Por Silvia Lilian Ferro
En marzo de 1947 Juan Domingo Perón les decía a representantes de la Federación Agraria Argentina que “El Estado debe dar al problema del agro una soluciòn nacional y alguna vez como es natural ustedes tendrán que sacrificar algo en beneficio de la solución de conjunto y otras veces tendrán que ser beneficiados en forma extraordinaria tambien por esa soluciòn de conjunto”.
Perón respondia de esta manera a los cuestionamientos que le hacían las corporaciones agrarias de ese entonces respecto de que su producción era comerciada al exterior mediante el Estado Nacional (mucho mas leve en su “intervencionismo” en comparación a como se hace hoy en la Unión Europea llena de países serios) y que las instituciones reguladoras de granos y de carnes establecieran precios de sostén para su producción impidiéndoles captar a las multinacionales exportadoras que ya existían directamente los precios internacionales.
Para disfrazar de “interés nacional” a esa maniobra mandaban a las alas “progresistas” de la representación agraria a cuestionar a Perón munidos de reclamos de “políticas sectoriales” “excesivo intervencionismo estatal” “aprovechamiento de la oportunidades del escenario mundial” etc. Cualquier parecido con lo acontecido desde el 2008 no es mera coincidencia.
El discurso de las “oportunidades en los mercados internacionales de commodities” ya existía en ese entonces y muestran que lo que presentan como algo repentino y fugaz que se desaprovecha irremediablemente en realidad son escenarios que periódicamente y por diversos factores se presentan regularmente.
Respecto de las “politicas sectoriales”, es un eufemismo que implica que se pretenden medidas que beneficien exclusivamente a un sector quitándole la mayor parte de las obligaciones tributarias y la responsabilidad de articulación vertical con los demás sectores de la actividad económica nacional.
El meollo de la cuestión en los reclamos federados a los que Peron respondió era la diferencia entre los precios internacionales que alcanzaban los commodities en el mercado mundial de postguerra en plena recuperación de los paises europeos y financiados con las ayudas monetarias que los EEUU destinaban a paises europeos para que saliesen a comprar alimentos hasta reestructurar su propia producción agraria necesaria para alimentar a sus poblaciones asi como insumos de sus estructuras industriales.
Ya entonces Perón y sus equipos de trabajo conocían perfectamente el fenómeno que hoy llamamos volatilidad de los precios de commodities que no es más que decir que sus abruptas alzas y bajas graficadas se parecen a un serrucho pero en algunas coyunturas de aquel entonces como las que nos toca actualmente el serrucho se enfila hacia arriba.
El planteo que transmiten en ese Congreso a Perón y que era fogoneado por los ya otrora poderosos actores agro-exportadores a los que se le arruino el negocio con la llegada del peronismo. A propósito de estos actores que para nada son nuevos acá podemos hacer una sucinta caracterización en base a documentos històricos de la etapa. Mundo Peronista en su ediciòn de julio de 1953 decía:
“Asi no faltan quienes creen que la nacionalización del Banco Central consistió en cambiar un directorio extranjero por otro de argentinos. Es decir, una mera satisfacción del amor propio nacional. Sin embargo aquella fue la medida mas fecunda de la revolución peronista, ya que posibilitò la mayor parte de las grandes realizaciones que le siguieron […] Y eso no era una mera cuestión literaria, sino algo que pesaba concreta y duramente en la espalda de los argentinos. Asi por ejemplo lo que sucedía en el campo. Todos sabemos que en la generalidad de los casos el agricultor (nótese que no se empleaba la palabra favorita de las corporaciones agrarias: empresario agrario) necesita de la ayuda del crédito para poder afrontar todos los gastos de explotación y subsistencia hasta el momento en que recoge y vende su cosecha. Sin embargo, solo una parte ínfima de ese crédito le era satisfecho por los bancos en nuestro país, que debian seguir las directivas del Banco Central. ¿Qué hacían entonces con todo ese dinero formado por los depósitos de miles de argentinos? Simplemente, lo empleaban para financiar los negocios de los acopiadores y de los grandes consorcios de exportaciòn.[…] El dinero de los argentinos servía así a la explotación de los argentinos.Y aunque la tierra producía y el trabajo del agricultor se brindaba generosamente, el único que se beneficiaba en definitiva era el acopiador y el consorcio exportador”.
El Estado Nacional compensaba esa diferencia mediante expansión del credito agrícola, distribución y colonización de las muy abundantes tierras fiscales, el impulso a la cooperativización, a la mecanización agrícola, inversiones inéditas en infraestructura rural, la promoción de la educación agraria, a la industrialización de la materia prima lo que llamamos hoy “agregar valor en origen” y muchos subsidios y compensaciones focalizados que llenaría varias páginas enumerar.
Hoy el Ministro Domínguez les recordaba a los federados amenazantes que el Estado “compensa” lo que retiene en derechos de exportación con líneas de créditos, transferencia tecnológica gratuita, subsidios al combustible y compensaciones por diversos ítems, otra vez la infraestructura rural ocupa un capitulo muy importante de la inversión del Estado Nacional al agro como fácilmente se puede comprobar visitando la pagina web institucional del PROSAP, otra vez el apoyo económico y técnico a la educación agrotécnica y a las Facultades de Ciencias Agrarias dependientes de las Universidades Nacionales es inédito en términos de financiamiento, asi como las rutas por donde sacar la producción que ejecuta el Ministerio de Planificación Federal y aquí también la enumeración de lo que reciben del Estado Nacional llenaría también varias páginas mas.
Justo es agregar el hecho de que el Estado Nacional fue protagonista en frenar a través de medidas bancarias los remates de los campos en el ítem de lo recibido, que les cuesta tanto inventariar a las corporaciones agrarias en general y a la FAA en particular puesto que además esta organización esta siendo mimada en muchísimos aspectos, pero podemos mencionar los mas gruesos como las compensaciones en la cadena de precios del trigo, y en cuanto a ocupar en el futuro inmediato espacios significativos en los eslabonamientos de la comercialización externa de la producción agraria. Vemos asi claramente que actores y cuales de sus posicionamientos fueron casi idénticos en esa etapa con los actuales.
Quizás la diferencia mas significativa entre esa etapa respecto a la de 2008 estribó en que las corporaciones agrarias que expresaban los intereses afectados de las multinacionales agroexportadoras de aquel entonces no se atrevieron a hacerle el lock-out de 180 días con estrangulamiento de abastecimiento de alimentos a las principales ciudades para provocar caos a Perón, como sí le hicieron a este Gobierno Nacional así como extorsionarlo y declarar abiertamente sus referentes querer destituirlo.
Estos valientes “hombres de campo” se sintieron mas bravos en el 2008 que entonces porque actualmente la Presidencia está en manos de una mujer; a la que juzgaron muy probablemente con los prejuicios y estereotipos negativos hacia las mujeres que los caracterizan, incluso en contra de las de sus entornos familiares, profesionales, institucionales y sociales. Obsérvese en relación a esto y solo a manera de ejemplo la anecdótica y basal participación de las mujeres en los espacios de decisión de las corporaciones que integran la Mesa de Enlace.
Existen en nuestro espacio político tres grandes corrientes de opinión y de acción respecto de la FAA. Los que creen que no son lo mismo que el resto de la Mesa de Enlace y hay que acercárseles y ganarlos para la causa popular y nacional, están también los que creen que son la línea mas talibán de la defensa del privilegio en materia de rentabilidad agraria que hasta se pueden dar el lujo de usar mascaras progres de tanto en tanto y estamos también quienes creemos que para situarlos apropiadamente debemos recurrir a la evidencia histórica de su devenir político e institucional respecto a los gobiernos peronistas, y como se ubican en las relaciones de fuerzas en cada etapa señalada.
Como parte de la primera corriente de opinión se escuchan por parte de nuestros cuadros técnicos y de conducción que tienen injerencia en las políticas agrarias expresiones del tipo “como cambió la FAA”, “que les pasó si eran progresistas en los ‘90”, “traicionó a sus banderas históricas” etc. Esas miradas sorprendidas son la consecuencia del ángulo histórico que utilizan: mirando en ángulos de 20 años.
Cuando ampliamos el ángulo histórico como se propone aquí podremos reflexionar sobre la mayor gravitación de las continuidades o los cambios en los posicionamientos políticos de cada una de estas corporaciones desde su propia emergencia institucional.
Este ejercicio nos permitirá evaluar por ejemplo- y entre otros muchos aspectos del modelo de desarrollo- quienes capitalizan realmente las políticas de acercamiento a la FAA “para dividir la Mesa de Enlace”. En la siguiente entrega examinaremos los antecedentes históricos de esas estrategias usualmente posteriores a lock-out agro-empresariales realizado en contra de gobiernos peronistas redistribuidores. Analizaremos esto a través de la experiencia del 73 al 76 protagonizada y documentada por Horacio Ghiberti, Secretario de Estado de Agricultura y Ganadería en la mayor parte de ese corto periodo.
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