos días en los que -seguramente- la CGT cocinaba los términos de su documento, el gobierno se negaba a homologar las paritarias que se pautaron por encima de la inflación para recomponer los salarios reales -como la de camioneros-, se amenazaba con descuentos y sanciones a los sindicatos que hacen paro (como los docentes y choferes de trenes y colectivos), se aprobaba por DNU una nueva fórmula de ajuste de los haberes jubilatorios en perjuicio de los jubilados, y el presidente se ufana en cuanta oportunidad tiene del éxito de la licuadora y la motosierra.
Mientras vuelan los tarifazos y aumentos sin freno, la actividad económica se cae a pedazos en todos sus rubros, los despidos están a la orden del día tanto en el sector público como en el privado y el gobierno enviará al Congreso la reinstauración del impuesto a las Ganancias para los salarios más altos sobre mínimos más bajos que los actuales, la CGT convoca a negociar un pacto social que si no es una rendición incondicional, se le parece bastante.
Si su desprestigiada conducción había recuperado algo de valoración con el paro general del 24 de enero (que catalizó la ola inicial de rechazo a las políticas de Milei) que forzó a la justicia a invalidar el capítulo de la reforma laboral del mega DNU, y hundió el primer intento de ley ómnibus en el Congreso, lo estaba tirando por la borda en esta nueva -y enésima- reculada, que pareció tomar nota del hecho de que el nuevo intento del gobierno por sancionarla será coronado por el éxito; y se apresuraba a negociar una derrota digna, o lo que entienden como tal
En eso estaban hasta que la presión de sus sectores internos más combativos -y no la situación social explosiva- detonó un nuevo paro general convocado con un mes de distancia anticipación, que parece decretado más para forzar otra negociación con el gobierno y liberar tensiones internas, que para otra cosa. Como se suele decir, el que viva lo verá.
Acaso los "gordos" suponen -tal como los gobernadores "dialoguistas" canjeando uno que otro auxilio financiero para sus cuentas- que eliminando los aspectos más ríspidos de la reforma laboral que pretende el gobierno (como la derogación de la ultra-actividad de los convenios colectivos), lograrán calmarlo y controlar los daños, evitando males mayores. Grave error.
Porque si el gobierno logra avanzar con su programa y gasta a cuenta de la aprobación de la nueva ley ómnibus no es por la solidez de sus números en el Congreso. De hecho, su ya minoritario bloque se acaba de fracturar (sin intervención alguna de la oposición) en una insólita discusión por la integración de la comisión que tiene en sus manos nada menos que evaluar si es posible o no el juicio político al presidente.
El poder real de Milei no viene de sus 15 millones de votos en el balotaje, ni de su magnetismo personal, ni de las alianzas que haya podido articular con la política, sino del poder económico nacional y extranjero del cual es un simple instrumento. Ese poder que redacta sus DNU y hasta dirige su mano para firmarlos aunque se contradiga abiertamente de un día para el otro, como acaba de pasar con los aumentos de las prepagas, la telefonía celular, la televisión por cable o internet.
La misma mano que habilita esos aumentos es la que niega la homologación de las paritarias que recomponen salario, y ninguna de ellas es la de Milei, aunque su firma figure al pie de los decretos. Y es a esas manos a la que la dirigencia de la CGT -como buena parte de la dirigencia política, incluida la de "Unión por la Patria"- teme realmente enfrentar, o cree que no puede: aun sin ser verbalizada en público, la teoría de la "correlación de fuerzas desfavorable" que presidió al gobierno fallido de Alberto Fernández, vuelve a imponerse a la hora de definir estrategias.
Y ese mismo poder real al que no se quiere enfrentar por suponerlo invencible, es el que leerá toda convocatoria al pacto o acuerdo social (o el eventual levantamiento del paro que se acaba de anunciar) como lo que es, en éste contexto: una bandera blanca agitada al viento, y obrará en consecuencia. Tuits relacionados:
Les pedimos plan de lucha y contestan con pacto social. Los gordos de la CGT, tipos de los que nada se espera y aún así consiguen defraudarte siempre.
— La Corriente K (@lacorrientek) April 11, 2024
Deben haber tenido la boca llena. De leche. https://t.co/gWSvHKdJ3I
— La Corriente K (@lacorrientek) April 10, 2024
Lo dicho: se viene otra entregada del marrón. https://t.co/4FgtfihgBY
— La Corriente K (@lacorrientek) April 10, 2024
¿Ustedes dicen que Duhalde hizo mierda los salarios, y que cuando mejor estuvieron le hicieron 5 paros generales al gobierno de Cristina por Ganancias? https://t.co/WneqncXMbu
— La Corriente K (@lacorrientek) April 11, 2024
Un paro convocado con cuatro semanas de anticipación es para hacerlo o para levantarlo según lo que negocien? https://t.co/VAOdfBOYI4
— La Corriente K (@lacorrientek) April 11, 2024
Por si les interesa la opinión de un peronista viejo, y reitero, kirchnerista por supuesto, me acuerdo de la CGT tanto la de Los Argentinos, como la de otros períodos históricos, a las que esta no les llega a los talones. Y de dirigentes como Ongaro, Ubaldini, Olmos, Amichetti, Ferraresi, Framini, el rosarino Negro Aguirre. Y no eran zurdos o progresistas, sino peronchos en serio. Qué falta nos hacen hoy !! Vamos Furlán, Correa, Manrique, Catalano, el radicheta Palazzo. Vamos compañeros que sólo la paz la alcanzaremos con la Argentina justa, libre y soberana
ResponderEliminarBien puesto el mote de "gordos" pq Pimato y Daher están más gordos que chimangos de basural. Piumato fue fotografiado cuando pactaron con los fiscales la marcha del silencio por el finado Nisman; a la izquierda del gremialista de la "justicia" estaba el fiscal Marijuan que resultó ser operador de retro excavadoras. En la Patagonia escarbaba buscando, por orden de Bullsich, las fortunas enterradas de los "kerner", no encontró nada. Junto a Marijuan estuvieron los fiscales José María Campagnoli, Ricardo Sáenz, Carlos Rívolo, Raúl Pleé, y Carlos Stornelli, este último a la derecha del incansable luchador Piumato.
ResponderEliminarEn una manifestación contra el Chupete De la Rua a Piumato le pegaron un balazo en los testi-huevos, puede ser que desde ese accidente en adelante haya perdido alago de agallas.
Hay que tener en cuenta que varios de estos "secretarios generales" y otros no tanto, son acaudalados empresarios. Pero no hay que generalizar, los hay buenos tb que siguen siendo fieles al sector social al que pertenecen y a sus representados.
ResponderEliminarY en esa marcha de los paraguas fiscales también estaba el Dr. Alberto F.
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