El episodio del desmontaje de la antena de Radio Mitre instalada en el predio del Ejército de Villa Martelli donde funcionaba Tecnópolis es bastante demostrativo de la idea que tienen ciertos grupos empresarios argentinos de lo que es el Estado: un gigante bobo e invertebrado, puesto exclusivamente al servicio de sus intereses.
Resulta que los buenos muchachos del Grupo Clarín habían instalado en un predio público (propiedad del Estado nacional) su principal antena transmisora para el funcionamiento de Radio Mitre, la señal de AM que el mismo Estado (en tiempos del menemismo y en un trámite plagado de irregularidades) les adjudicó.
Y Clarín (que se jactaba hace poco por boca del propio Magnetto de haber invertido el año pasado más de 300 millones de dólares en sus empresas) no pudo -durante todos estos años- comprar un terreno propio donde instalar la antena: claro, total el Estado pavote les cedía uno suyo para esos fines.
La misma nota revela que el Estado hace más de tres años le viene reclamando a Clarín que saque del lugar la antena transmisora de Radio Mitre, y el Grupo consiguió (cuando no) por intermedio de una cautelar en la justicia seguir allí, una vez vencido el contrato de alquiler y no renovado por voluntad del gobierno; que es al fin y al cabo el dueño del lugar.
La misma nota dice que el 23 de diciembre ambas partes (Clarín y el Estado, en este caso el Ejército) firmaron un acuerdo para desocupar el predio sacando lo antena, por lo que queda a las claras que hablar de "desalojo" es una enorme mentira.
Anota Clarín que en el otro lugar que consiguió para instalar la antena la calidad de la señal será menor: parece que el Estado le tiene que garantizar no sólo un lugar en el espacio radioeléctrico, sino un lugar desde el cual transmitir con una determinada calidad de señal.
Para que los oyentes de Mitre puedan escuchar a sus periodistas favoritos (a los que ahora se suma Lanata, según nos apuntan), sin preguntar si las transmisiones de la radio están siendo interferidas; lo cual demostraría que son un montón de papanatas que se creyeron lo de las interferencias a TN con budineras desde las unidades básicas del PJ en el conurbano, o que TN y Volver desaparecerían con la sanción de la ley de medios.
Lo que es lo mismo que decir que los bienes del Estado no son suyos, sino de los oyentes de Radio Mitre, o algo parecido: un completo disparate.
Buscan victimizarse todo el tiempo para hacer estas notas y por ahí sus lectores "se indignan y se ponen a llorar"
ResponderEliminarYa dan lástima.
Ellos son dueños de hacer lo que quieran, pero cuando los apuras un poco saltan como putas, con la libertad de expresión y la sarta de ganzadas que nos tienen acostumbrados. Se creen amos y son solo perros pulguientos (con perdon de los mismos) con guita.
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