O sea: si los trenes en manos de TBA son malos, operados por el Estado serán espantosos, porque no se produjo el milagro de que en un día todo se arregle y funcione correctamente.
Y si no lo dejaron salir por problemas técnicos -como anticiparon los funcionarios en la conferencia de prensa- está mal; y si salía y pasaba algo porque el tren tiene desperfectos, esta malísimamente mal.
Lo bueno de esto es que te dan certezas: haga lo que haga el gobierno, sea que lo empiece y lo termine, lo deje a medio hacer, o no haga nada, hay una seguridad: siempre estará mal.
Habrá que prepararse para los informes diarios y las encuestas a los usuarios del Sarmiento tipo "¿Considera usted que el servicio ha mejorado desde que lo intervino el Estado?", y pelotudeces por el estilo.
Sin embargo, la democracia es sabia después de todo: establece que, para gobernar, se votan gobiernos, y no periodistas ni medios.
¿Se imaginan si no privatizando todo un día y estatizándolo al siguiente, y a veces las dos cosas en una misma mañana?
Aunque si uno les creyera a los medios, en un país gobernado por ellos todos los problemas se resolverían de un día para el otro, como por arte de magia.
Más aun: nunca llegarían siquiera a existir, porque bastaría que alguien los denuncie, para que se disuelvan en el aire.
Que macana que la realidad sea un poco más compleja.
Hace casi 9 años que se inició una transformación en nuestro país. Los que manejaban la opinión pública, a pesar de la demostración popular de apoyo al modelo, aún tratan de seguir dañando a estos gobiernos que son los únicos que en los últimos 50 años se han animado a destruir símbolos y a vulnerar sus "sacros" privilegios. Es decir, LO QUE ESTOS GOBIERNOS LLEVEN A CABO NUNCA LES CAERÁ BIEN! De manera que no es en su espejo donde conviene mirarnos ni tampoco su aprobación la que debemos buscar. Hay un pueblo que mira y espera.
ResponderEliminarLo que sí debemos ansiar, contribuyendo desde donde nos toque, es la EXCELENCIA en el desempeño gubernamental.
Estos 9 años han sido de reconstrucción. En 2003 no se sabía por dónde empezar. Y aunque se ha avanzado en forma increible y se han conseguido logros impensados, aún queda una enorme tarea por delante. Los pibes ya no van a la escuela sólo a comer. Y no se ven personas buscando comida en tachos de basura, tan grandes han sido los cambios.
Pero también es responsabilidad de este Estado el establecer el ORDEN DE PRIORIDADES. No puede soslayarse que el 30% de la población de nuestro país está aglomerado en los 2000 Km2 del Gran Buenos Aires, incluyendo a la Capital. Estamos hablando de más de 13 MILLONES de almas. Multitud que DEBE, diariamente, trasladarse hacia y desde sus ocupaciones. No posee otra alternativa. Es decir, el del transporte es un TEMA DE PRIMERA MAGNITUD. Mucho más atendible que el Fútbol para Todos ó la TV digital, sin desconocer la importancia de estos temas.
El Estado estuvo interesado (2006) en la construcción de un tren de alta velocidad, que no fue. Se ocupó del restablecimiento del tren El Gran Capitán con resultados dudosos. Lo mismo sucedió con el Tren de los Pueblos Libres con destino a Uruguay. Es decir, se ocupó del tema ferrocarriles. Pero los millones de personas que se movilizan por Capital y Gran Buenos Aires siguen sufriendo servicios absolutamente indignos que, como nos sucedió la semana pasada, nos robó 51 preciosas vidas.
Así como se trata de evitar la fuga de dólares ó la evasión impositiva, con la misma energía y pro-actividad con que se le arrebató a la corpo el negocio de las AFJP, con la misma fortaleza empleada en la lucha por la Ley de Medios, se debería haber estudiado a fondo los contratos de concesión de trenes y subterráneos (un deseo de Néstor) y haber ejercido una severa presión para obligar a esos empresarios a prestar un servicio al menos más seguro y confiable, aunque hubiera seguido siendo insoportablemente incómodo. Una cosa es viajar una hora parado y apretujado y otra muy distinta es PERDER LA VIDA. Esta última circunstancia no tiene arreglo, no es reversible, no es rebobinable. Y durante los últimos 9 años hubo muchos muertos y heridos ... y también hubo un Ministerio de Planeamiento y una Secretaría de Transportes.
Y conste que el Estado ha puesto muchísimo dinero en carácter de SUBSIDIOS. O sea, el Estado NO SE LAVO LAS MANOS. Contribuyó generosamente. ¿Y los controles? ¿Alguien estuvo a cargo de ese asunto? ¿Alguien pidió rendición de cuentas? De ésto hablo cuando me refiero a EXCELENCIA en el desempeño.
Los funcionarios tienen una asignatura pendiente: Utilizar varias veces al año LOS MEDIOS DE TRANSPORTE QUE UTILIZA LA POBLACIÓN. Es la única manera de SABER CÓMO ES, QUÉ SE SIENTE.
Es interesante SABER con qué cantidad de funcionarios cuentan esos organismos, a qué se han dedicado durante el período citado y cuál ha sido el costo de su desempeño. Me gustaría saberlo porque LO IGNORO.
Lo que NO IGNORO es que tanto la SIGEN como algunos sindicatos del rubro e innumerable cantidad de damnificados diarios han presentado desde hace años INFORMES y reclamos diversos, muchos de los cuales ponían en tela de juicio la continuación de los contratos de concesión. El único resultado obtenido fueron algunas multas que dudo que los concesionarios hayan abonado.
El apoyar el MODELO y a la Presidenta no implica ignorar funciones críticas que ALGUIEN NO HA CUMPLIDO.
Saludos
Tilo, 70 años