jueves, 19 de enero de 2012

CONSECUENCIAS DEL AMONTONAMIENTO


Para los que lo conocen a Pedro González, el intendente de Villa Gobernador Gálvez, estas declaraciones de las que da cuenta "La Capital" no los pueden sorprender: el hombre no es justamente lo que se diría un militante de la izquierda peronista, digamos.

Recalcitrante menemista en su hora, obsecuente reutemanista también en su momento, el hombre surfeó la ola y ahora volvió al gobierno, de la mano de los desaguisados de la gestión de Murabito (otro camaleón político, devenido en parte del Frente Progresista), y habiendo apoyado a Agustín Rossi en la interna abierta del PJ provincial, luego del "acuerdo de unidad" del congreso provincial del partido en febrero.

Acuerdo de unidad de cúpulas y dirigentes, porque a la hora de votar la gente hizo lo que se le cantó en relación a los candidatos del peronismo -con los resultados conocidos-, y porque muchos referentes miraron para el costado, le sacaron el cuerpo a la campaña provincial (para salvar la ropa en sus distritos, tal vez) o directamente jugaron para el candidato del PRO, Miguel Del Sel.

El caso es que esa "unidad" terminó siendo un amontonamiento coyuntural e hipócrita, porque el conjunto del peronismo santafesino se sigue debiendo un profundo debate ideológico, que de cuenta de como lo impactaron los veinte años de menemismo (en clave reutemanista), su vaciamiento organizativo y militante de la estructura política del PJ y sus políticas neoliberales ubicadas en las antípodas del legado histórico del peronismo.

Y en ese marco también hay que leer su relación con la experiencia kirchnerista iniciada en el 2003, a la que resulta notorio que muchos dirigentes provinciales del PJ (que se sentían más cómodos haciendo alianzas con la UCD, el MID o la democracia cristina, o llevando procesistas o dirigentes del PDP al gobierno) miran como un cuerpo extraño, una especie de invasión contra la cual "hay que alambrar la provincia", como solía decir Reutemann.

Porque no se puede decir -de la boca para afuera- que se apoya a Cristina y al gobierno nacional (y usufructuar eso para tener votos, obtener bancas, ganar elecciones) y decir que te importan una mierda los derechos humanos, como dice González.

Y no se trata de defender "los derechos humanos de los delincuentes", como repite el berreta lugar común de la derecha: si hay delito y hay delincuentes, la obligación del Estado es perseguirlos, encarcelarlos y hacer caer sobre ellos todo el peso de la ley; ni más ni menos que eso.

Las compadradas demagógicas como las de González (tan parecido al famoso "hay que meterles bala" de Ruckauff) son sólo eso: compadradas; que además ni siquiera sirven para resolver el problema que plantean, que es el de la inseguridad, y terminan habilitando las políticas de mano dura y las prácticas policiales de gatillo fácil; de las que -no casualmente- nunca son víctimas los verdaderos delincuentes.

Nadie discute el hecho de que González es representativo en su comunidad, al punto que ha ganado varias elecciones y por amplio margen: en todo caso eso es una luz roja encendida para los dirigentes peronistas que tienen otra visión ideológica (no ya del problema de la inseguridad, sino en general), y no han sabido construir alternativas superadoras para la gente de Villa Gobernador Gálvez.

Un fenómeno parecido -pero más grave, porque fue a escala provincial- lo representó el súbito ascenso político y electoral de Miguel Del Sel: cuando la política deja vacíos, los ocupa la no política, o mejor aun, la peor política; como en este caso.

Pero volvamos al principio: episodios como éste son las consecuencias de un amontonamiento político (el del PJ provincial) donde nunca se discute política, ni ideología, ni proyectos; y se tejen y destejen alianzas (a veces inverosímiles) por un puro pragmatismo vaciado de contenido.

Esa es la (triste) enseñanza que deja el exabrupto del "Gordo" González; y mientras no se aprenda, barbaridades como ésta serán moneda corriente. 

1 comentario:

  1. Tal cual. En las próximas elecciones el FAP pone un potus de plástico ( el cual no difiere mucho de Malfatti o Duermes y es menos dañino ) y las gana de orejitas paradas. Mientras tanto, Rubeo...........

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