O al menos eso parece, leyendo las declaraciones del amigo Méndez, un nostálgico de los años del menemismo, cuando el Estado no se metía en las empresas privadas, y remataba las públicas para que -eso sí- publicaran sus balances.
Muy raro el razonamiento, porque ahora se enojan cuando el gobierno quiere meter la nariz en lo balances de ellos, o se opusieron de plano al proyecto Recalde de participación en las ganancias porque les permitía a los gremios acceder a los números de las empresas.
Gremios dijimos: cual Chirolia de Clarín (las declaraciones son hechas en Radio Mitre) dice Méndez que -si el perverso Estado no se metiera- ellos se entenderían con los gremios directamente lo más bien, vea señora.
Y agrega que el Estado ("zapatero a tus zapatos" dice el plástico Méndez) debe dedicarse a otras cosas, que no enumera: suponemos que será a darles créditos, subsidios y protección arancelaria a las empresas, para dejarlas que hagan lo que mejor saben: ganar plata.
Además le agarra un ataque de lanatismo: ante el avance del ogro estatal (en todo el mundo, eh, ojo, miren sin ir más lejos lo que está pasando el Europa y EEUU), él se pone del lado del más débil, o sea: las empresas; y además nos entera de un dato hasta acá desconocido. esas empresas serían de todos nosotros, que somos los ciudadanos, y por eso tenemos que defender a las empresas del avance del Estado.
Todas estas reflexiones de Méndez resultan disparadas por la amenaza de re estatización de YPF, por lo que cabe preguntarse que defiende este muchacho de la voracidad estatal: ¿el 25 % de Eskenazy o el 60 % de Repsol, que es una empresa extranjera?
Y lo curioso del caso es que el gobierno está poniendo la lupa en YPF justamente por seguir un comportamiento poco serio desde el punto de vista empresario; como es repartir utilidades a diestra y siniestra invirtiendo cada vez menos, comprometiendo el futuro del abastecimiento de petróleo y gas en el país.
Claro, esa conducta le podría valer a Eskenazy la presidencia de la UIA, ¿o no es acaso lo que hace el promedio de los empresarios argentinos?
Pero por las dudas que el "Chirolita" Méndez no fuera suficientemente explícito, Clarín aprovecha la nota y las quejas del plástico para llevar agua para su propio molino; y entonces aparece una fuente misteriosa ("un referente del sector mercantil que prefirió el anonimato", rano, ¿no?) que dice que todo esto (esta irrefrenable ola chavista, aclaramos nosotros) empezó cuando el gobierno estatizó los fondos de las AFJP, que (ojo, dirigente mercantil anónimo, a lo mejor usted no sabía esto) no eran de las empresas, sino de los trabajadores.
Y avanza más Clarín, colando (tras la fuente empresarial misteriosa) el tema Papel Prensa, en el medio de un comunicado de la AEA, que nada que ver con lo que se estaba hablando; o sí, en todo caso con el punto al cual quería llevar clarín la discusión.
Y tuvo que apelar a esta estrategia (similar a la de Reutemann, que -pase lo que pase- dice que la solución es bajar las retenciones) porque trató de colarlo en una reunión de la UIA y no pudo, como vemos acá:
¿El "referente mercantil que prefirió el anonimato" habrá sido Funes De Rioja, o el mismísimo Betnaza, hombre de Techint, empresa que muy dispuesta a aceptar la presencia del Estado en las empresas no está que digamos?
El mito de empresario emprendedor ,que corre riesgos es sólo eso, un mito. El empresario promedio es siempre un chirolita ansioso por ganar plata casi sin invertir y sin controles, pero con el salvavidas del estado en caso de pérdidas o disminución de la ganancia.
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