jueves, 22 de marzo de 2012

EL AJEDREZ DE YPF

 

Como vemos en la captura y es titular de los diarios de hoy, los accionistas mayoritarios de YPF rechazaron el planteo del gobierno sobre el destino de los utilidades acumuladas por la empresa en los dos últimos años de operaciones en la Argentina: constituir una reserva para solventar inversiones que permitan aumentar la producción petrolera, y disminuir las importaciones.

Como contrapropuesta (que seguramente prevalecerá en la asamblea de accionistas porque hay acuerdo entre Repsol y el grupo Eskenazy, los socios mayoritarios) planteó un aumento de capital de la sociedad, capitalizando esas utilidades mediante nuevas acciones que se ofrecerían a los socios, en proporción a sus tenencias.  

Además de lo que dice Kiciloff en la nota (los tipos venden las nuevas acciones y se juntan igual con los dólares, que es lo que el gobierno quiere evitar), si se capitalizaran las utilidades entregando nuevas acciones en proporción a las tenencias de cada accionista (el Estado tiene un 0,01 % a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, y otras tenencias consecuencia de la privatización que lo hacen llegar al 0,5 %), al gobierno se le haría más cuesta arriba la eventual compra del paquete mayoritario; porque al valor individual de la acción (que venía en baja, pero fluctúa y acaba de subir como veremos), hay que sumarle la cantidad de acciones representativas del capital aumentado.

Y hablando de la fluctuación del precio de las acciones, vemos acá las declaraciones del Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina:


Y su repercusión, cuando parecía que el gobierno (antes de la aclaración de Abal Medina), descartaba de plano la nacionalización:


Como se puede ver, todo lo que esté vinculado al tema transita un terreno resbaladizo y con múltiples intereses que convergen, y tratan de llevar agua para su molino; incluso con apoyos en la prensa. Ver si no el súbito cambio de humor de Pagni en La Nación en relación con su visión de YPF y el grupo Eskenazy.

Es cierto que el gobierno tiene hoy una urgencia que es el peso de la factura por la importación de combustibles en las cuentas públicas, que fue el disparador de la ofensiva sobre YPF; junto con el reconocimiento del fracaso de la estrategia de "argentinización" con la incorporacion del grupo Eskenasy a la compañía.

Sin embargo, fiel al ADN kirchnerista de operar en la coyuntura en base a prueba y error, no hay que esperar demasiadas definiciones dogmáticas, pero sí que por lo menos logre acertar con un conjunto de medidas que disminuyan uno de los factores de vulnerabilidad del modelo macroeconómico.

Claro que ésas son metas que no se lograrán con solo desearlo ni de un día para otro, por lo que es prudente en éste caso escapar a la tentación de seguir el tema en términos de la sucesión de tapas de Clarín o La Nación, que lo plantean como una telenovela que tendría un final inminente.

La ofensiva de las provincias petroleras (indudablemente coordinada entre sí y con el gobierno nacional) para recuperar yacimientos inactivos o sub explotados tendrá -más tarde o más temprano- influencia sobre las operaciones de YPF (aunque hoy la empresa la minimice) y por carácter transitivo, sobre el valor de su acciones; que es a su vez influido por un múltiple conjunto de factores, entre los que la evaluación del clima político creado en torno al caso no es menor.

El tiempo dirá si la estrategia seguida hasta aquí por el gobierno apunta en definitivas a recuperar el control de la empresa (para lo cual hay diferentes alterantivas según se analizó antes acá) , o a asegurar niveles de producción petrolera compatibles con las exigencias de la actividad económica del país.

En ese contexto, tanto puede pensarse que las declaraciones de Abal Medina (no descartando la nacionalización como una de las alternativas posibles) además de ser de manual (el gobierno no puede encerrarse en un sólo camino, o autolimitarse posibilidades), responden a la presumible propuesta de YPF sobre el destino de los dividendos (finalmente concretada), o por que no a la inversa: Repsol redobla la apuesta para disuadir cualquier intento de nacionalización.   

Por lo pronto, no hay que perder de vista que se trata de una partida de ajedrez larga y complicada, donde hay que estudiar cuidadosamente cada movimiento, sobre todo por la envergadura de los jugadores que tenés enfrente; y sin perder de vista lo que dijo la propia Cristina hace un tiempo al poner el tema en el tapete: el gobierno no piensa renunciar a ninguna de las herramientas legales y políticas que tiene a su alcance para encauzarlo.

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