Por Sandra Viñas
El anuncio de la Presidenta de la Nación sobre su postulación para renovar mandato, provoca en muchos de los que apoyamos su gestión un gran entusiasmo, mayor compromiso y a la vez la necesidad de seguir reflexionando sobre los hechos políticos más significativos del escenario nacional, provincial y municipal tal como se ha hecho en este espacio.
Sinceramente siento que, a la par de nuestro entusiasmo crece en algunos sectores de nuestra sociedad, ideas que rozan con el autoritarismo, el resentimiento, la impotencia y un profundo odio, causado sin dudas por los avances de aquellos a los que se les ha negado todo, los más vulnerables de nuestra sociedad y en particular por las decisiones políticas adoptadas que cuestionan viejas prácticas que benefician a unos pocos.
Y la historia pareciera que se vuelve a repetir. Cuando los que menos tienen, dan un paso adelante, nuestra pretendida y mediocre clase media y sus acólitos desclasados que creen pertenecer a ella, destilan su odio y su ignorancia. Vamos a escuchar por estos días frases tales como “…y tienen hijos para que le den la asignación y después La votan…”, “…van a seguir robando bajo la bandera de los DDHH…”, “…empezaron regalando notebooks y ahora van por los TV….”y así hasta el hartazgo.
Increíblemente no pueden ver o no quieren ver, cegados por el resentimiento, que el ascenso económico y social de los más postergados, indefectiblemente impacta en una clara mejora en la calidad de vida de toda la sociedad. Asimismo los que dicen ser portavoces de la Opinión Publica, encarnan ese discurso plagado de violencia verbal y simbólica. Basta el ejemplo de la Dip. Elisa Carrió, a la que no se puede excusar más por su demencia.
Ahora bien, de que matriz social proviene las actitudes resentidas, egoístas, mediocres y violentas de quienes opinan del modo que describimos? Podríamos ensayar algunas respuestas, pero para ser certera tomaré la de aquellos que han demostrado por medio de regularidades estadísticas como opina políticamente y en términos sociales ciertos sectores de la clase media[1].
AL parecer, dicen los[2] que saben que, quienes livianamente emiten opiniones de alto voltaje discriminatorio y violento han sido en algún momento objeto de discriminación negativa y violencia. El origen social de estos opinadores públicos no tiene nada que ver con la pertenencia a la clase media. Se apropian de sus habitus y pretenden ser beneficiados con su capital cultural.
Paradójicamente quien padeció, discriminación, violencia y dificultades de índole económicas y de pronto tuvo la oportunidad de salir adelante, opina con amnesia sobre su pasado. De golpeado a golpeador.¿Raros mecanismos de la mente humana o búsqueda de distinción portando un discurso que no le pertenece? Vaya uno a saber. La posibilidad de poder económico estimula en algunos a ejercer violencia simbólica en la producción y reproducción de la dominación social.
Difícilmente una sociedad que contiene altos niveles de agresión en su interior para con los más débiles pueda comprender la magnitud de los cambios propuestos por esta gestión y el conjunto de medidas sociales económicas y políticas que derivaron de estos últimos años.
Pero más difícil resulta comprender que, quienes dicen ser sus representantes, sean los mayores propaladores de un discurso semejante. Cuesta entender sobre el origen de las agresiones dirigidas hacia el peronismo y en particular hacia la persona de CFK. Pero no demos más vueltas, tienen los mismos mecanismos, argumentos y lógica de los que fueron capaces de escribir “viva el cáncer”. Estos irresponsables políticos ya nos dieron una muestra de sus prácticas. En el conflicto generado por la resolución 125 sobre retenciones agrarias, intentaron apropiarse del discurso en defensa de los sectores populares bajo la consigna “Todos somos el campo”. Lo triste es que más de uno se la creyó y la única tierra que tenía como propiedad era la de la suela de sus zapatos. Los hechos nos dieron la razón. Los mediocres que se enmascararon diciendo que defendían los interese del conjunto, lo único que perseguían era la defensa de sus mezquinos intereses.
Por estos días se escuchan agravios, ofensas, improperios e insultos contra CFK , mientras tanto ella sigue cumpliendo con el mandato que, una gran mayoría de los argentin@s depositamos, con la misma convicción, entereza y honestidad intelectual que la ha caracterizado desde que asumió el desafío de garantizar la continuidad al proceso iniciado por Néstor Kirchner.
Hace unos días Cristina Kirchner hizo una comparación muy ilustrativa sobre como nos cambió la vida a los argentinos. En el año 2001 los argentinos lanzábamos piedras. En el 2011 se concretó el lanzamiento del satélite argentino SAC-D/Aquarious por solo poner un ejemplo de los avances logrados.
Se inicia una etapa con nuevo sistema de elección, que consagrará a los representantes del corpus electoral y se constituye a la vez en una herramienta central en la resolución por medios pacíficos de los conflictos políticos.
Las elecciones encarnan la formalidad de la consagración de un representante pero a la vez contribuyen a legitimar y dar fuerza de autoridad a los consagrados por el voto de las mayorías.
Estamos ante un nuevo desafío, el de apostar y confirmar al rumbo adoptado. No dudo que las urnas nacionales se van a abarrotar de boletas con el nombre de CFK, única responsable del éxito de su gestión.
Nos catalogan y etiquetan de virulentos, agresivos, crispados, violentos, feos, sucios y negros. Nosotros seguimos adelante. No vamos a retroceder un solo paso. Si hace solo 10 años atrás resolvíamos los conflictos a piedrazos, en esta oportunidad tenemos otra herramienta: la competencia electoral. Estamos seguros que las urnas se llenarán de piedras de papel, como único recurso legitimador, para derrotar a esta insignificante oposición, si es que puede denominársela como tal.
Felicitaciones por la nota compañera, Y Fuerza Cristina,
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