La anterior concesionaria de la autopista Santa Fe-Rosario (desde los tiempos de Reutemann) era Aufe S.A.C.; que de acuerdo con el contrato tenía que pagarle a la provincia por la concesión un canon mensual de $ 255.000, es decir $ 3.060.000 anuales.
Lógicamente con la Convertibilidad la ecuación económica era una y cuando se devaluó pasó a ser otra, pero el canon nunca fue reajustado en su valor; ni siquiera cuando el gobierno de Binner le perdonó todos los incumplimientos contractuales anteriores (basta ver el estado desastroso de la ruta para saber de que estamos hablando) y la autorizó a aumentar los peajes por este decreto.
Aumento que no sería el último durante los dos primeros años de gobierno del Frente Progresista en que Aufe siguió siendo concesionaria, y le permitió licuar el costo del canon: con un peaje mayor, necesitaba que pasaran cada vez menos vehículos para pagarlo, y le quedaba más ganancia de diferencia en su favor; sumado a que le toleraron no hacer obras y se ahorró gastos por ese lado.
Pero eso no fue todo: analizando los números de la Cuenta de Inversión 2010 (último año en que Aufe tuvo a su cargo la autopista hasta su nueva adjudicación a un grupo de empresas amigas del gobierno provincial, primero en forma directa y luego por licitación), de los $ 3.060.000 que tuvo que pagar en concepto de canon, terminó pagando antes de irse del corredor $ 2.480.916,67, o sea el 81,07 % de lo debido.
Le quedaron por abonar $ 579.083,33, pero nosotros le damos una idea a Hermes para que le pueda cobrar (si quiere claro): que le descuenten el monto de los certificados de la obra del CEMAFE, que se la adjudicaron a Dycasa S.A.
¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra, dirán ustedes?
Que Dycasa era la accionista mayoritaria de Aufe S.A.C., con exactamente el 78,5 % de las acciones y del capital social.
Claro, para que nuestra propuesta se pudiera concretar, tendría que haber algún certificado de obra del CEMAFE, pero es cuestión de paciencia y todo llega.
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