jueves, 27 de octubre de 2011

UN AÑO SIN NÉSTOR



A un año de la muerte de Néstor, desde la Corriente Kirchnerista de Santa Fe y el blog Nestornautas decidimos homenajearlo volcando acá la reflexión de muchos compañeros y compañeras con los que venims compartiendo todos estos años maravillosos, en los que el flaco fue protagonista fundamental; incluso en algunos casos, el artífice para que muchos de nosotros nos conociéramos.

Así que invitamos a algunos compañeros (sean o no de nuestra agrupación) a sumarse al homenaje, escribiendo sobre lo que representó para ellos Néstor Kirchner. Acá van:

Gerardo Fernández: "El principal aporte de Néstor Kirchner a la política argentina fue su visión del Poder, de cómo conquistarlo, de cómo no sólo mantenerlo sino incrementarlo y de cómo utilizarlo para fines indudablemente más beneficiosos para los sectores populares. A muchos les puede sonar horrible pero no tengo empacho en reconocer que me parece brillante su idea de que para hacer política con cierto grado de autonomía hay que tener plata porque si no te acuestan., tanto que a muchos no debidamente formados en cuestiones de política les pueda causar espanto.
Kirchner no fue un revolucionario en el sentido marxista. No aspiró a construir el socialismo. Kirchner fue el capitalista más inteligente de las últimas décadas, el tipo que vio claramente que el modelo desarrollado por los sectores dominantes no cerraba por ningún lado y que se imponía otra mirada en la cuestión de la redistribución. Por eso, por ejemplo, su decidida gestión en la vertebración de una relación con Lula y Brasil como no reconoce antecedentes en la historia de ambos países. Claro que pensar en modificar algunas cosas del capitalismo argentino es un sacrilegio y por ello fue demonizado al extremo. Kirchner sabía que para desarrollar reformas hasta si se quiere tímidas había que resistir los embates de los poderes más concentrados y por eso no cejaba en la construcción de más y más poder, para aumentar la capacidad de resistencia ante la inclemencia política que todo eso le generaba. Tuvo el tupé de intentar reformular varias aristas de la estructura socioeconómica argentina y ese intento ya de por sí le cuesta caro a cualquiera que deberá sufrir, además del ataque previsible de los sectores concentrados, el petardeo por izquierda de quienes con una mirada de máxima planteen que mucho de lo que dejó el menemismo no fue tocado.
Con Néstor Kirchner aprendí a ver la cuestión del poder de otra manera o si se quiere aprendí a verla definitivamente y eso no dejaré de agradecerlo por el resto de mis días." 


Juan Carlos Bettanin: "Manolo Viñas venía insistiendo que era necesario conocerlo. Corrían los primeros meses del 2001. Al fin, con el Cuto Barquín, nos recibió en la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires, donde acordamos sumar nuestra agrupación a la por entonces Corriente Nacional. Cuando le dije mi nombre, me abrazó, y con lágrimas en los ojos me habló de Leonardo. Nos juntabamos cada 15 dias en la quinta del Sindicato del Seguro en Moreno, construyendo con cumpas de todo el pais Néstor 2007. Despues los tiempos se aceleraron. Estabamos muy enfrentados con Reutemann y se lo explicamos. Con su coraje de siempre y sin medir siquiera que el 2003 estaba allí nomas, nos prometió venir. Y vino: el 19 de abril de 2002. Se enojó el corredor, se enojó Baltuzzi, y mandaron un mocoso de dos apellidos a tirar panfletos en nombre de la JP. Se reía a carcajadas.
Allí, frente a 500 compañeros en el Salón de 25 y Catamarca prometió y cumplió. Fue el inicio. Los enojados (y sus socios menores), hoy ya no existen, felizmente, gracias a EL. Que no parezca poco, en estas tierras otrora "invencibles".
10 años despues, es imposible pensar la Patria sin su figura desgarbada, su coraje, su talento de estadista, su rigor que, como quiso el Che, jamas encubrió la ternura.
Dicen que se fue. Como diría Pichuco...¿pero cuando...? si siempre está llegando...".


Cristina Ambrosio: "Simplemente NÉSTOR. El compañero Néstor. Uno de nosotros, simple sencillo, austero, franco, amistoso, enamorado de la vida y de las ideas que lo impulsaban.
Tres son las palabras que elijo para recordar  y caracterizar a Néstor, MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA.
Para el pueblo argentino son palabras de un alto contenido político, social y emocional. No son ni serán palabras neutrales, como a veces se pretende hacer ver.
Memoria, porque nos ayudó a recordar quienes somos, y quienes soñamos ser alguna vez. Memoria para refrescar las ideas, para reencontrarnos con nosotros mismos, para reconstruirnos y resurgir desde nuestras raíces, reconociendo nuestros errores, e identificando nuestros problemas medulares, esos que tan claramente supo describir el General y que años de silenciamiento  y confusión ahogaron.
Verdad, con la que nos confrontó cada vez que subía a un atril, un escenario, o cuando era abordado por algún periodista. Verdad cruda, llana, simple, sin pelos en la lengua. Verdad fundada, justificada y probada. Con miedos, como los de todo mortal, pero sin que lo paralice o lo haga claudicar, sino más bien usándolo como insumo, como motor.
Verdad con la que le puso nombre y apellido a los personajes ocultos del poder real de la Argentina. Verdad con la que desenmascaró a la hipocresía, llamando a las cosas por su nombre, sin vueltas, sin tapujos, para que cada quien pueda ser cada quien, con todo lo que eso implica.
Verdad en la coincidencia entre sus dichos y sus actos, entre el decir y el hacer. En la forma en que se expuso a su pueblo, sin formalismos, simplemente siendo él, con amor y desde su corazón.
Justicia, orientada por la equidad. Justicia social, con la que se construye la dignidad de un hombre, de una mujer, de un trabajador, de un niño, de un anciano, de un pueblo.
Justicia en la distribución de la riqueza, que con el tiempo es la mejor arma para combatir la pobreza  y todos los males que acarrea.
Propongo a modo de ejercicio imaginar que nuestro presente si no hubiera ganado las elecciones en 2003; Si hubiera dicho sí al ALCA y ahora nuestra economía estuviera atada a la de EEUU, o si sabedor de sus dolencias por ambición personal hubiera sido candidato a presidente y reelecto en 2007, y Cobos lo hubiera reemplazado después de su partida… Da un escalofrío de solo pensarlo.
Diego Rubinzal: "Como te vamos a extrañar Néstor. Vamos a extrañar: tu andar desgarbado, tu pasión, tus mocasines, tu irreverencia y valentía.
Durante muchos 24 de marzo fui a la plaza a escuchar como las madres afirmaban que alguna vez alguno de nosotros iba a ingresar a la Casa Rosada a ocupar el sillón presidencial.
Te reconozco que yo aplaudía (casi por compromiso), pero no lo creía. Nunca me sentí derrotado. Siempre conserve el optimismo de la voluntad y creí fervientemente en las banderas que levanté. Sin embargo, también supe conservar el pesimismo de la inteligencia. Ese pesimismo que a veces lo lleva a uno a ser un poco cínico, a tener ese toque de humor ácido, aunque nunca llevado hasta el extremo de quebrar las convicciones.
Alguno de nosotros va a entrar en la Casa Rosada, decían las madres, y nosotros aplaudíamos pero no creíamos.
Pero un día…uno de nosotros llegó a la casa de gobierno. ¿Sabés cuando me di cuenta? Cuando te escuche diciendo que no ibas a dejar tus convicciones colgadas en la puerta de la Casa Rosada. En ese momento me dije, “este es diferente”.
El tiempo lo demostró.
Como diría Martin Sabbattela estabas destinado a dejar un vacío tan grande, como la huella que dejo tu paso.
Mientras algunos lloramos, otros festejan. No esta del todo mal que así sea. Si eso no pasara, a lo mejor sería señal de que algo estaríamos haciendo mal. Tal vez lo que diga suene políticamente incorrecto, porque alguien lo puede tomar como que disfruto del enfrentamiento. No es así, es simple realismo. No conozco ningún ejemplo en el mundo en que la reparación de injusticias sea tolerada amablemente por las clases privilegiadas. Los desafio a que me nombren algún lugar del mundo en que los privilegios se anularon por medio del consenso.
Kirchner no inventó el conflicto. Las sociedades injustas rebosan conflictividad. Cuando se quiere remover esas injusticias, no se inventa el conflicto, simplemente se los visibiliza. Se los pone arriba de la mesa. Eso es lo que hizo Kirchner.
La confrontación no implica violencia. Todo lo contrario, significa tener en claro que en un contexto democrático (que todos nosotros valoramos) tenemos que acumular el poder necesario para transformar la realidad. Significa pelear para tener la mayoría de nuestro lado.
Lograr y conservar la hegemonía, diria Gramsci
Para hacer una tortilla hay que romper huevos, hay que incomodar a algunos sectores.
Asi que Macri, Bergoglio, Cobos, no sean hipócritas. No estamos esperando de uds. sus condolencias. Queremos que festejen. Descorchen champagne tranquilos, porque su alegría refuerza nuestras convicciones.
A uds. les toca festejar, a nosotros llorar. Pero no se ilusionen. Por que lloraremos apenas el tiempo necesario para elaborar el duelo. y cuando se hayan secado nuestras lágrimas, miraremos a nuestros hijos a los ojos, y sabremos que todavía hay mucha gente que esta viva. Y sabremos que no nos conformamos, y que todavía tenemos en mente cambiar algo. Y que seguiremos cantando, y seguiremos defendiendo la alegria como una trinchera. Y seguiremos haciendo todas esas cosas porque esta en nuestros genes y porque, entre otras cosas, así lo querría Néstor."

Raúl Degrossi: "Hace un año estaba en la Plaza de Mayo esperando para entrar a la Rosada a despedir a Néstor, cuando veo a un pibe que cuelga de una de las farolas un cartel que decía “Néstor, vos sos nuestro Perón”. En el momento pensé que era una exageración,  pero cuando veo a mi hija más chica -con los ojos llenos de lágrimas diciendo- que ese cartel reflejaba justo lo que ella pensaba, comprendí que no.
Acostumbrados a los libros de historia, solemos perder de vista un hecho tan simple: a los hombres políticos hay que medirlos por lo que representaron en nuestras vidas, siempre cortas comparadas con la de un país; y Néstor en el 2003 fue igual que Perón en el 45’: el hombre justo, en el lugar indicado, en el momento oportuno.
Con la misma intuición para leer el momento, y con algo que -por lo menos a mí- me llamó muchísimo la atención: conocí muy pocos tipos que hubieran hecho como él una lectura tan fina y acertada de los 70’, de lo que había que rescatar y de los errores que no se podían repetir. En esa clave hay que leer su relación con la CGT y el negro Moyano: el flaco entendió que no se trataba de pelear por un lugar cerca del palco, sino por subir a todos los que -desde allí- tuvieran la misma mirada.
Néstor fue para mí la corporización de la idea que tengo de lo que debe ser un presidente: su discurso en televisión respondiendo a la extorsión de Nazareno disipó de un soplo el oprobio de cinco presidentes en una semana, la frívola obscenidad de Menem o la nada de De La Rúa. 
Y tuvo mucho de jauretcheano: cuando fue presidente, sus discursos desde el atril eran casi siempre al mediodía, y yo me descubrí -como cuando era chico y volvía apurado de la escuela a ver los dibujitos-, volviendo rápido del trabajo para no perderme el “desangelamiento” (como diría el gordo D’Elía) del día:, con las fotocopias de las columnas de Van Der Kooy, Broda, Espert o Morales Solá. Antes, mucho antes del célebre “¿Que te pasa Clarín?”, Bic en mano y desde el atril, Néstor pinchaba a diario globos hinchados de sanata.
Como cuando apelaba a imágenes que te hacían morir de risa en medio de la seriedad de las cosas de las que hablaba: ante las demoras de la justicia en las causas de derechos humanos, o los pocos imputados citados, el tipo decíaque parecía que los detenidos se atendían solos en los campos de concentración; o cuando aparecían Cavallo o Roque Fernández a pontificar sobre economía, él los comparaba con un regimiento de paracaidistas húngaros, recién aterrizados en la Argentina.
Paracaidistas húngaros, escucháme, ¿quién habló así desde el poder?, era como si Capusotto estuviera en la Rosada.
Me pasa con Néstor lo que con toda la gente que quise y me falta: no puedo evitar acordarme de cuando me arrancaron una sonrisa; pero igual, duele que no esté. Y el dolor no lo mitiga la alegría del presente, todo lo contrario: si alguien se merecía disfrutar lo que estamos viviendo, era Néstor.
Y aun en medio de la euforia, se lo extraña cuando hay que rascarle el lomo a alguno que quedó mal por el cierre de listas, o hace falta quedarse hasta la madrugada en un asado para zurcir algo que quedó roto entre compañeros.
No se trata de restarle méritos a Cristina -con quien compuso una sociedad política inexpugnable durante más de 30 años- sino de ponerlo al flaco en su justo lugar: el de los imprescindibles."

No hay comentarios:

Publicar un comentario