miércoles, 21 de marzo de 2012

CONFIRMADO: HASTA EN LA NACIÓN SE CAGAN DE RISA DE MAJUL


¿Vieron que toda regla tiene su excepción?

Alguna vez tenía que aparecer en La Nación un artículo interesante, como éste de Daniel Pliner de hoy.

Y con destinatarios precisos: nosotros remarcamos en la imagen las recomendaciones que parecen directamente escritas para Majul, pero si leen toda la nota, hay para todos, desde Pagni a Mariano Grondona, pasando por Morales Solá y Cachanosky.

Y son tan pero tan precisas (casi como escritas por uno que las usa a menudo, o como si el manual de estilo del que habla verdaderamente existiera) que le caben perfectamente a Lanata, Leuco, Eliaschev, Caparrós, Tenenbaum, Fontevecchia y la redacción completa de Clarín: Blank, Roa, Van Der Kooy, Kirchsbaum, Viau y toda la tropa. 

El artículo deja una certeza (algo que todos sospechábamos): dentro de la redacción de La Nación, se cagan mal de la risa de Majul, y asumen que en realidad sus columnas cumplen más el rol de llenar la sección de humor (mucho mejor que los espantosos chistes de Nik) que de análisis político.

Pero el problema es que el sayo que lanza Pliner les cabe a varios (todas las principales plumas del diario, sin ir más lejos), con lo cual es un poco sorprendente que lo hayan publicado: parece un post de un bloguero K.

En todo caso, lo que tiene de bueno es que es perfectamente posible que un manual de estilo como el que él describe (aun sin ese formato) circule por las redacciones de Clarín, La Nación o Perfil; con el vademécum de las cosas que no pueden faltaren cualquier nota de actualidad política nacional.

¿Se les habrá escapado, al tipo le hackearon su cuenta y mandaron la columna al diario pero en realidad él no la escribió?    

¿O el amigo Pliner tendrá los días contados en la tribuna de doctrina a partir de haber revelado estos secretos? 

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