martes, 13 de diciembre de 2011

EL QUE SE ACUESTA CON CANAS, AMANECE INCENDIADO



En reiteradas oportunidades en este blog (la última de ellas acá) dijimos que el gobierno de Binner había tomado como un pilar central de su política de seguridad dejar que la Policía se manejara sóla, digamos; dando una absoluta marcha atrás en la implementación de la reforma sancionada por la Legislatura de la provincia entre el 2004 y el 2006.

Se reactivaron las Juntas de Calificación que existían en la ley de la dictadura de Onganía (derogada por la reforma), y se dejó que sean los propios policías los que resolvieran sobre sus ascensos y pases a retiro, sin ingerencia del poder político, y sin control de la sociedad civil; como lo planteaba la reforma.

Además de ser un completo disparate jurídico consistente en actuar como si dos leyes (las 12.333 y 12.521) no existiesen, esa política era suamente riesgoso porque ponía al poder político en manos de la corporación policial, que acostumbra a saldar sus disputas internas por esas vías (ascensos y pases a retiro), cuando no lo hace de otras maneras menos ortodoxas, como tirando muertos por ahí.

Muy errados no andábamos: el día después de la asunción del nuevo Ministro de Seguridad designado por Bonfatti (Leandro Corti), y en la mañana en que asumía la nueva cúpula policial, se desató un incendio en el depósito de choches retenidos por orden judicial que tiene la Policía acá en Santa Fe, y todos los peritajes indican que el incendio fue intencional.

Al parecer sería la forma que algunos muchachos de azul encontraron para expresar su desagrado por algunas de las nuevas designaciones, acostumbrados como están a cuatro años donde hicieron lo que se les cantó.

Como dice el refrán: cría cuervos, y te sacarán los ojos.

Habrá que ver que lectura política hacen del hecho Bonfatti y su novel ministro: si perseveran en la errada política seguida hasta acá en materia de seguridad y manejo de la Policía (lo que sería además la confirmación de que el mensaje mafioso tuvo éxito, y logró su propósito), o se deciden de una buena vez a ponerse los pantalones y poner en marcha la reforma; para poner en caja a la corporación policial,al mando de las autoridades elegidas por el pueblo, como debe ser.

Si opta por lo segundo, se merecerá que todos -incluso los que no lo votamos- lo respaldemos, porque es la única forma de empezar a construir una política de seguridad en serio.

Y que no crea el nuevo gobierno que cediendo a estos aprietes extorsivos logrará que estas cosas no vuelvan a pasar: es muy probable que, si no demuestra firmeza, la próxima vez le manden como mensaje algo más peligroso que unos cuantos autos quemados.

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