Por A.C.
Es paradójico que en Argentina se incremente la demanda de dólares cuando en el país del norte por estos días, se especula con la posibilidad del default americano. Se supone que en EEUU la sangre no llegará al río, que finalmente se aprobará un plan de ajuste -con las inevitables consecuencias sociales que ello traerá para ese país- y que la moneda americana, al menos al inicio del ajuste, recuperará posiciones en relación a otras monedas. Es probable.
Aquí en Argentina, los rendimientos en títulos o en pesos durante el año 2011, han sido superiores al magro 4% que en siete meses obtuvo quien a principio de año se posicionó en dólares. De la cotización a principios de 2011 de $4,01 por dólar, hoy cotiza a $4,17 , de donde el rendimiento mensual ha sido del 0,5714% en los primeros siete meses. Pobre rendimiento.
Por tomar solo un ejemplo de otra alternativa básica de inversión, por el contrario y pese a la desastrosa situación económica que atraviesan varios países de la zona euro, esa moneda en el período Enero/Julio de 2011, se incrementó en relación al peso en algo más del 14%, ya que en Enero de 2011 el euro cotizaba a $5,28 y hoy alcanza los $6,05.
¿Porque entonces la demanda aquí de dólares?
Porque la expectativa del mercado es que el dólar de aquí a fin de año (y considerando que hay elecciones en Octubre), recupere posiciones en relación al magro rendimiento obtenido hasta el momento (4%).
¿Cuál puede ser la lógica de la apuesta ? Acompañando la inflación anual, el dólar debería “acomodarse” a ese porcentaje, elevando su cotización en por lo menos un 11% más. A ese acomodamiento esperado, habría que sumarle 4 o 5% más de alza, fruto de la maniobra especulativa que intentan implementar. Todo esto, completaría la utilidad del dólar esperada por ellos para el año completo (20% en pesos).
Claro que para el que compró en Enero U$S 5.000, si tuviera un rendimiento a Diciembre del 20% en pesos, no le va a modificar sustancialmente su economía, pero para los sectores agroexportadores con volúmenes enormes de dólares en sus cuentas (aquí y sobre todo afuera), la cosa se pone interesante.
Por eso, reiteradamente sus voceros aparecen con el discurso del atraso cambiario, de la imprescindible aplicación de una devaluación, de la “necesidad del sinceramiento de la economía”, entre otras medidas patrióticas solicitadas.
En una economía como la nuestra, en crecimiento constante durante un extenso período, las altísimas utilidades del sector agroexportador superan cualquier lógica si uno lo mira desde la óptica y realidad económica de los países centrales.
Pero en Argentina, a esas utilidades o ganancias excepcionales originadas en su actividad, el sector quiere agregarle el negocio cambiario que obtendría con una escalada del dólar. No tienen límite en su voracidad (como cualquier grupo económico en cualquier lugar del mundo en una economía de mercado), por lo que la intervención del Estado es necesaria. Los iluminados que insisten en el planteo de la no intervención estatal, sosteniendo que solo el mercado soluciona mágicamente cualquier desequilibrio, pueden mirar hoy a Europa o a EEUU para dimensionar la estupidez de una teoría económica de museo.
Y como también el mercado sabe que en las elecciones de Octubre el triunfo de la Presidenta es irreversible, intentarán al menos hasta entonces, presionar sobre el dólar, con acciones como no liquidar divisas originadas en las exportaciones, para conseguir el mayor alza posible del dólar. Por eso, es necesaria la intervención del Estado.
Felizmente y a consecuencia de la política implementada por el Gobierno Nacional desde el año 2003, hoy se dispone de reservas (51.960 millones de dólares) más que suficientes para neutralizar la ofensiva de la especulación sobre el dólar.
Es probable que esa intervención tenga el costo de alguna disminución de las reservas acumuladas, lo que es preferible antes que trasladar a la población los costos sociales de una devaluación, devaluación que esperan ansiosos los que piensan un país para pocos.
El Gobierno, en el marco de una economía fuerte y en crecimiento constante que supimos conseguir, tiene las herramientas para neutralizar estos ataques especulativos, y lo hará, siguiendo el camino marcado desde el año 2003. Y en Octubre, las urnas mostrarán que la enorme mayoría de la población, quiere un país para 40 millones de argentinos y no para un grupo de especuladores.
Así es. No hay que olvidar que la patria financiera vive y contra ella se pelea el 14 (VASO)
ResponderEliminarCuando la Presidenta en su visita de hace un par de años, ante una pregunta sobre las alternativas de la economía Argentina y la situación post megacanje de la deuda, les planteo a los empresarios que era EEUU el que necesitaba un Plan B se adelantaba a esta coyuntura. En ese momento para los medios locales no sólo siguió siendo una yegua sino que encima maleducada, con lo que les complicaba el ingreso a los que tenían pensado ir a pasear al gigante del norte para ver como es un país en serio. A.C. ¿dónde están esos visionarios ahora? Será como dijo el econocmisma -mas o menos- EEUU no quiebra porque tiene en exclusividad un activo tecnológico irremplazable: la máquinita de verdes.
ResponderEliminarExcelente nota. Un abrazo. escribí más.