QUE A NADIE SE LE OCURRA

Aunque sientan que se les sube la mostaza a la cabeza, y los nudillos les arden de ganas de meter una quema.

No le demos el gusto, no hagamos lo que está buscando; no lo convirtamos en víctima, en mártir de la libertad de expresión.

Porque hace tiempo que no escribe ni habla para sus lectores u oyentes; esas viejas chotas que le dejan mensajes de felicitación en LT 10, "la radio que pagamos todos con nuestros impuestos"; como diría él hablando de "6 7 8".

Escribe para nosotros: para mojarnos la oreja, para hacernos calentar y reaccionar.

Por eso, que a nadie se le ocurra -después de leer esto- ir a buscarlo y enderezarle la trompa con el paragolpes del auto, o con un martillo, no señor.

Déjenlo tranquilo, tiene que llegar enterito al 23 de octubre, sin un rasguño; para presenciar lo inevitable.

Es más: tiene que quedar entero los próximos cuatro años, a menos que su propia bilis lo haga estallar por los aires cual el batracio que es.

Pero no por culpa nuestra.

O en todo caso sí, pero no del modo que él quisiera.

Eso le va a doler mil veces más que los más de diez millones de votos de Cristina.