Una nueva agrupación ecleciástica, compuesta por hombres sensibles al clamor del pueblo, y dispuestos a rechazar toda forma de represión e impunidad.
Tan sensibles que se tomaron doce días para condenar la represión en Tinogasta y Amaicha del Valle: no vayan a pensar que fue porque campaneaban cuanta importancia le daban al tema los medios y se dieron cuenta que estaban quedando afuera de la movida, no señor.
Tampoco van a pensar que la cosa fue arreglada con Clarín, que decodifica el documento (algo siempre necesario con los pronunciamientos de la Iglesia): es un "implícito cuestionamiento al gobierno nacional y a las provincias mineras gobernadas por el kirchnerismo".
Porque a ver si nos entendemos: cuando los radicales gobernaban Catamarca (o sea, hasta hace dos meses, y durante veinte años), La Alumbrera no contaminaba, no señor; ni agua usaba, y del cianuro ni noticias.
No se trata de nada de todo eso, no vayan a pensar mal.
Simplemente los obispos estuvieron todos estos días repasando en cámara lenta las imágenes de TN, piensen que se trata de gente que -por ejemplo- todavía no admite que en la dictadura hubo represión y genocidio y ellos fueron cómplices; y que esperó 500 años para ensayar una tibia autocrítica por su participación en el exterminio de los pueblos originarios durante la conquista de América.
No obran precipitadamente, se toman su tiempo.
Seguramente en la letra chica del documento (al que lamentablemente no hemos tenido acceso) habrán hecho alguna referencia a los recientes dichos de Videla (que les agradeció la excelente relación que tuvieron cuando él gobernaba) y seguramente también donaron los anillos de oro que les dan cuando los nombran obispos, o habrán pedido que el Vaticano se desprenda de todo el oro que aun conserva.
Y es muy importante el párrafo sobre la "impunidad" de la minería: ¿ qué habrán querido decir con eso, hay que meter presos a los obreros mineros, a las empresas, a los que apoyan la actividad?
Raro que en este caso no pidan -como en los crímenes de lesa humanidad- "reconciliación", perdón o "cerrar las heridas del pasado".
Evidentemente estos muchachos tienen poco futuro dentro del Episcopado con estos planteos, a menos que todos los obispos se vayan haciendo de la Bartolomé de Las Casas; así como todos los kirchneristas terminamos siendo de la Cámpora, aunque no lo sepamos.
Si señor; la contaminación minera empezó ahora, desde que Pino abrió su boca para el 2009 y fue in crescendo. Antes gozábamos de minerales etéreos, extraídos de las nubes que flotan apenas debajo de los angelitos. Pero vinieron los K y arruinaron todo. Pero todo, eh.
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