El desalojo del piquete de movilizados a Malvinas motivó un pronunciamiento de la CGT (en el que se puede adivinar la pluma filosa del tweetero Piumato), en el que se acusa al gobierno de promover una escalada represiva contra las protestas, recriminándole un abrupto cambio en la política seguida al respecto desde el 2003.
El comunicado mezcla peras con manzanas y hace una ensalada de frutas bastante importante; porque iguala el reclamo de los camioneros despedidos en Chubut (a propósito, a poco que el conflicto se solucionó, desapareció de la tapa de los diarios, y el hijo de Moyano ya no amenaza con marchar a Plaza de Mayo con el reclamo), o la represión en Tinogasta a ambientalistas que protestaban contra la minería (en ambos casos, con operativos protagonizados por policías provinciales, bajo el mando operativo de los respectivos gobiernos); con los hechos de ayer en la 9 de Julio que -camión hidrante y despliegue policial y de Gendarmería aparte- se dieron en el contexto de un reclamo como mínimo discutible, al punto que los propios ex combatientes son -en su mayoría- los que primero se oponen al reclamo de los movilizados.
Pero el punto es demostrar que hay protesta social (prescindiendo de sus causas o del contexto en que se da en cada caso), y que el gobierno reacciona frente a ella con represión: sea que la ejecute directamente , o que la tolere sin condenarla cuando otros la dispensan (como algunos gobiernos provinciales): cada palazo o balazo de goma, y hasta lo menos (que lleven a alguien detenido por ejemplo) que ocurra a lo largo y a lo ancho de la Argentina, se lo facturarán al gobierno de Cristina.
La reacción de la CGT (que veremos obedece a sus propios fines) es del mismo cariz sobreactuado de la Mesa de Enlace cuando a De Angeli se lo llevaban a upa del corte, después de cuatro meses de tener en vilo al país, y procura pegarle al kirchnerismo donde más le duele: la comparación con Macri que hace el comunicado cegetista tiene el mismo propósito que la asimilación que antes hicieron los dirigentes sindicales del gobierno con Menem; y es la misma lógica con la que durante más de ocho años se criticaba (desde los medios y desde vastos sectores políticos) la no represión de la protesta social.
La discusión giraba siempre en torno a las formas (que si el corte sí o no), y nunca iba a las razones de cada reclamo, desconsiderando así si era válido o un disparate, por una situación apremiante o por un capricho.
El conflicto con los movilizados le permite al sindicalismo conducido por Moyano intentar una salida "por izquierda" de la encerrona en que el propio líder de la CGT se fue colocando en su enfrentamiento con el gobierno; y que lo llevó a acumular varios errores tácticos importantes que lo depositaron en la mesa de Joaquín Morales Solá, tras haber comparado al kirchnerismo con el menemismo.
Encierro y aislamiento político y dentro del propio mundo sindical, donde no pocos cuestionan ya la inteligencia de la estrategia de Moyano de enfrentarse con el gobierno, cuando además los ejes sobre los que podría pivotear el conflicto (techo en paritarias, aumento del mínimo no imponible de Ganancias, asignaciones familiares, deuda con las obras sociales) están en discusión en sus ámbitos naturales, o son tan sesgados hacia determinados sectores, que no podrían concitar fácilmente una masa crítica de adherentes en la sociedad.
Sin embargo, el método de análisis que subyace en el comunicado sindical (que es a la vez un intento de relegitimación política de la CGT, deslegitimando al gobierno) es sospechosamente parecido a la línea editorial de los grandes medios; que han virado en los últimos tiempos -se diría- a casi un virulento trotskismo: el país está en llamas, incendiado por diferentes conflictos sociales, cada uno de ellos de una entidad tal, que podría proveer la chispa necesaria para el estallido revolucionario; y esa situación obligará al gobierno -cada vez más- a dejar caer la máscara de la impostura, y mostrar su verdadero rostro: el de la represión.
Palabras más, palabras menos, podría ser cualquier editorial de Prensa Obrera desde el 2003 para acá, pero tiene similitud con lo que desliza el comunicado de la CGT, y con lo que vienen diciendo los editorialistas de Clarín y La Nación.
La coyuntura post electoral arroja un gobierno fortalecido por un triunfo contundente, y con una oposición derrotada y deshilachada; sin otro oportunidad de revancha a la vista, por lo que el nudo del conflicto político se desplaza a lo social, y allí la fragmentación impera, y todos tratan de sacar provecho de la coyuntura.
El conflicto social y la protesta son connaturales a la esencia de la democracia (y vaya si el kirchnerismo sabe de eso: tuvo que explicarlo todos estos años cuando le pedían palos y represión), y el gobierno no puede pretender que el triunfo electoral lo blinden contra ellos, o que lo dispensen de atenderlos, pero sin perder de vista lo esencial: el 23 de octubre se plebiscitó en el país un proyecto político y un rumbo definido para el país.
Mientras se persevere en ese rumbo y en ese proyecto (y mal que le pese al coro de agoreros, hasta acá no hay hechos -recalcamos: hechos- que demuestren lo contrario), el gobierno de Cristina tiene todo el derecho de marcar la agenda e incluso, de adaptar los instrumentos a las nuevas circunstancias (como sucede en el caso de lo subsidios); y los demás (sean opositores formales del sistema político, medios de comunicación o sectores sociales) podrán decir y hacer todo lo que les plazca al respecto, pero sin obviar ese detalle trascendental.
Y cuando el conflicto aparezca (porque aparecerá con cada vez mayor frecuencia, y si no lo hace, se lo hará aparecer) habrá que ejercer en toda su dimensión la política para encauzarlo y -si es posible- resolverlo; sin perder tampoco de vista el hecho de que ahora todos (desde el PO hasta Moyano, pasando por Clarín y La Nación) le achaquen al kirchnerismo la traición a su propio legado (en este caso, en la no represión de la protesta social) no dejar de ser una enorme victoria cultural: hace ocho años atrás, desde muchos de esos lugares (no es el caso de la CGT o la izquierda, obviamente) pedían palazos y balazos de goma (sin decirlo así, claro: la cobardía tiene atajos lingüísticos) para resolver cualquier cosa.
La incontrastable legitimidad política que le da a Cristina el 54 %, y el propio pedigree del kirchnerismo cuando de estas cosas se trata, le dan la plataforma indispensable para conducir los conflictos; lo que involucra desde arbitrar las soluciones a su alcance o predisponer los espacios para que puedan alcanzarse (como pasó en el caso de los despidos de camioneros en Chubut), hasta interponer su autoridad política y liderazgo para encuadrar a los propios, cuando no entienden como es la cosa; algo que deberá empezar a hacer con los gobiernos provinciales cada vez que se produzcan hechos como los de Tinogasta.
Sin abdicar de ninguna política u orientación (por ejemplo en el caso de la discusión sobre la minería), sino simplemente para restar excusas a los que pretenden que creamos que, no sólo el 23 de octubre no hubo elecciones, sino que la Argentina está poco menos que igual a Grecia, para lograr propósitos bien concretos, que no son justamente los de los que protestan en cada caso.
El propio pedigree del kirchnerismo?? jaja...
ResponderEliminarTe referís al impulso de la Ley Antiterrorista? Y el consecuente aumento de casos de represión de protestas sociales luego de aprobada'
Pedigree del kirchnerismo!, muy buena esa frase, me salvaste el fin de semana...
Cómico no sos, así que si nosotros no te ayudamos a reírte tu vida sería un oprobio. De hecho, pasás todos los días por acá para llenarla de algo pelotudito.
ResponderEliminarEl comentario no merece ni medio párrafo, conseguíte la lista de los muertos por la represión kirchnerista desde el 2003 para acá, y la de los que pueblan las mazmorras del régimen, nabo.
Javier hoy es miércoles y ya empezás el fin de semana. Evidentemente estás al pedo y no te privás de decir cualquiera.
ResponderEliminarEl problema de esta manera de pensar, que no es solamente patrimonio de los trotskistas, es que busca indicios de algo que ya supone de antemano, cada indicio que encuentra lo toma como prueba irrefutable de eso terrible que está por venir, en lugar de hacer un análisis más profundo de la realidad y sus idas y venidas.
ResponderEliminar¿Es lo mismo el desalojo (legal) de los ex-conscriptos que los desalojos (ilegales) de la UCEP? No, pero quienes adhieren a esta forma de pensamiento juntan estas dos cosas y ven:
A- un Régimen burgués capitalista que ya sólo se puede sostener con la fuerza de las armas, o
B- la vuelta del menemismo, o
C- Ceausescu, Stalin, Pol Pot.
Confunden suspicacia con inteligencia, y ya sabemos que estas dos cosas no son lo mismo.
Lo que pasa es que algunos "piensan" realmente de esta forma, y otros solamente se hacen "trotskistas" por oportunismo, ahora que se decidió que al gobierno hay que pegarle por izquierda.
El pedigree kirchnerista!!!, jaja. Todavía me estoy riendo...
ResponderEliminarmuy bueno, por favor.
Los voy a seguir leyendo porque sus recursos son inimaginablemente comicos (no puedo competir).
Y pensar que hasta hace poco los tomaba en serio!!
Que bueno... jaja, pedigree k..
P/D: no me defrauden, estaré atento.
El humor trotskista es algo que se nos escapa eh, es más: a ustedes se les escapó en 1917.
ResponderEliminarPonéte un blog propio así nos reímos todos, dále, si ingenio te sobre y te van a llover seguidores.
JAVIER:
ResponderEliminarSer tonto no es una opción, es una realidad que el tonto no puede cambiar. Aunque se ría de los demás o tome poses de inteligente,sigue siendo un tonto.
En la Escuela, deben haber hecho cola en el recreo para pegarte.Por boludo, nomás.
Das pena tío. La imbecilidad no es un aporte.Dejá de dar asco.
Che, la amplitud de criterio no significa tener que soportar un pavote como ese Javier.
ResponderEliminarNo le publiquen más los comentarios idiotas que hace.
Y que vaya al INADI, a plantear que lo discriminan por boludo. Giles como éste,asesinan a Trotsky todos los días.Leyeron poco, leyeron mal, no entendieron nada.
Che, y el proyecto x? Es una mancha más en el paladar para identificar el... el... el...
ResponderEliminarpedigree.. ja ja ja... pedigree K ajajajaja... jaja...
muy bueno!!!
Perdón, no es mi interés molestarlos, pero... jajaja pedigreejaja...K...
Javier: algunos dicen que la mejor definición de un boludo es que es un tipo que se ríe siempre del mismo chiste, que sólo él entiende.
ResponderEliminarNo te pierdas a partir de la semana que viene el programa de Altamira en TN, junto con el hermano que escribe en Clarín.